2.1 - Ahora es personal

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El chico se puso en cuclillas entre los arbustos donde logró ver un arma que lo inquietó al reconocer el emblema del equipo incrustado en el mango. La tomó para analizarla, pero mayor fue su sorpresa al ver que el arma no estaba sola, una mano cercenada a su costado alimentó los temores que empezaban a compartir en el equipo.

De pronto, escuchó pequeñas pisadas que provenían de más de una criatura; o lo que fuese. Con su escopeta de francotirador, observó por la mirilla activando la visión nocturna para lograr ver algo.

«Demonios, creo que estoy algo paranoico» Pensó temeroso. Gisele observó de lejos su comportamiento, y en modo sigiloso se fue acercando a su dirección.

Nada de lo que se acercaba a la vista de Joseph, habría pasado por su más descabellada imaginación. Un par de perros en avanzada descomposición, y oliendo a una fuerte putrefacción, se acercaron a él.

—¿Qué demonios? —susurró. Gisele alcanzó a verlos, pero de lejos y en la oscuridad, no visualizó su aspecto. Lo que le alertó, fue que, de la nada, salieron dos perros más que se abalanzaron contra él prendándose de sus piernas sin darle tiempo a reaccionar más allá de interponer su escopeta atinando en el hocico del primero que tenía encima para evitar que lo mordiera. Fue Gisele que apuntó con su arma y desde la distancia comenzó a disparar, dándole al que se encontraba encima de Joseph, y con ello la oportunidad de que se liberara de aquel animal. Era resistente, ya que el disparo solamente lo debilitó un poco, momento en el que Joseph aprovechó para empujarlo con la misma escopeta y darle un disparo que atinó a la primera, dejándolo inmóvil. Inmediatamente, disparó a los dos que tenía prendado en sus piernas, mismos que Gisele no podía hacer caer con sus disparos.

Al haberse acercado a él, pudo ver que no resultó ileso, sus piernas tenían las marcas de sangre por las mordidas, y, aun así, se puso de pie con la ayuda de Gisele en cuanto le extendió la mano.

—Joseph... —Lo abrazó con el corazón agitado, mirando atónita a aquellos animales que no se explicaba cómo es que no podía hacerlos caer al primer disparo. Parte de ellos dejaban ver la ausencia de pedazos de carne mostrando los huesos, y el olor que emanaban era de putrefacción que iba en aumento, haciéndose más notorio.

—Estoy bien, tranquila —aseguró, se incorporó y buscó su mirada sujetándola por las mejillas. Ella asintió aún agitada, y ambos se encaminaron para unirse al resto que acudieron lo más rápido posible ante la alerta de los disparos.

Cuando estuvieron a pocos metros de reunirse, Gisele fue empujada desde la espalda, al tiempo que un gruñido gutural la alertó. Joseph evitó que ella fuera atacada al tiempo que disparó al animal haciéndolo caer, pero otro más salió prendándose esta vez de su brazo, impidiendo que pudiera zafarse y defenderse. Gisele se giró un poco aún en el suelo, y apuntó con su arma, al tiempo que se puso de pie, escuchando que alguien más disparaba a los animales, pero no les hacía nada. Pudo ver las balas entrar en sus cuerpos, salpicando sangre, pero sin afectarles mucho. Una bala salió de su beretta, y la mano de Barry rodeando su brazo para alejarla de ahí evitó que detonara una vez más.

—¡Vámonos, Gisele! —gritó, pero ella se resistió.

—¡No! —gritó apuntando con su arma, zafándose del agarre del hombretón. Dio un paso, pero él se apresuró a sujetarla nuevamente—. ¡Joseph!

—¡Gise...! —gritó Joseph con desesperación.

—¡No hay nada que podamos hacer, vámonos! —exclamó nuevamente Barry, y fue cuando ella cayó en cuenta de que ya no eran unos cuantos perros, era una manada que no supieron de donde salió.

—Jos... seph —susurró Jill con la voz entrecortada completamente aturdida por la escena. No importaba que dispararan, no los hacían caer y continuaban llegando más.

Peligro Biológico. Sin escape | Fan Fiction | En proceso lentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora