Terminaba de escribir en mi diario cuando recibí una llamada de mi madre.
-¿Hola?
-¡Isa!! -Oí a mis hermanos gritar.
-¿Que hacen con el teléfono de mamá diablillos? -Pregunté incorporándome en la cama.
-No lo vas a creer, mamá nos sacó del internado y ahora vivimos con ella. -Dijo Ariel.
-La nueva escuela es genial. Y las tiendas y talleres de mamá también son lo lindísimos. Una de las chicas me dejó probarme mucha ropa. -Oí gritar a Arlet.
-Hoy mamá nos llevó a sentar a un restaurante muy divertido, tenía el aspecto de una casa antigua pero dentro había muchos robots. -Me contó Diego muy emocionado.
-Es fantástico, cuanto me alegro. ¿Dónde esta mamá?
-¡Estoy justo aquí!
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-Ya que estamos todos podemos empezar la reunión. -Dijo Mary desde el otro extremo de la enorme mesa de lectura. -Bueno, casi todos.
Desde el día en que vino mi madre no he parado de recibir sus llamadas cada día. Cuando no puede llamarme en la noche lo hace en la mañana siguiente.
Mi teléfono no para de sonar anunciando llamadas de mis amigos y familia. Todos mis hermanos se comunican conmigo, mamá trata de buscar nuevos temas de conversación cada día (lo cual me hace muy feliz) y en cuanto a Haston, no sé nada de él.
Solo se que sigue vivo y explotando a Jared todo lo posible.
Ha pasado casi un mes desde que llegué al Internado Hernández-Ferré, y dentro de poco recibiré a mis segundos mellizos favoritos: Daniel y Zaday. Ambos comenzarán a estudiar aquí.
Me he unido al club de artes de la escuela, en la sección de pintura. El club de lectura me ha gustado mucho, me agrada mucho más Mary. Leo no ha dejado de coquetearme y Olivia aún quiere asesinarme con la mirada.
Paris, la hermana menor de Leo, se hecho muy buena amiga mía y de Maya, va ha nuestro cuarto casi a diario.
En cuanto a Maya, no ha querido ir a casa de sus padres, por lo que hemos dormido en la escuela los últimos fines de semana. Aún sigue sin querer conocer a su media hermana, pero no tiene problema alguno en hablar sobre el tema con otros.
Y con otros me refiero a Eric y Ernesto. El último tiene una relación demasiado íntima con mi amiga, cosa que uso para chincharlos a ambos. Eric no ha vuelto a intentar nada conmigo pero eso no quiere decir que halla dejado de molestarme.
Antes solo éramos Maya y yo a la hora de comer. Ahora somos más: Olivia, Leo, Clara (una chica muy agradable y divertida que va en segundo curso, y a la cuál conocí en el club de artes) Roger (La diversión en su forma humana, novio de Clara) Paris, Ernesto, Eric, Maya y yo.
-Antes de concluir debo avisarles del concurso que se realizará pronto para los jóvenes autores. -Comentó Mary poniéndose en pie. -El comité de actos prepará un baile para recaudar fondos y nosotros los apoyaremos. Y necesito que me ayuden a correr la voz y a poner los anuncios de que a partir de mañana pueden empezar a inscribirse los que necesiten tutoría en alguna materia. ¿Listo? Eso es todo por hoy.
Nos despedimos de Mary cómo siempre y caminé hacia el patio en busca de Maya. -¿Que sucede?
Pregunté al notar como la subdirectora se alejaba después de hablar con mi amiga.
-Estoy en problemas. -Maya me sarandeó de forma dramática.
-Ay Amaya Montero. ¿Que hiciste ahora?
-Necesito tu ayuda. -Pidió juntando sus manos frente a su rostro a modo súplica.
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P.D. No me odies. Posdata # I
Teen Fiction"-¡Tú! -Lo miré con furia y sentí como mi cara iba adquiriendo un tono escarlata. -¡Casi nos matas borracho! -¡Oh! Eres aquella chica. -Dijo con sorpresa. -¡Oh! -Lo imité. -¡Prácticamente nos secuestraste! -Hey, cálmate, ustedes se subieron volunta...