4.3 - U.B.C.S.

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—¿Estás bien? —inquirió Billy a Gisele sentándose a un lado de ella al verla pensativa con la cabeza recargada en la pared.

—Debo estarlo, necesito estarlo.

—¿Todo bien por allá? —inquirió llamando su atención, y señaló ligeramente con la barbilla en dirección a Joseph que no dejaba de mirarlos mientras Richard había estado poniéndolo al tanto de todo.

—Eso creo... —respondió con la mirada en sus compañeros, para después evadirla—, eso espero.

—Pase lo que pase, cuentas conmigo. Para lo que sea. Lo sabes, ¿cierto? —Su mano se posó sin temor sobre el brazo de la chica que mantenía recargado encima de sus rodillas flexionadas. Ella lo miró, y con un poco de trabajo le ofreció una ligera, casi invisible sonrisa al tiempo que su mano se posó sobre la de él.

—Te lo agradezco —sinceró.

—Entonces, ¿qué quieres hacer? —Ella se mostró confundida, tratando de descifrar si él sabía lo que estaba pensando, o solamente tentó a la suerte—. Te he observado lo suficiente como para saber que ya estás maquinando algo ¿Qué es?

—Salir.

—No es viable por ahora.

—Tampoco lo será después, y necesito encontrar a Jill —Billy miró fugazmente al par de compañeros de la chica, y al regresar la vista hacia ella, asintió colocándose de pie, ofreciéndole su mano.

—Vamos entonces. Tal vez no sea lo más adecuado de momento, pero igual lo harás, y de cualquier manera, te estaré respaldando —Ella ablandó sus facciones, y asintió aceptando la mano del marine.

—Es suficiente —avisó revisando su arma—, nos vamos.

—Espera, aun no es momento —protestó Richard a la chica que ya se dirigía a la puerta mientras él se acercaba a la ventana señalando el exterior con su mano—. Ven y echa un vistazo, Gisele ¿De verdad crees que es hora de salir?

—No me quedaré aquí a perder el tiempo. ¿Vienen o se quedan? —Richard lo pensó un poco, pero Joseph se encaminó decidido.

—¿Dejar a mi chica sola, otra vez? —resaltó Joseph con la mirada desafiante sobre Billy—. Eso no pasará. Vamos.

Sin más protestas, los cuatro desmontaron la pequeña barricada que habían colocado tras la puerta, y se encaminaron a las calles donde fue inevitable el encuentro con los zombis, los cuales, ya no presentaban para ellos tanta amenaza si tomaban sus precauciones para no encontrárselos en manadas.

Nadie dijo nada, permanecieron en silencio durante su camino hasta llegar a la comisaría por la parte del estacionamiento.

Forzados, se detuvieron al ver una explosión sobre un edificio en construcción que se encontraba a una calle cerca.

—Esto sigue, y se pondrá peor —señaló Richard.

—No podemos detenernos por eso —respondió Gisele—. Y mucho menos cuando sabemos de qué son capaces esos miserables. Esta ciudad es solamente el comienzo.

—Parece que nos tocará seguir caminando hasta la entrada principal —anunció Joseph, observando la rejilla del estacionamiento—. Ese cerdo de Irons debe estar tomando precauciones.

—Sí, no dejará tan fácilmente la comisaría. Rodeemos entonces —Ella se adelantó, pero la voz de Richard la detuvo.

—No puede ser...

—¿Esa es...? —Ni bien Billy terminó de preguntar, Gisele ya se encontraba corriendo en dirección a Jill que la recibió con los brazos abiertos tras bajar de un camión de bomberos atravesado en la calle.

Peligro Biológico. Sin escape | Fan Fiction | En proceso lentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora