Perla. Ese es el nombre que eligieron mis padres para mí. Perla significa cosa preciosa o exquisita en su clase, y simboliza la unidad y la perfección.
Mi familia, haciendo honor a mi nombre me ha convertido en ello, en una gema, un objeto cuya única función es embellecer, adornar.
Soy la tercera hija de Haston Minaeva, uno de los magnates más grandes de la industria de bienes raíces, y la primogénita de Luisa Edel, diseñadora y dueña de la firma de productos de lujo: Edel.
Como hija de dos de los más reconocidos empresarios de mi país, siempre he estado restringida, dando el ejemplo a mis hermanos menores y mostrándome a la sociedad como la joven perfecta. Obligada a usar ropa de marca y perfume Miss Dior.
Muchos dirán con sarcasmo: ¡Qué tortura!
Pero todo no es como se pinta.
Desde que tengo uso de razón el tiempo que he pasado con mis padres es limitado y mi relación con ellos no se puede definir como la mejor. La única compañía que tuve fueron mis hermanos y, años más tarde, mis mejores amigos (Amaya, Alex, Beatriz y los mellizos, Zaday y Daniel), personas en quienes puedo confiar enteramente.
Mis mejores amigos siempre han comprendido los motivos del por qué nunca he ido a una fiesta, salido a comer con ellos o a dar un paseo.
Es triste pero cierto. No he ido de compras ni me he reunido para ver una película juntos y, a la edad de 16 años, jamás he podido relacionarme abiertamente con mis compañeros de clase o un chico lindo. Por lo menos no sin recibir algún sermón por parte de mis niñeras.
Hoy, el día en que se efectuará el acto de graduación de último curso en mi escuela, por fin podre ir a una fiesta juvenil. A escondidas de mis padres claro. Mis cómplices (Amigos) y yo hemos planeando esto desde hace un tiempo. Hoy tendré la oportunidad perfecta para escapar de mis guardaespaldas (Michael y Mike) o niñeras como les llama Alex. Mis padres están de viaje y mi hermana mayor (Ángela) tiene la coartada perfecta para mí. El plan es simple y nada puede salir mal.
Todos los años, en mi escuela, se celebra un gran acto para despedir a los estudiantes de último curso. Un gran número de alumnos, profesores y padres se reúnen en el auditorio formando una pequeña multitud.
El plan para escaparme es fácil: fingir que debo ir al baño. Alejarme lo suficiente de mis niñeras. Entregarle mi teléfono y smartwatch a alguien, que los dejará en un lugar seguro para que no me rastreen.
Después regresaré a mi lugar y esperaré a que el acto termine sin levantar sospechas. Cuando las personas comiencen a salir del lugar, me mezclaré ente ellas hasta llegar al estacionamiento donde Beatriz me estará esperando para ir juntas a su casa para prepararnos.
Luego nos encontraremos todos en la plaza más cercana para ir a la fiesta que se realizará en la casa de playa de uno de nuestros compañeros. Para evitar sorpresas, unos amigos de Alex nos llevarán en su furgoneta. Regresaré a casa antes de las 11pm para no meter en problemas a mi hermana, que se encargará de crear la coartada perfecta para mi salida.
Todo estaba yendo como debía. Le di mis cosas a Daniel, encargado de esconderlas ya que era el más creativo. Cuando terminó el acto comencé a caminar entre el montón de personas dejando atrás a Michael y Mike. Ya estando lo suficientemente lejos corrí desenfrenadamente hacia el estacionamiento. Suspiré con una mezcla de alivio y felicidad al ver a Beatriz esperándome frente a su auto.
- ¡Apúrate! -Gritó mientras se subía al Toyota Yaris rosado.
- ¡Ya vámonos! -Entré en el asiento del copiloto y ella encendió el auto.
-Esto es una locura... -Dije agitada y sintiendo la adrenalina correr por mis venas.
-Pero vale la pena. -Betty terminó la frase por mí y salimos del estacionamiento entre risas.
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P.D. No me odies. Posdata # I
Teen Fiction"-¡Tú! -Lo miré con furia y sentí como mi cara iba adquiriendo un tono escarlata. -¡Casi nos matas borracho! -¡Oh! Eres aquella chica. -Dijo con sorpresa. -¡Oh! -Lo imité. -¡Prácticamente nos secuestraste! -Hey, cálmate, ustedes se subieron volunta...