𝘛𝘩𝘳𝘦𝘦

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𝗔𝗺𝗮𝗿𝗶𝗹𝗹𝗼

𓂃 ࣪˖ ִֶָ𐀔

Urano estaba decorando unas cuantas mesas con ayuda de Neptuno.
¿Por qué?
Porque hoy era un día especial, el cumpleaños de Saturno, su mejor amigo. Hace unos días Júpiter contactó a todos sus amigos para planear una fiesta sorpresa a su marido, era sencillo, él alquilaría el lugar donde se haría la celebración y compraría las decoraciones, solo necesitaba que alguien se ofreciera para decorar y ese fue Urano, claramente, no lo haría solo, porque obligó a su novio a ayudarlo, de todas formas, el mayor les agradeció por su cooperación. El resto de sus amigos se encargarían de las demás cosas como el pastel, regalos y distraer a Saturno para que no se enterara de nada.

Mientras que el de cabello a celeste seguía con su trabajo, Júpiter apareció para ver como iba todo y por si necesitaban ayuda, Neptuno lo saludó animadamente, no sabía quien era, pero tenía que ser amable, el otro chico solo sonrió al notar su presencia.
— Hola, Júpiter. — Urano le saludó. — ¿Cómo has estado? — Se acercó al más grande.
— Hola... He estado bien ¿y tú? — Preguntó con una sonrisa.
— Ahí vamos... Ya sabes, cuidar a alguien enfermo es difícil. — Miró a Neptuno mientras este acomodaba unos manteles.
— ¿Y cómo ha estado? — Habló también mirando al novio de su amigo.
— Unas veces bien y otras mal, hay días en donde casi no recuerda nada solo el nombre de nuestros hijos, a mí y el nombre de una especie de roca... ¿Guillermo? Creo que se llamaba así. — Pensó un poco para sí mismo. — También, le mandaron más medicamento, según el doctor su demencia es tratable por eso esa cantidad de pastillas. — Júpiter asintió.
Él quiere mucho a Urano y Neptuno, sabe la situación algo complicada en la que están, aún así, siempre están tratando que eso no los desmotive, sobretodo Urano. Era una muestra de un amor fuerte, en las buenas y en las malas, algo admirable ante el gigante gaseoso.
— Como sea... ¿Todo bien con Saturno? ¿No volvieron a discutir por lo mismo? —
— Todo bien y no, yo le pedí disculpas por eso, nunca habíamos discutido así y sé que mi manera de actuar no fue la mejor. — Dijo apenado el planeta más grande. Ese era un tema que le incomodaba, mas todo acto tiene sus consecuencias y aunque quiera evadirlo, le es imposible.
— Te pasaste, llegó a mi casa llorando. — El mayor no respondió, por un momento se sintió como un monstruo. — Pero... A pesar de eso, es bueno que te hayas disculpado con él, Saturno te ama y un tropiezo lo tiene cualquiera solo síguelo enamorando cada día. — Aconsejó para después darle unas palmaditas en el hombro e irse hacia donde estaba Neptuno.
Júpiter pensó un poco y definitivamente iba a tomar el consejo.

𓂃 ࣪˖ ִֶָ𐀔

Después de unos minutos llegaron los demás. Mercurio y Sol, llevaron el pastel; Marte junto con Venus traían los regalos; solo faltaba el cumpleañero y Tierra. El planeta con vida dijo que él se haría cargo de distraer a Saturno y vaya que era bueno en eso.
Al cabo de unos cinco minutos de haber llegado los otros, el de cabellos azules y verdes llamó a Júpiter, para decirle que ya iban para allá.
El planeta más grande les avisó a todos y se fueron a esconder.

Dos minutos después se escucharon pasos y unas voces a la lejanía.
— Y es por eso que casi suspe- — Saturno fue interrumpido por el: "¡Sorpresa!".
Se acercaron al de anillos y lo felicitaron mientras este solo sonreía y agradecía, aún impactado.
— ¡No lo puedo creer! ¿Quién fue el de la idea? — Preguntó curioso, no se lo esperaba para nada, pensaba que incluso se habían olvidado de su cumpleaños.
— Fue de Júpiter. — Respondió Marte mientras señalaba al mencionado. — Nosotros solo seguimos el plan. — Y vaya que funcionó.
Saturno abrazó a su esposo y amigos mientras les seguía agradeciendo por el detalle.

Tiempo después fueron hacia la mesa donde estaba el pastel para cantarle el feliz cumpleaños y así poder comer un poco de la tarta. El de anillos sopló las velas para luego comenzar a repartir el postre a todos los presentes, que una vez tenían su pedazo se iban a charlar con los demás dejando a la pareja sola.
— ¿Te gusta tu fiesta? — Preguntó Júpiter abrazando por detrás a su marido.
— ¿Qué si me gusta? ¡Me encanta! — Se dio la vuelta para darle un beso en sus labios.
— Me alegra saberlo... Te daré tu regalo. — Se separó del abrazo y se fue a buscarlo ya que lo tenía escondido.
— ¿Ya? Si todavía no he abierto el resto. — Dijo el de cabellos largos mirando curioso a su pareja.
— Sí, es que quiero que abras el mío primero y también porque quiero ver tu reacción. — Dicho eso, le entregó sus detalles a Saturno.
Era una caja con joyería, ropa de marca, chocolates y un ramo de rosas amarillas, un color que combina a la perfección con los cumpleaños o otro tipo de festejo, ya que estas flores amarillentas son conocidas al regalarse en fiestas por sus colores llamativos.
— Dios mío... Está todo muy hermoso, querido, no debiste... — El gigante gaseoso estaba extremadamente feliz, incluso sacó de la cajita de joyería un anillo para comenzar a lucirlo, claro, sin soltar en ningún momento sus amadas rosas.
— Sí, sí debía, tú mereces todo esto y más, mi amor. — Se acercó hacia su esposo y le besó — ¿Volvemos con los chicos? — Preguntó Júpiter ofreciéndole su mano para que el otro la tomara e ir juntos.
Saturno asintió y sonrió ampliamente.

𝗘𝗻𝗰𝗮𝗻𝘁𝗮𝗱𝗼 𝗽𝗼𝗿  𝘁𝗼𝗱𝗼 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝘂 𝗺𝗮𝗿𝗶𝗱𝗼 𝗵𝗮𝗯𝗶́𝗮 𝗵𝗲𝗰𝗵𝗼 𝗽𝗼𝗿 𝗲́𝗹.

𝘙𝘰𝘴𝘦𝘴 𝘍𝘰𝘳 𝘚𝘢𝘵𝘶𝘳𝘯 ; 𝘑𝘶́𝘱𝘪𝘵𝘦𝘳 𝘟 𝘚𝘢𝘵𝘶𝘳𝘯𝘰 ༅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora