"Para caminar junto a mí, tu vida debe terminar y renacer en la mía", Te daré vida eterna, amor eterno, poder sobre la tormenta; He cruzado océanos de tiempo para encontrarte.
Francis Ford Coppola,
Drácula de Bram Stoker.
Aunque esta frase no pertenezca al libro de Drácula del escritor irlandés, son oraciones hermosas; me preguntó, ¿un demonio puede o no puede amar?, ¿su maldad es inherente a sus sentimientos?; entonces porque Vlad amaba, si su maldad iba más allá de empalar cuerpos turcos, ¿por qué Samael, siendo uno de los arcángeles más poderosos del reino celestial, dejó esos cielos, dejó la magnificencia de su Dios?, solo por el amor que le profesaba a una mortal como Lilith.
¿Una deidad puede corromper al universo, por amar a una mortal?, vaya uno a saber, si es que se siente solo; un dios puede crear universos donde habitar con su estirpe, puede ser amado por ellos, ¿para qué amar a uno solo?, sí puede originar civilizaciones, puede ir más allá de la ciencia, de la cuántica, romper las cadenas del tiempo; nada más que esta deidad amo, y amo a una mujer corrompida por los lazos de la noche, un ser prohibido, de una calaña tan baja, que un demonio pudo poseerla.
Te he observado desde los confines del tiempo y del universo, sumergido en los sueños del espacio sideral; te espere por siempre, mi DIOS, tu altivo DIOS, no me dio la oportunidad de tocar nuevamente tu humanidad, ni de estar presente, en tus momentos de tristeza, ni de alegría.
Me encarceló en prisiones vacías, donde la oscuridad, rondaba como un depredador, el hiperespacio fue mi cárcel, pero no mi tumba, de alguna forma él me liberó, de alguna forma vi tu degradación, ¡tu DIOS!, me quitó esa humanidad que alguna vez manche con tu cuerpo sudoroso y frío, sé que soy un DIOS hecho carne, materia, poder, soy la ciencia y la esencia del cosmos.
Pero falle para amarte, no tuve tiempo para encontrar mi naturaleza divina; solo me queda un camino, y es vengar tu destino, hija eterna de la oscuridad, hija nacida de las manos malditas de YAHVÉ, del polvo de la tierra, eres la médula que contiene la existencia.
Vi cuando tu Dios hizo hombre y mujer a su semejanza, a nuestra semejanza, por eso te amo, eres única, invariable, rebelde, no vienés de la costilla de un hombre, eres la mujer de las entrañas de la muerte, eres la célula intrínseca de DIOS, eres el origen de la vida.
Por ti, amor mío, estoy encadenado a estos mundos de caos, tú eres la semilla, tú eres la tentación del mundo, sé que tu condena es eterna, por eso prefiero mejor morir, que seguir viviendo una eternidad, una trascendencia sin ti, una morada infinita, una soledad, una entelequia que se esfuma en lo onírico e intrascendente del cosmos, un corazón muerto de sed.
Vivir entre fluctuaciones cuánticas, tiempos, espacios, retazos de recuerdos, poseer una memoria que no olvida tus lágrimas, una memoria que no olvida tu sexo, eso me ha convertido en una criatura caótica y celestial, una bestia sanguinaria, un carnicero de mundos.
Una marea de muerte a mí espaldas me acompaña, he destruido universos con mi voz, porque mi poder blasfemo puede destruir, solo ruego a lo que no es cielo, como rogar si soy un DIOS, hoy me postro ante ti, mi diosa primigenia, mi catarsis, mi elemento liberador, te hago esta apología, para que sepas lo mucho que te sigo amando, lo mucho que he esperado por ti, mi amada e infernal lilith.
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INFERNUM, El Último Ángel Caído
HorrorSi el apocalipsis no es como lo dice la biblia, que pasaría si las puertas del infierno se abriesen, condenarían al humano y al universo mismo, pero que pasaría si más allá de ese universo inconmensurable, satanás y lucifer despertaran una fuerza có...