𝐎.𝐒 «𝐂𝐚𝐬𝐭 𝐝𝐞 𝐋𝐒𝐃𝐋𝐍»

«Matías Recalt»

"Tu eres la princesa de este cuento, la medicina de mi cuerpo"

Mati:

Era jueves por la noche, y me encontraba agotado, no sabría decir en que momento me dormí pero así era, observo a todos lados buscando a Val ¿Se fue sin avisar? Bufó con fastidio, estaba solo, tenía hambre y quería ver a mi novia

Salí rápidamente de la cama en dirección a la sala de estar, en la cual se encontraba mi hermosa novia con una camisa del boca, ahora sí la amo más que nunca, me acercó sigilosamente al oír la misma canción repetirse muchas veces y me encuentro con un Tik Tok mío, suelto una risa y ella grita por reacción, había olvidado que no sabía que desperte

—Hijo de la verga – murmuró a lo que volví a reír.

—Esa boquita, muñeca – murmuré en su oído y ella se tenso.

Deje un beso en su cuello, para luego lanzarme al sofá, recostando mi cabeza en sus piernas.

–Haceme cariño flaca— hable mientras jugaba con un anillo en sus manos.

Pocos segundos después llevo sus manos a mi cabello comenzando a jugar con el mismo, sonreí por inercia mientras cerraba lentamente los ojos, podría estar así toda la vida y no me quejaría en lo absoluto, la escucho tararear una canción y capta completamente mi atención

–¿Me cantas?— pregunte con un puchero, para ser honesto Val tenía la voz más hermosa que alguna vez escuché.

La canción que quieras— Sonreí al escuchar la afirmativa de su parte.

—Cantame lo que tarareabas, se escuchaba interesante.

"Es que yo quiero estar a solas contigo, comerte a besos y que no haya testigos, así no perdamo' tiempo má' y vamos a buscar otro lugar

Poquito a poquito yo te haré olvidar, empezamo' y no se en que va a terminar, tu eres la princesa de este cuento, la medicina de mi cuerpo "

Cantaba y yo solo le observaba embelesado, una sonrisa reluciente se formó en sus labios y no pude evitar besarla, su sonrisa era contagiosa y al separarme también sonreí.

—Te amo, bombón – solté mientras observa sus ojos, y algo en ellos se iluminó, paren todo o me voy a terminar casando.

Un pequeño sonrojo se poso en un rostro dándole una apariencia más adorable, así era ella, era radiante y hermosa, juro que ya encontré al amor de mi vida

—También te amo, cielo –respondió ella con dulzura.

Volví a jugar nuevamente con su anillo mientras un ide pasaba por mi cabeza, así que me levanté del sofá para luego extender mi mano hacia ella, la cosa es que me habían entrado unas ganas locas de bailar, volví mi vista a su dirección y la observe mirarme extrañada mientras arruga un poco la nariz, pero aún así toma mi mano, sin tener la menor idea de que haría.

—Quiero bailar– Explique y ella soltó una risa entrecortada.

–Mira tu – respondió con gracia y yo solo asentí.
—Pero si tienes dos pies izquierdos, amor– le observe divertido para luego sacarle la lengua recibiendo una lamida en la mejilla, ambos reíamos para luego comenzar a movernos de un lado al otro, simulando bailar

Un par de segundos luego nos encontramos bailando sin música y era el mejor momento de mi vida, una pregunta se repetía una y otra vez en mi cabeza¿Estaría mal si le pido matrimonio justo ahora?, no le daría mucha vuelta al asunto, lo haría

—Valu— le llamé mientras dejábamos de bailar, ella me observo atentamente con una sonrisa ladina

–Matí— murmura y siento un montón de nervios, no tengo un anillo, solo quiero proponerlo y luego me encargaría de comprar el anillo más bonito que encontrara

—Vamos a casarnos– comenté y ella me vio con los ojos abiertos, vaya manera de pedirle matrimonio a tu novia de casi toda la vida
—Es decir, hemos estado todo la vida juntos, me has acompañado en mis peores momentos, me apoyaste en todas mis decisiones, quiero que vos seas la madre de mis hijos, quiero darte la vida que vos te mereces– finalicé y la noto llorar, soy un llorón comprensivo, también lloraré.

Ella solo se abrazo a mi cuerpo, ¿Debería tomar eso como un sí o un no? Con suma delicadeza tome su rostro en mis manos y la bese, fuera la respuesta que me diera la aceptaría, estaba loco por ella y sería capaz de dar mi vida si es necesario hacerlo

—Matu– su voz suena muy bajito, pero capta rápidamente mi atención.
—Vamos a casarnos, si quiero ser tu esposa.

Comence a gritar y a correr por toda el departamento, era la mejor noticia del mundo, ella solo me observaba riendo, pasada la rara escena volví rápidamente hacia ella.

—Prometo que iré en la mañana a comprar un anillo— ella solo asintió y volví a abrazarla.

Esta feliz, va más que eso, era el hombre más afortunado del mundo en este momento

Había encontrado a la mujer de mi vida, la que me había acompañado cuando no tenía para darle los lujos, sin importar nada siempre estuvo allí, como mi mejor amiga, mi acompañante, mi felicidad.

Estaba seguro de muy poco, pero de tenerla en mi vida era lo más claro que tenía, quiero envejecer con ella, después de darle la vida que se merece, porque ella se merece lo mejor del mundo, y yo estoy dispuesto a dárselo.

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Buenas gente, ¿Como están?

Yo feliz de poder escribir este capítulo

¿Les gustó?

Me despido, un beso

Aleix🩰