› NEW MAGIC WAND ‹

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desperté con el sonido de la puerta de la señora lee, quien se despedía desde abajo y nos avisaba que volvía en dos horas. iba a dejar a olivia al cumpleaños y se quedaría un rato, supuse. me quedé con la mejilla aplastada sobre el pecho de mi amigo quien tenia el sueño pesado.

lo miré desde mi lugar, sus pestañas casi siempre eran más largas que las mías, siempre estuve envidiosa de ellas. lo miré a través del silencio y oscuridad del lugar, acaricié su mejilla con cuidado primero solo tocando con las yemas de mis dedos por encima y finalmente apoyando la palma de mi mano completa.

finalmente su rostro quedo tan cerca al mío que podía besarlo, miré su rostro tan tranquilo que me sentí culpable por atraerlo a mí de esa manera... me levanté de la cama con un suspiro pesado.

─¿a donde vas?─la voz ronca de felix sonaba aún entre sueños pero se me heló la sangre de solo pensar que él tal vez habria sentido si lo besaba... el podía haberse dado cuenta de mis intenciones...

no respondí y solo caminé hasta el baño del pasillo, lavé mi rostro con molestía, resfregando con mucha agua mis ojos y hacia abajo. me miré con las gotas aún cayendo por mi rostro y solo me maldije por no encontrar un mejor momento de darme cuenta que amaba a mi mejor amigo.

me sequé la cara con rencor y volví a recostarme en la cama, ahora sintiéndome mas cohibida que nunca. extrañamente me quedé sobre el borde mirando los recovecos de la habitación. había quitado el premio de lectura de primer grado que solía tener marcado en secundaria. también quitó varios posters y dejo solo los que lo hacían parecer como un pretencioso que le gustaba la musica de los ochenta por moda.

no habia mucho desorden, pero imaginaba que si trajese a cualquier otra chica juntaría las camisetas que tenia sobre su escritorio y a los pies de la cama, y el pantalón de jean que colgaba de la puerta de su armario, y la pila pequeña de remeras limpias sobre una silla. tal vez juntaría los papeles desordenados que llamaba tarea...

cerré mis ojos desordenando mi cabello, ¿traería otras chicas cuando no había nadie? habia escuchado a chan hablando sobre ello con los demás, dándoles consejos y esas cosas... miré a felix durmiendo a mi lado y solo respiré hondo para olvidar las lágrimas.

no podría llorar solo por qué felix trajera otras chicas a su casa... o si él las invitaba a estudiar y terminaban besandose en la misma cama que estaba yo sentada. no podía llorar porque yo no era su novia.

me recosté de nuevo ahora dándole la espalda mientras me obligaba a volver a dormir. con los ojos cerrados lo sentí momentos después, su mano tanteo el colchón y cuando me tocó la cintura me sobresaltó.

su mano se enrolló a mi alrededor por completo y el se apegó a mí, su respiración golpeando mi hombro con tranquilidad, lo escuché inhalar con más fuerza que antes.

─¿por qué estás tan lejos?─preguntó, su voz una vez sonando tan grave como era posible, yo no respondí y me arrepentí de inmediato─ lo siento... por lo de hoy.

el pego su frente a mi nuca y su nariz hizo cosquillas en mi espalda, su agarre se volvió más fuerte y ahora estaba casi obligada a sentir su calor, lo que me abochornó.

─sé que el te gusta... intentaré darte tu espacio... ─susurró y aún así me sorprendió que no era eso lo que quería escuchar, cerré los ojos con masa fuerza y el bajó suavemente mi camiseta que se había subido, pensó que eso era lo que me provocó la piel de gallina.─ es difícil para mí, sabes quiero que seas mía todo el tiempo.

dudaba si sabía lo que decía, si sabía lo que estaba admitiendo, con paz solo empujé mi rostro más cerca de la almohada.

─juro que aprenderé a... ─su voz quedó atascada en su garganta, como si no quisera decir nada más, aún así se obligo a continuar─ saber que estás ocupada... ahora.

TO HEART | © FELIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora