Capítulo 29

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Faltaba muy poco para la graduación, todos estaban ansiosos por el gran día. La presión y el estrés los consumía, pues era el momento de los exámenes de admisión y los exámenes finales, así que toda la ansiedad aumentaba al punto que muchos incluso se enfermaban.

Los padres incluso iban a las 4 de la madrugada a rezar a la famosa roca Gatbawi, esperando y pidiendo que todo saliera bien para sus hijos en dichos exámenes.

Entre esos padres, asistía la madre de Jimin desde hace un tiempo y eso sólo ponía presión en él, no quería defraudarlos, se había preparado prácticamente toda su vida como para arruinarlo.

—¿Tienes todo listo? Recuerda que no volveremos a verte hasta en la noche. —Dijo la señora Park asegurándose que su hijo estuviera cómodo para la realización de dicho examen.

—Me he preparado casi toda mi vida para este momento, por supuesto que estoy listo.

La señora Park sonrió sabiendo que todo saldría bien, su hijo se había concentrado y preparado durante tantos años que ya era el momento de tirar esa carga y solamente desearle lo mejor.

El CSAT es el examen por el cual Jimin se había estado preparando todo este tiempo, tenía la esperanza como cualquier joven coreano de asistir a una de las tres importantes universidades del país y así continuar con el legado de su familia entrando a la escuela de medicina.

Para los coreanos es el examen que define, el éxito o el fracaso, vivir en riqueza o en pobreza

Y Jimin estaba seguro que lo lograría.

El examen estaba dividido en 5 partes: coreano, matemáticas, inglés, historia de Corea, ciencia y un segundo idioma entre ellos el alemán, francés, español, japonés, etc.

Los horarios eran como un infierno, el país se paralizaba y no había mucho ruido, ni siquiera aviones despegando a esas horas para no desconcentrar a los estudiantes y tampoco que el tráfico fuera un impedimento para que estos jóvenes prometedores lleguen tarde a dicho examen.

Es por eso que Jimin pudo llegar gracias al chofer de su padre donde pudo notar que muchas personas llegaban en compañía de sus padres, hermanos, amigos o incluso parejas para darles ánimos incluso llevaban pancartas para que notara el apoyo.

—¡Tú puedes Jimin!

Este se sobresaltó al escuchar su nombre, por un segundo pensó que cualquiera podía tener su nombre y se trataba de alguien más, pero cuando pudo percatarse, miró aquellos hermosos ojos azabaches no muy lejos de él.

—¡Sé que lo conseguirás! —Movía una pancarta que sostenía con ambas manos que decía: ¡Buena suerte, Jimin! con una tierna imagen de un pollito.

Este sonrió muy contento de poder verlo, estaba agradecido y eso le dio la fuerza que necesitaba. Quería ir a abrazarlo y besarlo por ser esa compañía que siempre quiso, pero no podía distraerse y sabía que podía suceder.
Así que solamente agradeció y decidió entrar de una buena vez para poner fin a este escalofriante día y algo que lo ha atormentado en años.

—Estoy muy preocupado por Jimin. —Dijo Jungkook viendo a Mingyu frente a él.

Ambos amigos se encontraban en una cafetería cercana donde estaban comiendo mientras las horas pasaban. Eunwoo y Miyeon también habían asistido a dicho examen, pero Mingyu al igual que Jungkook decidió buscar otros caminos.

—¿No te preocupa? —Preguntó Jungkook.

Mingyu metió la cuchara a su boca con el trozo de pastel que acababa de tomar, lo miraba confundido ante esa pregunta mientras masticaba.

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