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Me quedé inmóvil mirando el camino que Tae Min, y luego Anton, habían tomado para ir al lago. Me pregunté si Maru vendría a despedirse de mí o simplemente se marcharía sin decir "adiós".
―No te enfades con Tae Min ―me pidió Yuta―. Sólo hará lo que considere correcto.
Asentí con la cabeza, pero no estaba convencido. Estaba demasiado triste como para pensar racionalmente.
―Tae Min es un buen tipo ―dije―, pero sé cómo funciona esto. Jae Jun también solía tener la última palabra en todas las decisiones importantes.
Yuta me dio una palmada en la espalda.
―Esta vez será diferente ―prometió.
Todos estábamos convencidos de que Tae Min le había dicho a mi hermano que no era bienvenido en el campamento, por lo que, cuando vi aparecer a Tae Min y Anton acompañados por Jae Jun, no pude dar crédito a lo que veía.
―Decidí darle una oportunidad a este tonto ―anunció Tae Min, como si lo que acababa de hacer no fuera "la gran cosa".
Maru hizo una reverencia, y luego me miró.
Debería haber estado furioso con él. Se había comportado como un imbécil con todos, especialmente conmigo. Pero al verlo junto a Tae Min, esperando con nerviosismo mi reacción, lo único que pude sentir fue alivio y gratitud.
Dominado por mis emociones, corrí hacia él y lo abracé. Maru no era una persona cariñosa, pero me devolvió torpemente el abrazo.
―Lo siento, hermano ―me dijo.
¿Acaso había oído bien? Jamás había escuchado a Maru disculparse previamente.
―Yo también lo siento ―me disculpé, aunque ni siquiera sabía el motivo exacto por el cual le estaba pidiendo disculpas. ¿Estaba pidiendo perdón por haberme enamorado, por haber fallado en mi tarea o por desear vivir una distinta a la que conocía?
―Voy a quedarme contigo ―me prometió Maru.
―Gracias ―susurré, profundamente conmovido.
―Espero que sepas comportarte ―le advirtió Tae Min.
―De lo contrario, te las verás con nosotros ―añadió Yuta.
Me separé de mi hermano y miré a los chicos.
―Les aseguro que pueden confiar en Jae Jun ―dije, pero ninguno de los presentes me creyó. Necesitaban verlo con sus propios ojos.
Jae Jun era muy testarudo y siempre creía tener la razón en todo, lo cual era bastante molesto. Sin embargo, aquello no significaba que fuera una mala persona. Deseé que algún día pudiera demostrarles a los chicos lo fuerte, leal, valiente y sacrificado que podía llegar a ser cuando algo, o alguien, realmente le importaba.
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―¿Por qué decidiste quedarte aquí? ―le pregunté a mi hermano cuando estuvimos solos.
―Tae Min me dijo que A.M.M.I.T te encontró ―respondió.
Bajé la mirada, avergonzado.
―¿Estás decepcionado de mí? ―inquirí en un susurro.
―No ―dijo Maru―. Estoy decepcionado de mí mismo. Subestimé el poder de A.M.M.I.T ―Maru suspiró, y apoyó su mano en mi antebrazo durante una milésima de segundo. Alcé la mirada y nuestros ojos se encontraron―. Lo peor de todo es que pudiste haber sido capturado y encerrado por culpa de mi estupidez. No permitiré que algo así vuelva a ocurrir.
―No podrás protegerme para siempre, Maru.
―Pero lo intentaré ―sentenció―. No volveremos a separarnos, ¿de acuerdo? La próxima vez que esté siguiendo una pista, vendrás conmigo.
―Deberías tomarte un descanso ―murmuré―. Siempre estás tramando algo. Siempre estás buscando pistas o amenazas. Llevamos siglos viviendo en las sombras. Creo que ha llegado el momento de rehacer nuestras vidas. A estas alturas, dudo que sigamos siendo "prófugos".
Maru sonrió con indulgencia. Era evidente que no compartía mi opinión.
―Won Bin, intentaré no ser un inconveniente para ti mientras esté aquí ―dijo, cambiando de tema―. No quiero causarte más disgustos, pero no te haré promesas vacías. Tarde o temprano, el sueño en el que vives terminará, y espero que, cuando eso suceda, estés dispuesto a regresar a casa conmigo.
Preferí guardar silencio. Yo tampoco quería hacer promesas vacías.
―Tú sabes mejor que nadie lo mucho que he soñado con regresar a nuestro planeta ―añadió.
Asentí con la cabeza. Por supuesto que lo sabía, aunque no comprendía el motivo. Nada bueno nos esperaba en nuestro planeta.
―En este momento, soy el principal obstáculo en tu camino ―comenté―. De no ser por mí, estarías a punto de cumplir tu sueño.
―No lo digas de ese modo ―me reprendió.
―Pero es la verdad ―sentencié.
―Puedo esperar un poco más ―afirmó―, por ti.
Nos quedamos callados unos minutos, reflexionando sobre cada una de las palabras que habíamos dicho, y las que no, hasta que finalmente me armé de valor y dije en voz alta lo que ambos estábamos pensando. Nuestro mayor miedo estaba a punto de hacerse realidad.
―¿Imaginaste alguna vez que nuestros caminos se separarían? ―le pregunté.
―Won Bin...
―A veces las personas se separan ―murmuré―. Supongo que es normal.
―No lo digas como si no importara, Won Bin. Somos familia, y la familia siempre debe permanecer unida ―me recordó.
―Bueno, como sea ―mascullé―. No debí sacar el tema a colación. No es necesario que pensemos en eso ahora. Esta noche..., este lugar..., y, bueno..., tal vez el día de mañana y los siguientes..., son lo único que puedo ofrecerte.
Maru volvió a sonreírme, aunque sus ojos reflejaban tristeza.
―Por ahora, sólo tienes que continuar siendo mi hermano pequeño. No necesito más.
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❮𝙸𝚌𝚊𝚛𝚞𝚜❯ | 𝚆𝚘𝚗𝚋𝚒𝚗 | 𝚁𝙸𝙸𝚉𝙴
Fanfiction«𝑦𝑜𝑢 𝑎𝑙𝑤𝑎𝑦𝑠 𝑓𝑙𝑦 𝑟𝑖𝑔ℎ𝑡 𝑢𝑝» 💫 | 𝟐° 𝐜𝐡𝐚𝐭 𝐝𝐞 𝐑𝐈𝐈𝐙𝐄 | | «💬𝐀𝐍𝐓𝐎𝐍: ¿Quieres ser mi amigo?» | | «💬𝐖𝐎𝐍𝐁𝐈𝐍: ¿Es broma?🙃» | | «💬𝐀𝐍𝐓𝐎𝐍: No.» |