6. ¿Qué te pasó en el Labio?

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Bakugo y Kirishima entraron en el bullicioso comedor de la escuela, todavía afectados por la experiencia en la cápsula, pero intentando actuar con normalidad. Buscando un lugar para sentarse, notaron una mesa donde ya estaban sentados Kaminari, Sero y Mina.

Vamos, Bakugo, aquí hay un lugar libre – dijo el Pelirrojo acercándose a la mesa y sentándose con sus amigos.

El cenizo asintió y se sentó junto a Kirishima, pero su mente seguía divagando en la cercanía y las emociones encontradas que experimentó en la cápsula.

Kamirari estaba sentado sobre la mesa, riendo, había estado haciendo algunos chistes sobre chicas con Sero. — ¡Deja de inventar, Kaminari! Eso es imposible – le decía el pelinegro.

— Claro que sí, además tiene un tra... - Interrumpió sus palabras al ver pasar a las chicas de su clase, entre las que estaban Uraraka, Tsuyu y Jiro.

— Vamos, Kaminari, intenta no ser tan obvio – se burló Sero al ver a Denki casi botar saliva.

Kaminari casi se atragantó con su bebida, sus mejillas adquirieron un tono rosado instantáneo mientras trataba de recuperar la compostura.

— ¡Sero, cállate! No sé de qué estás hablando. – dijo tratando de sonar despreocupado, pero fallando estrepitosamente.

Sero arqueó una ceja con una sonrisa juguetona mientras pinchaba a Denki con el tenedor. — Oh, vamos, todos lo sabemos. Te he visto mirándola durante toda la clase de hoy. Estás tan obvio que podrías ponerle un letrero de neón encima.

— Bueno, ¿y tú, Sero? ¿Cuándo vas a invitar a salir a Mina? – Le contesta el rubio intentando desesperadamente de cambiar de tema.

— Yo no necesito que nadie me invite a nada – respondió rápidamente la pelirrosa acomodando vanidosamente su cabello. — Además, ¿quién querría salir con ustedes dos pares de bobos? – añadió echándole un empujoncito a los dos chicos.

Denki rodó los ojos con una sonrisa incómoda, sabiendo que no se libraría de las bromas de sus amigos tan fácilmente.

Todos reían mientras Azumi se acercaba a la mesa, quién notó de inmediato el comportamiento extraño de los chicos, por su lado, Kirishima estaba más sonriente de lo usual, mientras Bakugo parecía evitarle la mirada, sin decir palabra.

— Hey, ¿qué tal chicos, puedo sentarme? – dijo mientras colocaba su bandeja sobre la mesa, al lado de Mina y enfrente de Bakugo.

— ¡Claro, siempre eres bienvenida! – agregó Mina sonriente mientras el Rubio lanzaba un gruñido sin levantar su vista del plato.

Cuando la chica se sentaba le lanzó una mirada interrogante al pelirrojo, quien simplemente le devolvió una mirada significativa encogiéndose de hombros con una señal de "te lo contaré después". Pero la curiosidad la carcomía por dentro, era obvio que algo había ocurrido. Mientras tanto, los chicos continuaban con sus bromas.

— ¡Ja!, la verdad, prefiero a las chicas con grandes melones, ¡Así de grandes! – parloteaba Denki haciendo un ademan con sus manos hacia los lados como si sostuviera una pelota gigante.

— Chicos, ¿podemos dejar de lado los comentarios inapropiados sobre las chicas? No es cool hablar de ellas así – acotó Kirishima – No es para nada masculino.

Al soltar el comentario, Bakugo volteó a ver al pelirrojo de forma sutil. En ese mar de risas y conversaciones dispersas, Kirishima destacaba como un faro de integridad. Aunque en su mente consideraba a los demás chicos unos idiotas, Kirishima era diferente. Admiraba su determinación para expresar lo que pensaba, incluso si eso significaba ir en contra de la corriente. Era esa caballerosidad, esa audacia la que lo hacía destacar. Con un gesto apenas perceptible, Bakugo le lanzó un gesto de ternura. Una mirada que solo Azumi quien se había sentado en frente suyo logró notar.

Atracción explosiva: Kirishima y Bakugo, a través de sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora