Capítulo X.

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Se sentía extraño asimilar que el verano estaba llegando a su fin. Zuko creyó que estaría feliz de estar lejos de Sokka pero descubrir lo feliz que había sido en ese instante, lo hizo sentir extraño.

Zuko se levantó de su cama con aquel pensamiento en mente, este era el último día de Sokka y su prima en el Reino Fuego. Debía al menos ser un día agradable que aumentará el deseo del omega de volver a este hogar. Los sirvientes le entregaron una prenda bonita adecuada para una charla en el jardín, aunque el muchacho tan joven e inquieto seguramente terminaría con polvo, rasjaduras y demás en la ropa.
Al sentarse a desayunar dió un saludo cortés en dirección del rey Hakoda, asintiendo con la cabeza. El rey, reconociendo el respetuoso saludo lo imitó. Tomó asiento justo al costado de Sokka, donde el aroma podía ser intenso dependiendo de las emociones del omega.

—Es una pena que los juegos terminen. —comentó Sokka, distraído en masticar pan dulce.

—Fue un buen verano. Fue bonito. —concluyó Zuko.

Ignorando a propósito los ojos agrandados de Sokka, evitando hacer contacto visual.

Los planes que construyo ese día fueron escasos, no habrían juegos para terminar, solo paseos por alrededores uno al lado del otro. Y de pronto, sin querer hacerlo, Zuko estaba haciendo lo que su madre quería de él. Eso que le pidió hacer desde un principio, ser un alfita atento con su omega, respetuoso y sobre todo, querer y adorar el tiempo que pasaba con Sokka. Aunque la realización del hecho seguía dándole ciertas naúseas a Zuko, quien por el momento no pensaba en todas las cosas que significaba estar casado y destinado a alguien.

Aún así, quería genuinamente a Sokka, porque era divertido, atrevido e inteligente. No era de extrañar que el omega decidiera elegir a otra alfa a su altura.

—¿Qué te pasa? —cuestionó la voz a su lado. – Tienes una cara rara, como si estuvieras pensando y te doliera hacerlo.

—¿Te estás burlando de mí?

–Zuko, seriamente, burlarme de ti es gracioso y fácil. Contando que me haces reír mucho.

Zuko alzó una ceja, estaba ofendido.

—No sé cómo sentirme al saber que soy la causa de tus risas.

Eso sonó raro. El corazón de Sokka se aceleró, mientras observaba los ojos brillantes de Zuko.

Las ropas del principito del Reino Agua eran su vestimenta para el viaje y el frío clima de las aguas del mar, el azul efectivamente era su color. Resaltaba en un aspecto que, aunque el rojo le quedaba, no se sentía tan perfecto como el otro tono. Al menos eso pensaba Zuko, de pie junto a su madre dándole la despedida a sus reales invitados.

Sokka hizo una pequeña reverencia a la reina, sonriendo y luego mientras ambos reyes hablaban, Sokka le dijo a Zuko:

—No eres tan malo, supongo.

Quitándo con una palabra, los anteriores años de molestia y enojo.





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Adolescencia




N/A: Holaaa, ahora se viene la parte intesa de todo esto juju. Aclarar que ellos se veían cada verano, y que gracias a los momentos entre medio de los salto de tiempo es que su convivencia siguio avanzando. Ya que, igual si ponía año por año, sería muy tendioso, en fin.

Gracias por leer, muak💖

𝐃 𝐄 𝐒 𝐓 𝐈 𝐍 𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora