𝘙𝘰𝘴𝘦𝘴 𝘍𝘰𝘳 𝘚𝘢𝘵𝘶𝘳𝘯 ; 𝘑𝘶́𝘱𝘪𝘵𝘦𝘳 𝘟 𝘚𝘢𝘵𝘶𝘳𝘯𝘰 ༅

› E᥊𝗍rᥲ 8 ! ➹ 𔘓 ࿔

Advertencia: Contenido sexual.

Placer ٭

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Años atrás.

La pareja de recién casados estaba disfrutando de su Luna de miel, habían rentado una cabaña apartada del mundo donde solamente fueran ellos dos disfrutando de su amor. Las vistas que ofrecía aquel lugar eran magníficas, eran un placer visual; el olor a naturaleza era demasiado evidente y el mutismo del lugar era relajante, sin duda un buen lugar para vacacionar.

Saturno tocaba tranquilamente el ukelele acostado en la sábana de picnic que habían llevado, Júpiter miraba al cielo mientras la brisa del verano los acompañaba, el anillado empezó a tararear una canción mientras que las notas del instrumento acompañaba las letras.
— Vida, muerte, amor, nacer y paz y amor en la Tierra ver.
¿Habrá algo más valioso que paz y amor en la Tierra ver? —
— Cantas hermoso, ¿lo sabías? — Volvió a ver a su esposo que tenía los cachetes algo rosaditos.
— Gracias. — Dejó de lado el ukelele para hacer lo mismo que su esposo, ver el cielo. El más grande entrelazó sus manos para hacer un poco más íntimo el momento, solo ellos dos, en un potrero donde los únicos testigos eran las nubes y la naturaleza que los rodeaba.
— Podría estar así todo el día. — Habló al aire el mayor.
— Yo también. — Saturno miró a su marido. — Siempre y cuando estés aquí. — Sonrió.
— Que estemos los dos... Este lugar no sería el mismo sin la flor más hermosa del jardín. — Las risas del anillado se hicieron presentes.
— ¡Eres muy cursi! — Júpiter también rió para levantarse y darle un beso.
— Tú me haces así. — Saturno volvió a reír.
Amaba todo, amaba estar ahí con su persona favorita, amaba sentirse amado, amaba la sensación de ser besado, amaba su existencia en ese momento. Se siguieron besando un poco más hasta que el gigante gaseoso paró para solo verlo en total silencio quería ir más allá de solo simples besos, mas, no iba hacer nada que Saturno no quisiera, si él no había querido dar ese paso en todos los años que llevaban juntos lo iba a respetar hasta su muerte, pero esta vez el de anillos tenía otros planes, esta vez el también quería que fuera más allá y estaba decidido, claro, siempre y cuando no se muriera de un paro cardíaco debido a los nervios.
— Júpiter... — Llamó a su marido levemente, sus ojos se hundieron en los suyos poniéndolo aún más nervioso. La cosa que le iba a proponer era tan "indecente" que le daba pena dirigirle la mirada. — M-Me gustaría que tuviéramos... Ya sabes... — Comenzó a jugar con sus dedos.
— ¿Qué cosa, amor? — Estaba demasiado sonrojado. Por alguna razón a Júpiter se le hacia bastante tierno ese comportamiento.
— Quiero que me hagas el amor... — Lo dijo finalmente, se tapó la cara de la vergüenza.
Nunca le había propuesto eso hasta ahora. Las mejillas del gigante gaseoso se tornaron rositas.
— ¿Estás seguro? — Le preguntó igual de avergonzado pero emocionado.
— ¡Sí! Quiero hacerlo contigo, eres mi esposo ahora y me gustaría que diéramos ese paso, claro... Si tú también quieres. — El mayor le dio un pequeño beso en sus labios.
— Sí, sí quiero. — Le dio otro beso y lo alzó para llevarlo a la cama de aquella cabaña.

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Lo tumbó de manera suave mientras se ponía sobre él para empezar a repartirle besos y caricias por toda su cara y cuello. Saturno reía un poco al sentir aquellos labios besarle su cuello, era bastante cosquilludo ahí. A Júpiter le encantaba oír su risa, sabía que de cierta forma le estaba gustando, quería que disfrutara el momento, era la primera vez que hacían algo así y quería que fuera especial para los dos, que fuera inolvidable. Empezó a lamer un poco aquella zona blanquecina para luego dejarle una marca con sus dientes, el anillado gimió ante tal acto que rápidamente tapó su boca, jamás había escuchado un sonido tan obsceno salir de él. El gigante gaseoso rió un poco por la acción de su marido que volvió a hacer lo mismo logrando sacarle otro gemido.
Un rato después empezó a desvetirse a él y a Saturno mientras le daba besos por todo su cuerpo, estaba temblando un poco por los nervios pero quería que su pareja supiera que amaba cada parte de él. Cada peca, cada cabello, cada cicatriz, cada arruga eran una obra de arte ante los ojos de su esposo, digna de exponer en un museo en donde solamente él fuera el espectador. Con una de sus manos empezó a cariciar sus caderas y muslos, y con la otra un pezón ya que el otro lo estaba atendiendo con su lengua. El de anillos tenía una de sus manos apoyada en la cabeza de su marido acariciando su cabello mientras leves gemidos salían de sus labios, le gustaba esa sensación, jamás había sentido nada igual y le encantaba, pero quería sentir más de esa sensación placentera, necesitaba más.
— Eres hermoso, Saturno, no sabes lo hermoso que eres, mi amor. — Le dio un beso en sus labios que fue correspondido al instante.
— Te amo. — Le susurró el anillado luego de separarse del beso.
— Yo igual...  — Renundando así sus caricias.
El de anillos no se quedaba atrás, también le acariciaba y tocaba logrando sacarle algunos jadeos al mayor. Ambos se deleintaban con sus cuerpos.

Las cosas se empezaron a intensificar cuando ya estaban desnudos del todo, era hora de pasar al siguiente nivel.
— Seré cuidadoso, lo prometo. — Se colocó entre las piernas de su esposo mientras le daba un poco de besos en sus muslos y le acariciaba. — Dime si te duele, lo último que quiero es lastimarte. — Saturno asintió un poco nervioso, al fin lo harían, le daba felicidad pero a la vez miedo, normal en la primera vez.
Júpiter entró lentamente en la entrada de Saturno, el gigante gaseoso soltó un gemido de dolor cosa que preocupó al otro parando de inmediato.
— ¿Estás bien? ¿Quieres que pare? — Preguntó alarmado.
— E-Estoy bien... N-No te preocupes... Continúa~ — Habló entre jadeos, su esposo rápidamente obedeció a las palabras de su amante entrando por completo en él. La respiración del anillado era irregular, tener aquel gran trozo de carne dentro de él, era una de las sensaciones más exquisitas que ha experimentado en toda su vida. El más grande no se movió hasta que su pareja le dijiera que lo hiciera, no quería ser un bruto y lastimarlo simplemente porque no se podía esperar. Cuando notó como Saturno empezó a mover sus caderas en busca de más sabía que ya era hora de actuar, dio así la primera embestida y Dios... Fue tan placentero que lo tuvo que volver hacer una y otra vez. La habitación fue llenada de los gemidos y jadeos de ambos amantes, además se escuchaba el sonido de sus pieles chocando constantemente en busca de satisfacer sus instintos más primitivos y de sus besos, unos más pasionales que otros detonando que ese acto no era solo carnal si no también sentimental.
Un sonoro gemido de Saturno envolvió toda la habitación, Júpiter había dado con un punto en específico que lo hizo gritar de lo delicioso que se sintió.
— ¡Ah!~ ¡Jú-Júpiter!~ ¡Por favor!~ ¡Más!~ — Suplicó entre gemidos, súplica que fue acatada de inmediato volviéndole a dar en aquel punto sensible provocando otra ráfaga de placer en aquel hombre que gemía desesperadamente el nombre del otro que lo penetraba sin piedad alguna.
— M-Me voy a ve-venir~ — Sus jadeos no le dejaban hablar bien.
— Es-Está bien...~ Yo también~ —
Las embestidas aumentaron hasta que finalmente llegaron a su clímax. Júpiter salió de Saturno rápidamente y se corrió sobre su abdomen y viceversa.
— Perdóname, yo no- — Habló rápidamente al ver el desastre que había causado sobre su esposo.
— Tranquilo, está bien... — Le calmó.
— Iré por unas toallitas. — Se levantó de la cama y fue hacia el baño dejando al de anillos con cierto temblor en sus piernas pero aún así estaba feliz, todo salió a la perfección.
El gigante gaseoso volvió y limpió el estómago de su pareja que veía atentamente cada movimiento.
— ¿Te gustó? — Preguntó para luego botar aquellas toallitas en la basura.
— Me encantó... No sé porque no lo habíamos hecho antes. — Respondió. El mayor rió.
— Supongo que no teníamos la confianza suficiente. — Le dio un beso en su frente para arrecostarse a su lado.
— Amo que todo esto sea contigo... Me haces sentir tan seguro y amado que no me molestaría repetirlo. — Beso sus labios suavemente.
— Tenemos todavía una semana para que se acabe la Luna de miel. — Le devolvió el beso para luego colocarse sobre él. — Y obviamente vamos aprovechar el tiempo. —
Saturno rió para luego volver a besarse apasionadamente.

Tal parece que habrá segunda ronda.

Notas de la autora: 𓄹 ☆ 𓂃 ⊹

¹ Espero que les haya gustado el extra, no soy de escribir NSFW entonces si lo ven un poco chueco es que me cuesta, aún así, espero que les haya gustado. También agradezco todo el apoyo a esta historia, los quiero mucho mis niños.

² Si por alguna razón el verso de la canción que cantó Saturno se les hace conocida viene de esta canción, se las dejo por si la quieren escuchar.
En fin, amo Steven Universe.

Sin nada más que decir... ¡Nos leemos luego! <3