Mi corazón se saltó un latido cuando las manos de Eric atraparon mis muñecas, haciéndome girar y estrellarme de espaldas a una pared.
Tenía una sonrisa socarrona y una mirada oscura, sus ojos azul eléctrico se volvieron azul marino y sus dientes brillaron con gozo.
-Para patentar ser una persona segura de si misma Pajarita... -Susurró sobre mis labios. -Tienes que dejar de vacilar de esta forma.
Sus dedos se apoderaron de mi barbilla para obligarme a mirarle directamente a los ojos.
-¿Por qué no admites que te gusto como hiciste aquella noche? -Al hablar sus labios rozaron los míos y la simple fricción me llevó a la locura.
-Estaba borracha. -Logré decir y traté de apretarlo pero mi mano tomó conciencia propia y se quedó muy tranquilita sobre su pecho desnudo.
¡Y Dios, que pectorales!
Maldito subconsciente pervertido.
-Y lo que ocurrió después, aquel día si estabas sobria.
-Emm... Bueno... -¿Donde están las escusas cuando las necesitas?
Su mano en mi cadera subió hasta mi cintura y me pegó con fuerza a el. Mi camisa se humedeció debido a las gotitas de agua que destilaban por su torso.
-Eres una jodida mentirosa. -Me sobresalté por sus palabras pero estas se fueron al olvido cuando su boca chocó con la mía.
Me fue imposible no seguirle el beso, y puede que también halla rodeado su cuello con mis brazos. Sentí su lengua en mi labio inferior pidiendo permiso para entrar. ¿Se lo dí? Pues claro que sí.
Me besó con pasión y lujuria, tomando con posesión mi cuello y pegando mi cuerpo al suyo hasta que ya no quedase espacio libre.
-Definitivamente es imposible controlarme contigo Perla. -Susurró contra mis labios.
Levanté la vista hacia sus ojos y me estremecí al ver el deseo en ellos.
-Respóndeme. Te gusto, ¿Si o no? -Lo decía muy serio. No quedaba atisbo de la socarronería de antes.
-Yo... -¿Que le respondes al chico que te ha vuelto loca desde la primera vez que lo viste? ¿Que le respondes cuando sabes que lo conoces hace muy poco pero quieres que haga contigo lo que desee? ¿Que diablos le respondes cuando si lo tienes ahora mismo besando y mordiendo tu cuello, haciéndote soltar sonidos que jamás pensé escuchar de mi garganta?
-¿Si no Perla? -Dijo pegándome con fuerza a la pared.
-Joder, ¡Si! -Grite jalando su cabello para separarlo de mi cuello y mirarle a los ojos.
-¿Si, qué? -Su voz se transformó gruñido.
-Por alguna jodida y retorcida razón, me gustas. ¡Si me gustas! Y no me explico por qué... -Sus labios callaron mis palabras y el sabor mentolado de su lengua me hizo que un centenar de mariposas revolucionaran en mi estómago.
-Hablas demasiado cuando no es necesario Pajarita. -¿Era yo la única que encontraba su asento demasiado sexy?
La magia se rompió cuando sentimos el que alguien tocaba la puerta. -Mierda. -Dijo con molestia antes de separarse de mi y tomar una camiseta negra.
Miré mi muy colorado y desordenado aspecto en el espejo mientras él se ponía la camiseta y abría la puerta.
¿Que coño hace Olivia aquí? Y es más... ¿Por qué está vestida como si fuese la recepcionista de un puticlub?
-¿Que quieres? -Preguntó Eric, muy molesto, sin despegar la mirada de sus rostro.
-¿Por qué tan amable? -Preguntó sarcásticamente y lo empujó para entrar. -¡Oh! Tenías compañía. -Dijo sorprendida.
-Lo siento querida, pero la hora de las mojigatas se acabó. -Dijo con un tono realmente molesto.
Infle mis mejillas y alcé una ceja interrogativa.
-¿Llegó la hora de las pautas? -Fingí ver un reloj imaginario. -Pero si llegaste a la hora de las zorras, ¿O ese también es tu tiempo Gabarri?
-Lárgate Olivia. -Dijo Eric conteniendo una risotada.
-¿Por...? Si la pasamos muy bien ayer, y antes de ayer y... -Eso me encendió de sobremanera.
-Olivia, no voy a volver a pedirte que te largues. ¡Ey, Perla! ¡Espera! -Eric salió detrás de mí vistiendo una camiseta y una toalla.
-No te aconsejo salir así Acosador. -Dije señalándole. -Y puedes continuar con esa puta el juego que te armaste conmigo. Y no me hables... -Dije alejándome con una opresión demasiado fuerte en el pecho.
-¡Perla!
-¡Qué no me hables dije! -Grite y me contuve de soltarle un insulto.
¿Pero.. que me pasa?
P.D. Celos, recelo que alguien siente de que cualquier cosa que disfrute o pretenda llegue a ser alcanzado por otra persona. Jjj.
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P.D. No me odies. Posdata # I
Teen Fiction"-¡Tú! -Lo miré con furia y sentí como mi cara iba adquiriendo un tono escarlata. -¡Casi nos matas borracho! -¡Oh! Eres aquella chica. -Dijo con sorpresa. -¡Oh! -Lo imité. -¡Prácticamente nos secuestraste! -Hey, cálmate, ustedes se subieron volunta...