𝔠𝔥𝔞𝔭𝔱𝔢𝔯 𝟙𝟙𝟞: 𝙆𝙞𝙡𝙡 𝙩𝙝𝙚 𝙅𝙪𝙙𝙖𝙨

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𝐴𝑁𝑇𝑂𝑁


La situación dio un giro de ciento ochenta grados. Lee Jeno, una de las personas a quienes yo más odiaba, apareció en el peor momento para, supuestamente, "ayudarnos".

Lo primero que pensé al verlo aparecer en nuestro nuevo refugio temporal fue: "voy a matar a este idiota". Sin embargo, como yo era bastante razonable, después de pensarlo un poco mejor, decidí rechazar "amablemente" su ayuda.

―Vete con tus mentiras a otra parte ―le dije―. ¡Vete de aquí antes de que te mate!

Jeno, incapaz de desobedecer mi orden, se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la salida de la mansión.

―Hazlo volver ahora mismo ―me ordenó Hunter con voz severa.

―¿Bromeas? ¡Es un monstruo! ¡Por su culpa...!

Antes de que hubiera terminado la oración, Hunter me dio un puñetazo en la mandíbula.

Sung Chan se interpuso entre nosotros para protegerme, pero Hunter lo arrojó al suelo de un empujón. 

―Hunter... ―musitó Hong Joong, patidifuso.

Mientras discutíamos, Ju Yeon mantenía inmovilizado a Jeno en la puerta para que no pudiera marcharse. 

―¡Dile a Jeno que regrese o serás tú quien termine muerto, Lee Anton! ―me amenazó Hunter. La expresión de su rostro era feroz. 

―¡Ya basta! ―nos gritó Tae Min―. ¡Dejen de pelear, niños estúpidos!

―Esto parece una guardería ―se quejó Jong Ho, el maknae de ATEEZ.

Hunter ignoró los comentarios de los demás. Sólo tenía ojos para mí. Antes de que alguien pudiera impedirlo, me abofeteó en ambas mejillas, con tanta fuerza que me hizo girar el rostro, primero a la derecha y luego a la izquierda. Jamás me habían golpeado tan fuerte.

―Jeno sabe el sitio exacto donde se encuentran nuestros novios ―me espetó Hunter, furioso, agarrándome por el cuello de mi camiseta―. No me importa quién sea. No me importa que este desastre sea su culpa. Lo único que quiero es salvar a Minnie. ¿Acaso tu orgullo es más importante que la vida de Won Bin?

―¡No se trata de orgullo, sino de supervivencia! ―le grité.

―¿La supervivencia de quién? ¡Min Jae y Won Bin podrían estar muertos! 

―¿Crees que no lo sé? ―respondí, al borde de las lágrimas―. Quiero rescatar a los chicos tanto como tú, pero nunca olvidaré que Jeno trató de matarnos a Won Bin y a mí ―le expliqué, frustrado―. ¿Por qué ahora quiere salvarnos? ¿No te parece sospechoso?

―¡No me importa! ―replicó Hunter, fuera de sí―. Si tengo que formar alianza con un psicópata para recuperar a mi chico, lo haré sin dudarlo. No perderé a Min Jae, Anton. No puedo, no puedo, ¡no puedo!

De repente, Hunter se puso a llorar desconsoladamente. Me soltó y retrocedió un par de pasos. Yo también sentía ganas de llorar, pero me contuve.

―No puedo vivir sin Min Jae ―susurró Hunter entre histéricos sollozos―. Por favor, no seas un estorbo. 

El amigo de Hunter, Yu Jun, se acercó a él y lo abrazó.

―Tranquilo... ―le dijo, acariciando su nuca para calmarlo.

Woo Young también se acercó y apoyó la mano en el hombro de Hunter.

―Respira profundo, ¿sí? ―le aconsejó.

―Hunter tiene razón, Anton ―dijo Jae Jun inesperadamente. Estaba en una esquina de la habitación, con los brazos cruzados. 

Sus palabras me dolieron más que el puñetazo y las bofetadas que había recibido. 

―Pensé que al menos tú estarías de mi lado ―repliqué, herido―. ¡Jeno intentó secuestrarnos! ¡Él quería capturar a Won Bin! 

Odié que mi voz sonara como la de un niño pequeño que estaba haciendo una rabieta. ¿Por qué nunca estaba a la altura de las circunstancias? No me gustaba ser tan débil. 

―Pídele al imbécil que vuelva, Anton ―me ordenó Jae Jun―. Te prometo que después nos encargaremos de él.

Miré a Jeno, a quien Ju Yeon todavía sujetaba. 

―¿Lo prometes?

―Tienes mi palabra ―sentenció Jae Jun. 

Después de todo lo que habíamos vivido, había aprendido a confiar en Jae Jun, así que finalmente cedí. 

―Lee Jeno..., no te vayas ―dije de mala gana, imprimiendo toda la rabia que sentía en mis palabras. 

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