1.2 - Los S.T.A.R.S.

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R.P.D.

OFICINA DE S.T.A.R.S.

URGENTE.

"Equipo Bravo presente mañana a primera hora del día en la sala de juntas.

Equipo Alpha tener los reportes listos a primera hora del día en la oficina."

—Capitán, creí que ya no lo encontraría. ¿Autorizarán la misión? —preguntó Rebecca Chambers al capitán del equipo Bravo, Enrico Marini.

Éste, tras verla llegar, salió del pequeño espacio del jefe con un montón de carpetas bajo su brazo para encontrarse con la chica en un escritorio fuera del pequeño almacén personal de armas del equipo.

—Eso escuché —confirmó colocando las carpetas sobre el escritorio, las cuales comenzó a hojear sin distraerse por la presencia de la integrante más reciente del equipo—. Tenemos algunos informes que les daremos durante la reunión. Pero por ahora, mira esto.

La invitó a acercarse dejando una carpeta abierta sobre el escritorio, al tiempo que se recargó cruzado de brazos en una esquina de este.

Rebecca Chambers había pasado toda la noche en una extensa investigación relacionada con uno de los tantos ataques reportados en Ciudad Raccoon, se sentía exhausta, y al igual que el resto del equipo, lo único que deseaba era irse a descansar. Algo que no sucedería pronto.

—Concluí con la investigación de ayer, y los resultados son algo confusos, pero quizá esté pasando algo por alto —Levantó la carpeta para observar las fotos que contenía algunos informes. Justo en ese momento entró Jill con un vaso de café en la mano, y una carpeta en la otra. Enrico advirtió su llegada, pero Rebecca no se inmutó por ella, seguía sumergida en su asombro por las fotografías.

—Buenos días... mañana nadie podrá ausentarse, por lo que veo —mencionó Jill, caminando directo a su escritorio. Dejó lo que traía en las manos sobre el mismo, y tomó asiento.

—Wesker estuvo ayer por la noche reunido con el Jefe Irons en su oficina —informó Enrico—, y hace unas horas llegó aquí colocando el aviso de la puerta para que nadie se ausente. Tendremos movimiento.

—¿Qué le haría cambiar de opinión? Ha dado luz verde de un momento a otro, eso es muy extraño —inquirió Jill, girando en dirección a ellos sobre su silla sin levantarse—. Precisamente ayer por la mañana le comentábamos sobre la relación que había de los asesinatos en el mismo radio, cerca de las afueras de Raccoon. No ha habido más reportes de sucesos extraños dentro de la ciudad, excepto la desaparición de las dos chicas universitarias, el resto se sitúa a orillas de la ciudad, pero no mencionó indicios de nada.

—Se ha cercado el camino al bosque, y respecto al par de universitarias, les hemos encontrado —respondió el hombre.

—¿En serio? —cuestionó interesada.

—El responsable sabe cómo escabullirse y salir de nuestro radar —agregó Rebecca cerrando la carpeta para dársela a Jill—. Las montañas Arklay ya no son un lugar seguro.

En ese momento, Barry Burton se les unió.

—Pobres chicas —expresó Jill con un aire de tristeza al observar las fotos.

—Hola, gente... —saludó Barry al tiempo que Jill le regresó la carpeta a la novata.

—Hola, Barry —saludó Jill girándose de nuevo hacia su escritorio, abrió la carpeta que traía en las manos cuando llegó, y encendió su ordenador.

—Buenos días —secundó Rebecca—. Están en avanzado estado de descomposición, la ropa indica que es la misma que usaban las chicas el día de su desaparición. Aún habrá que hacer pruebas de ADN, y si son acertadas, habrá que avisar a los familiares y traer testigos visuales a declarar.

Peligro Biológico. Sin escape | Fan Fiction | En proceso lentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora