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—¿Qué lees?

¡Pam!

Hace eco en toda la biblioteca por la velocidad con la que he cerrado el libro. Karamatsu, frente a mí, se ha espantado. Diría que el sonido ha hecho que todos volteen a vernos, pero solo hay uno o dos ñoños demasiado concentrados en sus lecturas.

Y lo siguiente que deja más confundido al chico es que meto el libro a mi mochila.

—¿Me dejarás ver el libreto? —Su cara se transforma en una de pocos amigos. Estoy jugando sucio—. Eso pensé —digo sonriendo y saco el libro para ponerlo sobre la mesa en medio de los dos—. Es solo un libro que estamos leyendo con el club de lectura.

Se fija en mí y se fija en el título, quizá sí con algo de vergüenza, aunque no tiene por qué, pero igual con curiosidad, aun si solo es un libro cualquiera.

—Ah, por cierto... —Juega con sus dedos. Tenía rato que no le veía hacer eso—. Sabes que la próxima semana son las vacaciones de verano.

—¿Ya son?

—Y... Bueno... ¿Sabes? Estoy pensando en ir a varias bibliotecas en busca de un libro y pues, quiero... Me preguntaba... —Que me le quede viendo no parece ayudarle a encontrar las palabras, que sus ojos buscan en todos lados menos en los míos, pero no es suficiente motivo para mí dejar de hacerlo—. Quiero preguntarte, si te gustaría que fuéramos...

—¿Los tres?

—Ah... —Su sonrisa de nervios se entiesa. Me ve solo por una fracción de segundo antes de voltear la cara—. No sé... No creo que a Jyushimatsu le gusten ese tipo de cosas...

Me inclino a un costado, acercándome un poco para ver su expresión, y sonrío.

—Crees que hará que nos saquen de la biblioteca —hago una pregunta que suena más bien a una afirmación; pero lo hace voltear a mí y responder rápidamente:

—Lo creo capaz.

—Solo dime cuándo y vamos.

Cyan [Osomatsu-san]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora