Capítulo XVI: El Observatorio Hokulani

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Opening: Believe (One Piece Opening 2)

Hace 5 años, Dorian y Sophocles fueron mandados por Hala a encontrar a Ken, quien en ese entonces seguía siendo un Litten y ya tenía la costumbre de escaparse a quién sabe dónde, al igual que su futuro Entrenador Hyuga.

El primero buscó por la ciudad y mandó a su Rowlet a buscar por los cielos, mientras que Sophocles sacó a Togedemaru y a Grubbin...

El primero buscó por la ciudad y mandó a su Rowlet a buscar por los cielos, mientras que Sophocles sacó a Togedemaru y a Grubbin

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Para que lo ayudaran a buscar por el bosque, hasta debajo de las piedras. Al cabo de unas horas, ambos volvieron a reunirse sin haber encontrado nada.

—Ay, ¿pero por qué ese gato tan malo debe ser tan bueno escondiéndose? —se quejó Dorian y Sophocles reiteró— Eso quisiera saber yo. Se supone que los Littens no se comportan así y si lo hicieran, ese pequeño debería ser fácil de encontrar. Solo míralo.

Pero Sophocles terminó pisándole la cola a Litten mientras este estaba durmiendo. Es que algo impresionante es que, al dormir, muchos lo confunden con una roca.

Al despertarse, el Pokémon Gato Fuego les quemó el trasero con Ascuas y se burló— ¡No puede ser que ustedes sean tan tontos! ¡¿No pueden diferenciarme de una roca?!

Eso hizo que Dorian gruñera enojado— No entiendo lo que dice, pero de seguro se está burlando de nosotros.

—¡Esto no puede seguir así! —exclamó Sophocles totalmente harto—. ¡Necesito examinarlo para saber qué le pasa! ¡Togedemaru, Grubbin, ayúdenme a agarrarlo!

Dorian y Sophocles, con ayuda de sus Pokémon, llevaron a Ken al laboratorio que el último tenía en su casa y, una vez le hicieron algunas pruebas, determinaron algo que parecía sacado del más estúpido de los cuentos de hadas— Los humanos al morir se convierten en Pokémon y los Pokémon al morir se convierten en humanos. Esa es la ley que nos gobierna a todos. Pero la cosa es que este Litten es capaz de recordar cómo fue en su vida pasada.

—¡¿Cómo fue qué en su qué?! —Dorian quedó totalmente contrariado al escuchar el veredicto de Sophocles—. ¡La reencarnación no funciona así, tarado! ¡Si eso sucediera, no podríamos distinguir cuáles recuerdos son nuestros y cuáles no, volviéndonos seres huraños y egoístas!

Ken desvió la mirada al escuchar eso, a lo que Sophocles respondió— Pues de algún modo, Litten acabó así. No sé cómo pudo haber pasado, pero lo que sí sé es que será muy difícil hallar un Entrenador que soporte su mal comportamiento.

—Sí, yo no sabría qué hacer si no encontramos ninguno.

Pero eventualmente aparecería Hyuga, el Entrenador perfecto para Litten y todo lo que pasó después, ya lo saben.

Pokémon Sol y Luna: La Aventura de HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora