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—¡Oye, Karamatsu! —Uno de los líderes de nuestro grupo capta la atención del joven a mi lado—. Vamos a hacer una broma en medio de la carrera de natación, ¿te nos unes?

—¡Claro! —Se acercan para chocar las manos y apretarlas en común acuerdo—. ¿Qué hay que hacer?

—Pues que cuando nos toque nadar con los chicos —y señala con el dedo gordo a su espalda a unos cuantos chimpancés payaseando—, vamos a parar a la mitad de camino, quitarnos el traje de baño y solo sacar los...

Karamatsu mira perplejo el sugestivo movimiento de caderas que hace el muchacho. Se atraganta con su contestación, si es que realmente tiene una, y rasca su mejilla, vacilante.

—Estoy bromeando —aclara tras reírse de la reacción del contrario—. Vamos a improvisar un nado sincronizado...

Y mientras oigo la explicación de cómo y qué harán, me encuentro con las irritantes miradas y el fastidioso cotilleo que un grupito de chicas sostiene sobre el ojiazul, desde el otro lado de la piscina. Y sé que es por él porque son demasiado obvias y no se les ha bajado la coloración desde que le han visto sin camisa.

Son tan irritantes.

—¿Qué pasa?

Volteo hacia él, que mira curioso mi rostro y se estira solo haciendo más evidente los músculos que han comenzado a adornar su cuerpo, querría decir que lo hace a propósito, si no fuera porque en realidad necesita hacer calentamiento.

—¿Has estado haciendo ejercicio?

—Sí, estuve pensando que, por la naturaleza de mi personaje, este debiera estar en forma. ¿Te...? —¿Me gusta? ¿Me molesta? Bueno, si no fuera por esas víboras...—. ¿Se ve bien?

—Se te ve bien... Te queda.

—Aún no llego a mi meta, pero seguiré esforzándome. —Me da una última mirada antes de dirigirla hacia otro lado dejando que el sol le dé de lleno, calentando sus mejillas—. Quizá un día puedas ir a verme practicar...

—¡A sus puestos!

Cyan [Osomatsu-san]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora