💚

14 3 8
                                    

—No sabía que estabas en el club de teatro —digo porque simplemente no habría podido imaginarlo socializando en un club y mucho menos arriba de un escenario, pero eso ya no era así desde que inició el tercer año—. Aunque pude haberlo supuesto...

—Técnicamente, pero en la práctica no vale la pena venir —dice un poco decepcionado—, a nadie del club le interesa.

Detenemos nuestro andar lado a lado frente a las puertas que Karamatsu empuja para adentrarnos en un abismo donde el tiempo parece congelado y el polvo milenario circula a la mínima brisa de aire. Es extraño pensar que la instalación no se tenga en uso pues, a pesar de no lucir impresionante, se ve bien equipada, como un mini teatro, completamente funcional en un tiempo pasado.

Nos dirigimos detrás del escenario, donde supongo debe de estar la utilería y nos encontramos con una solitaria y poco potente luz encendida y una cabeza asomándose y luego escondiéndose, como por reflejo, porque un segundo después aparece muy digno el hermano de Karamatsu.

—¡Todomatsu! —lo saluda el mayor gustoso.

—¿Qué pasó, cielito lindo? —Se acerca con una sonrisa plastificada que no le cuesta nada borrar al verme—. Ay, trajiste al mequetrefe ese.

—¿Sabes si tenemos algo de ropa estilo ochentero? —Y Karamatsu por alguna razón decide hacer como si no hubiese escuchado.

—Debe de haber si no se la ha comido la polilla —responde más interesado en la apariencia de sus uñas—. ¿Para qué la quieres?

—¿Nos ayudarías a encontrar algo para Choromatsu? —dice con esa resplandeciente sonrisa... Y ahora recuerdo que es su forma de pedir—. A ti se te da muy bien lo de los vestuarios...

—¿Qué? ¿Finalmente se va a unir al club de teatro? —dice incrédulo, poco serio, y finalmente me habla a mí—. Aquí no te pueden decir hipócrita por ser doble cara. Lo llaman "actuación"... —Con la máscara sonriente puesta de nuevo, hace las comillas con sus dedos y toma una breve pausa para verme de pies a cabeza, solo para molestar, sin realmente nada mirar—. Aunque pensándolo dos veces, tampoco es que se te dé muy bien.

—Todomatsu... —Lo que esta vez consigue también molestar a Karamatsu, mostrándolo en la seriedad de su semblante y tono de voz.

—¿Me pides un favor con esa cara? —cuestiona ofendido alzando mucho las cejas, pero enaltecido como si la coreografía le hubiera salido a la perfección—. Mejor me voy.

Se acerca íntimamente al mayor y mueve los labios contra su oreja antes de hacer lo que ha dicho.

—¿Cuál es su problema? —pienso fastidiado, una vez la puerta se cierra tras él—. No puedo creer que se comporte todo lindo pero por dentro sea un dem... —Volteo y me encuentro con un Karamatsu de ojos bien abiertos y me doy cuenta de que en realidad pensaba en voz alta—. Perdón, sé que es tu...

—En realidad, yo sí lo entiendo —interrumpe y termina la oración con una sonrisa comprensiva, empática—. No creo que esté mal. —No me mira, sino que se pierde en su mente antes de recordar lo que vino a hacer y sus ojos empiezan a buscar y yo lo sigo a donde ellos le llevan—. ¿No has deseado alguna vez ser alguien diferente?

—Yo no —respondo de inmediato sin titubear.

Deja todo para voltear a verme con fijeza y creo verle hacer una microscópica sonrisa burlesca casi perfectamente disfrazada. O quizá solo es la luz, que no es muy clara.

—Eso es lo que me emociona de actuar —continúa, y sonríe el encontrar un perchero cubierto por un plástico y un baúl, ambos resguardando ropa y disfraces—, la posibilidad de vivir otras vidas. Aunque por el momento solo una más.

Cyan [Osomatsu-san]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora