› DITTO ‹

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llegué a la casa de felix dejando mi bolso sobre el perchero y arreglando mi cabello, que finalmente se había revuelto por el viento.

─¡mamá llego sam y lixie!─liv apareció desde la cocina y nos miro con sus manos detrás de su espalda inspeccionando la situación en la que estábamos.─ ¿pelearon?

sus ojos suspicaces nos atraparon mientras yo lo miraba mal y el fingía jugar con las puntas de su flequillo para ignorarme.

─no, vé a tu habitación a ver barnie.─le dijo su hermano, sonriendo falsamente, guiandola con sus manos sobre sus hombros. ella sacudió la cabeza de un lado a otro.

─¿que le hiciste a sam?─preguntó ella, sus ojos se veían gigantes si los veías desde arriba, ella tiró la cabeza atras para ver a su hermano y a mí, a pesar de darnos la espalda. yo aguante como pude mi risa, y mi mejor amigo me miro confundido.

─¿es gracioso?─preguntó extrañamente en inglés, yo me encogí de hombros, esquivando su mirada.─eso pensé... no, no le hice nada olivia.

─hm, entonces dale un beso.─pidió ella, mirandolo con ojos retadores, él se quedó inmóvil en su lugar con las cejas arqueadas... no hizo nada por unos segundos y entonces aclaré mi garganta pasando de ellos para ir con su mamá.─ ¡si le hiciste algo a sam! ¡lo sabia!

─¿por qué no vas a ver barbie y el cascanueces de nuevo? ¿eh?─preguntó él, sacudiendo a su hermana menor de un lado a otro mientras yo entraba a la cocina.

levanté mis cejas como saludo a la señora lee, quien me sonrió amablemente, cuando llegué a su lado ella se encargó de acariciar cuidadosamente la coronilla de mi cabello. y me preguntó un silencioso "¿como estas?"

─bien, acabamos de salir de una cita.─afirmé tomando un pequeño puñado de chips de chocolates que la señora lee tenía para ponerle a los cupcakes que preparaba. ella me miró con las cejas en alto, y unos ojos consternados.

─¿tu... y bokie?─preguntó de forma cautelosa, batiendo el bowl de mezcla en movimientos circulares, a pesar del ruido que hacía seguía mirandome atenta.

─sí, y una chica y chico más de la escuela...─murmuré llevándome el resto del puñado de chips a la boca sin cuidado, ella parpadeó varias veces sin decir nada. mientras terminaba de batir todo con una sonrisa satisfecha, me dió la espalda.─ yo fui con el chico y felix con la chica...─luego me vi en la necesidad de aclarar.

la mamá de felix no dijo nada, pero escuché como dejó de batir por un segundo, ella se rió por lo bajo asintiendo.

─entiendo, ¿se divirtieron?─preguntó, ahora buscando el bowl de chips y vertiendolo en la mezcla, yo asentí viendo a felix asomar la cabeza por la puerta como buscando aprobación para entrar.─ lix, ¿por qué no ayudas a olivia a guardar sus muñecas? hoy es el cumpleaños de una de sus compañeras.

felix hizo un puchero mientras se iba de nuevo por dónde había entrado, y yo lo seguí con la mirada interesada, ¿porqué estaba tan triste? quise reírme en su cara.

─¿y quién es la chica?─preguntó ella, mientras precalentaba el horno y preparaba las bandejas de cupcakes.─ lo siento por ser tan anticuada, pero ¿es su novia o algo así?

yo rodé mis ojos con una sonrisa entretenida sentandome en uno de los banquitos que habian en la cocina, pensé su pregunta cuidadosamente.

─creo que no.─admití intentando verme casual sobre el tema, tragué saliva nerviosamente y aparte la mirada a la ventana que daba al patio.─ pero si la lleva a todos lados... así que no lo sé.

agregué esto último mientras rascaba mi cuello, intentando no parecer molesta al respecto, pero una vez más era la señora lee, quien parecia leerme como un libro... ayudaba que me conocía tan bien como mi madre probablemente.

ella asintió con una mueca imperceptible, mientras colocaba la mezcla en los moldes, parecía tan concentrada en sus movimientos que me sorprendió al ver que me estaba mirando mientras lo hacía.

─¿es linda?─preguntó, y yo sonreí. generalmente la señora lee era tan cuidadosa con sus palabras que viéndola ser descarada con está clase de preguntas parecía hilarante.

─es linda... creo que es millonaria.─agregué, saltando de mi banquito, mientras abria la puerta del patio. sabia que a la señora lee le molestaba el calor del horno, y que me iba a pedir que le abra la puerta en cualquier momento por lo que solo me adelanté.

el patio de los lee no era la gran cosa, pero la señora lee era tan meticulosa con el que parecía sacado de una revista. en cualquier otra casa del vecindario era simplemente un jardín, pero ella estaba encantada con las flores, sobre todo las coloridas y las enredaderas.

el patio de los lee era posiblemente uno de los más envidiados, con una hiedra que crecía como formando un techo al rededor de postes y luces decorativas, flores de todos colores que adornaban el lugar y el olor característico que tenía la flor de madre selva que tanto amaba la matriarca de la casa.

cuando era niña me gustaba tirarme en el suelo y mirar al cielo entre las hojas de la hiedra, los rayos del sol me daban a veces en los ojos y a veces solo iluminaban mi cara. no era extraño ver pasar los abejorros con una tranquilidad imposible para cualquier humano. miré al cielo como acto reflejo encontrándome con el cielo ahora oscuro y las pequeñas luces amarillentas decorandolo como si fueras estrellas.

escuché unos pasos detrás de mí, pero no tuve que darme la vuelta, fuera quien fuera ya sabía que disfrutaba de perder el tiempo de la forma que sea.

─¿quieres ir a mi habitación?─preguntó felix, cuando intentaba bajar su voz terminaba bajando su tono, sonando más grave de lo que esperaba. yo me reí rendida, medité apoyándome en la pared que daba a la cocina mirándolo atentamente.

su cabello estaba rubio gracias a chan, quién había insistido que le quedaría genial y que las chicas le prestarían más atención... resultó tener la razón. aparté los ojos de él, levantándome de mi lugar con la molestía picando mi pecho.

─vamos.─dije, como si nada, a pesar de que solo queria pegar mi cabeza contra la pared e imaginar que todo era un mal sueño.

una vez en su habitación, caí sobre su cama con la cara golpeando su almohada, me quedé así un momento disfrutando de su colonia con los ojos cerrados. pronto me moleste por mis acciones y me di la vuelta, pero felix me imitó golpeando la cama con su cuerpo a mi lado.

ladeé la cabeza para verlo, nuestros ojos se encontraron en la tenue iluminada habitación, el abrió su brazo ofreciéndome un abrazo y yo me incorporé para terminar recostada sobre él.

me preguntaba si estaba mal, si era correcto hacer cosas así sí él tenía novia... ¿él tenía novia? ¿solo era un crush? ¿tal vez solo le parecía bonita? levanté los ojos buscándolo desde mi lugar, atrapé sus ojos mirándome de vuelta. el sonrió como si le diera ternura y luego cubrió sus ojos con su brazo.

la mano que antes tenia en mi cintura ahora estaba en mi cabello, acariciando con cuidado, obligándome a cerrar los ojos y disfrutar del momento. imaginando cosas que tal vez nunca tuvieran lugar, mientras él descansaba tranquilamente mi cabeza era un desastre.

─¿que te preguntó mi mamá?─preguntó de la nada y su voz me tomó por sorpresa, haciéndome inhalar de pronto, para poder responder.

─nada.─mentí, por qué no quería que adivine en que estaba pensando. no quería que supiera que en mi cabeza yo era la unica chica que a el le parecía bonita, y yo era la unica que pensaba... me apreté más cerca de él si esto era posible, para terminar con mis pensamientos de una buena vez.

la verdad es que extrañaba a el felix que no era percibido por las otras chicas, no el chico cool y despreocupado que pretendía ser, sino el cariñoso que me miraba con ojos inocentes todo el tiempo y que odiaba las películas de terror.

ahora él era capaz de ir con una chica al cine y aguantarse el miedo que le provocaba la película para verse genial. ahora iba robándose la mirada de chicas de otras escuelas y de la nuestra... y ahora aclaraba que yo no era su novia.

cerré mis ojos con cansancio.

TO HEART | © FELIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora