2.5 - El laboratorio I

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—Creo que tu novio debe relajarse —dijo Billy en un intento de tantear terreno, pero esa suposición causó efecto en Gisele al tener presente a Joseph. No respondió nada, por lo que Billy cayó en cuenta de que no era así como lograría hacer que ella conectara con él—. No me has dicho tu nombre, por cierto. Escuché en el subterráneo que te llamaron O'Malley, pero no he escuchado tu nombre.

—No es necesario, Coen. Deja de hablar y camina.

—Hey, solo intento conocerte un poco más, estamos juntos en esto. No deberíamos ser tan así de herméticos.

—¿Por qué te transferían esos oficiales? —preguntó, pero él sabía que, si en ese momento le revelaba la verdad, perdería la poca confianza que había logrado obtener de ella. Gisele notó la incomodidad, y sonrió disimuladamente con aires de soberbia—. ¿No vas a decirlo?

—Tal vez después, en otro momento más adecuado.

—Vamos, no deberíamos ser tan así de herméticos —dijo adelantando el paso, dejando a Billy sin palabras. Le había dado un poco de su medicina, y él lo sabía.

—¿Por dónde comenzaremos? —inquirió el chico al tiempo que subían unas escaleras que conectaba a dos pasillos.

—A partir de ahora debemos separarnos y cubrir más campo. Cuida que no te vean, no quiero que te vuelvas un problema.

—¿En verdad podría ser un problema? Te he estado ayudando.

—Por decisión propia, pero yo no voy a meter las manos al fuego por ti si dejas que alguien te vea.

—Sabes bien que mi testimonio podría ser de mucha ayuda.

—Sí, pero también sé que buscas salir con ayuda de nuestros medios, lo cual no será posible, porque si te dejas ver, no te darán las oportunidades que Rebecca o yo te dimos. Eres tú el que nos necesita ¿Quieres ser útil? No dejes que te vean. Tienes pinta bélica, no eres un simple civil, así que, Billy Coen, usa tus habilidades que estoy segura, debes tener y evita que te vean si en verdad quieres ayudar —Ella no estaba equivocada, Billy era un cabo con mucha experiencia, sabía leer las miradas y expresiones corporales de las personas, por lo que ella no fue la excepción. La chica gritaba venganza, y él no iba a ser un obstáculo para ello.

—Espera, oye... ¿punto de...? —Gisele se adelantó sin volver la vista. Su prioridad era llegar a las pruebas mucho antes que Barry o Wesker, y para ello debía ser ágil, rápida y cuidadosa. Justo como Albert Wesker la entrenó.

Después de investigar todo lo que estuvo a su alcance, llegó a una habitación donde encontró a Jill concentrada en una computadora. Ambas se habían puesto en guardia con sus armas, pero inmediatamente las bajaron.

—¿Estás bien? —preguntó Gisele acercándose a Jill que la recibió un abrazo.

—Sí, logramos llegar aquí. Vi las notas en la mansión.

—Fue idea de Chris.

—No me sorprende.

—¿Qué haces?

—Tratando de abrir los accesos a las puertas cerradas, encontré una carta —explicó al tiempo que extendió el papel en dirección a Gisele. Ella revisó la hoja, la cual contenía instrucciones codificadas—. ¡Genial! Lo logré,

Gisele dejó el papel sobre el escritorio y se acercó a ver la pantalla.

—Para que tuvieran una clave oculta en una carta que parece simple e inofensiva, debe haber muchas revelaciones en esas habitaciones —dijo inclinándose un poco a la pantalla con los brazos cruzados para memorizar el croquis que se apreció en la pantalla, marcando con verde las habitaciones desbloqueadas.

Peligro Biológico. Sin escape | Fan Fiction | En proceso lentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora