«Atrévete M.R»

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Buenos Aires
2:15 am
Años atrás

Caro:

— Metele prisa Caro— escucho a Matías burlarse de mi.

Estaba cansada,mis pies dolían y mis pulmones gritaban por oxígeno, las calles estaban solas y en completo oscuridad, mientras nosotros corríamos como enfermos, estábamos bastante ebrios y no pensamos mucho en la tontería que hacemos

No sabría describir con exactitud como habíamos acabado así, pero ya no había vuelta atrás.

—Si Lucas se entera que nos la llevamos nos demanda, boludo— esta vez era Rodrigo quien hablo.

Siento mis piernas fallar al oír el nombre de mi novio, mientras mati suelta una carcajada bastante exagerada, ¿Nunca será serio para algo?

—No va a notarlo, ese chetito tiene la cabeza en otro lado, seguro— simplificó Mati al parar en unas cuantas cuadras de mi casa.

No era la primera vez que hacíamos esto, había estado muy cerca de ser descubierta pero siempre lograba distraerlo.

Luego de eso ninguno dijo nada más, Rodrigo se dió media vuelta y se fue dejándome a solas con Matías, cosa que me ponía los nervios a mil, no habíamos estado a solas hace un montón y en cierto punto estaba agradecida con ello, las cosas entre nosotros se estaban comenzando a complicar luego de esos besos en aquella fiesta, no habíamos dicho ninguna palabra al respecto y la culpa comenzaba a pesar cada vez más, ambos seguimos nuestro camino hasta solo estar a media cuadra cuando por fin vuelvo a oír su voz

—Carolina, ya no podés seguirme evitando ni fingiendo que nada paso— Su tono se escucha seco y justo en ese momento siento un escalofrío recorrer mi espina dorsal ante sus palabras tan duras.

Doy un leve suspiro para tomar valentía, pero cuando estoy por hacerlo noto su cercanía

Madre mía, ¿Como puede ser tan hermoso? Siento mis piernas flaquear nuevamente por la poca distancia entre nosotros, la cuál era casi inexistente.

—Eso no debió pasar matute, estábamos re en pedo y ya esta— trate de restarle importancia pero no era tan fácil.

Ambos lo veníamos buscando hacia tiempo, muchas veces él lo había dejado en claro, suspiro meditando mis palabras al ver una mueca de desagrado formarse en su rostro.

Un silencio incómodo se instaló entre nosotros y yo supuse que ya debía irme, en menos de medía hora mi prometido llegaría de su viaje, no tenía cara para poder verlo a los ojos, estaba apenada por mis actos, pero mati tiene algo que me puede siempre.

Volví mi vista a su cara, tenía el seño ligeramente fruncido y la mirada en algún lugar del suelo como si intentará procesar algo.

— ¿Aún tenés planeado casarte con él?— su pregunta logró sacarme de mis pensamientos.

No tenía ni idea de que hacer, y el tono en su voz me estaba matando, quería mandar todo a la mierda y quedarme con el, pero primero debía ordenar un poco mi vida antes de hacer algo de lo que posiblemente me arrepienta solo por impulso.

—Buenas noches matu—dije evitando su pregunta para comenzar a caminar por las solitarias calles de buenos aires, dejándolo parado solo.

[••••]

Escucho nuevamente mi celular vibrar mientras observo mi vestido en el espejo, el día de la boda había llegado y no estaba segura de querer casarme, le había dejado un par de mensajes a Mati y a Rodri, ellos habían acordado sacarme de acá, los nervios me consumían con mucha rapidez, pero las ganas de ser feliz con quién de verdad amo eran más grandes.

Matute❤️

¿Ya estás lista?

Estamos a 10 minutos

Daleee caro, me estoy cagando de nervios respóndeme

Suelto una pequeña risa ante su último mensaje, siempre tan educado el, tecleó con rapidez mi respuesta, con lo dramático que es no dudo que esté a dos de un infarto como mínimo, quien diría que está había sido su idea.

Los estoy esperando gordo, respira.

Bloqueo nuevamente mi celular esperando una respuesta, daba gracias al cielo por estar en la planta baja de la casa para poder irme lo más rápido posible de aquí.

Un par de minutos bastaron cuando mi pantalla se ilumina mostrando la verde para escapar.

Miro a los lados rápidamente, la mayoría de los invitados ya estaban aquí, saque el anillo rápidamente de mi dedo y salgo sin pensarlo mucho me echo a correr, oigo los gritos de mi prometido y de mis padres pero nada podría importarme menos en estos momentos, sigo corriendo como si mi vida dependiera de ello y al notar el auto estacionado doy un suspiro de tranquilidad.

—Nos van a matar, estoy seguro de eso — la queja exagerada de Rodri logró sacarme una sonrisa.

Me adentro rápidamente en el auto y este lo pone en marcha sin dudarlo ni un segundo, sonrió a lo grande al notar la felicidad de Matías al verme a su lado.

—Pense que te habías arrepentido — se sincero y me abracé rápidamente a su cuerpo sin decir nada.

Sin duda alguna había escogido la mejor opción de mi vida al estar aquí junto a el.

Buenas gente, aparezco

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