Capítulo 23

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Miré con odio a mis amigos mientras ingresábamos a una zona que jamás había pisado. Bueno, no es que pueda decir que conozca mucho de Madrid. Pero este lugar no se parecía en nada a lo que había visto.

-¿Dónde estamos? -Pregunté alarmada cuando Maya detuvo su auto cerca de otros muchos, los cuales se entraban no muy lejos de lo que parecía una carretera abandonada.

Aunque claro, con la cantidad de adolescentes que habían, la palabra "abandonado" no era muy buena para clasificar el lugar.

-Seremos espectadoras en primera fila de las famosas carreras de motocicletas del Internado Hernández-Ferré. ¿No estás emocionada? -Preguntó Zaday y la miré horrorizada.

-Número uno: Claro que no estoy emocionada. Número dos: ¿Cuándo te has enterado tu de las carreras? Yo llevo aquí más tiempo que tú y no sabía nada.

-Sé me olvidó mencionártelo. -Dijo casualmente Maya antes de bajar del auto.

Solamente pegué un pie fuera del coche y ya tenía el corazón a mil. La música estaba muy, muy alta y las personas gritaban eufóricas cada vez que se oía el sonido de una moto.

-Cambia la cara Perla. -Dijo con tono divertido Roger.

Vi a Leo colgar una llamada y acercarse a nosotros con Paris enganchada de su brazo.

-Mi hermano dice que no falta mucho para que empiecen. -Dijo al grupo bajo un suspiro. -Si te hace sentir mejor a Paris tampoco le gusta estas cosas. Logré convencerla de venir solo porque le dije tú venías. -Al parecer Leo notó el desagrado en mi expeción facial.

Ernesto apareció entre la multitud junto a Daniel y envolvió un brazo alrededor de la cintura de Maya.

-¿Vamos? -Todos asintieron menos yo.

-¡Esto está genial! -Oí gritar a Daniel y lo miré aún más horrorizada.

-¿Y a tí desde cuándo te gustan estas cosas?

-Nunca había ido a nada como esto, pero ahora que lo experimento: Me encanta. -Gritó y comenzó a hacer fotos con su celular. -¡A Betty le encantaría esto!

Suspiré y seguí a mis amigos, entre el tumulto de adolescentes ebrios y eufóricos, hasta llegar a un bar improvisado al aire libre. Ernesto pidió una bebida para cada uno, ¿vodka?

Un fuerte pitido me hizo sobresatar y mirar hacia una también improvisada tarima, donde se encontraba el DJ. A través de un micrófono el chico con una incipiente barba comenzó a presentar a los corredores.

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Casi derramó la bebida cuando Clara me tomó del brazo y me hizo correr junto a los demás hasta la línea de salida. Al llegar divisé a las figuras sobre las motos.

A lo largo de la amplia cartera habían cuatro motos. De entre todas sobresalía una color rojo chillón, perteneciente a una chica cuyo rostro no podía ver debido al casco que utilizaba. También estaba el hermano de Leo junto a otro chico de primero. Sólo una motocicleta estaba sin su dueño, y aunque no sea fan de esos trastos, debo admitir que me encantó.

Unas manos sujetaron mis caderas haciéndome tensarme. Por instinto me giré hacia el dueño de aquellas manos, cubiertas por guantes de cuero negro, con claras intenciones de buscar pelea por su atrevimiento.

Mala idea, porque al girarme quedé muy cerca, frente a frente, con el idiota. -Suéltame. - Hablé en voz alta y muy claro para que escuchase bien.

-¿Viniste a verme correr Pajarita? -Preguntó con chulería y acercándome más a él. Su aroma masculino inundó mis fosas nasales y tuve que abstenerme al impulso de acercar más mi nariz a él.

P.D. No me odies. Posdata # IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora