END GAME [TAYVIS]

two; el juego

Una vez llegamos a Brasil un equipo de seguridad nos estaba esperando para llevarnos al lugar donde íbamos a alojarnos, tengo entendido que es un complejo que cuenta con canchas de fútbol, tenis, básquet, piscinas...

El viaje fue relativamente tranquilo, luego de saber que Travis desfilaría conmigo me sentía en un juego de ajedrez pero la que movía las piezas no era yo, eran mis amigos conspirando para que Travis y yo nos enamoremos.

— Bienvenidos —dice Chris cuando abre la puerta de una de las casas que estaban dentro del complejo —. Esta será nuestra casa durante una semana.

— De hecho el grupo es para eso —explica Alba —. Todos los que están en el grupo son los que se quedarán en esta casa, los demás estarán en las otras casas del complejo.

— Que empiece la fiesta —dice Downey mientras entraba a la casa.

Travis, Susan y yo saludamos a la pareja y hablamos de lo lindo que es el complejo.

— Familia —escucho una voz femenina a mis espaldas y puedo ver como Travis se tensa.

Al girar me encuentro con una mujer alta, linda, morocha y un tanto escandalosa.

— Eiza —dice Travis —. Tanto tiempo.

La tensión se sentía en el aire, Chris y Alba estaban incómodos, Susan y yo no entendíamos nada.

— Nosotros... —balbucea Chris —. Tenemos que...

— Que ir a ver a... —habla Alba —. Unas cosas, ya volvemos.

Aprovechan la oportunidad para irse, pero no solo ellos. Susan se va sin decir nada a buscar a su marido y yo me quedo estática y quiero aclarar que no es porque me guste el chisme pero no sé cómo irme.

— Lo mismo digo Trav —sonríe apenada y luego me mira —. ¡Omg! —grita —. Soy súper fan.

— Mucho gusto —sonrío —. Soy Taylor.

— El gusto es mío —me abraza —. Soy Eiza, la prima de Chris y ex novia de Travis.

Mierda, miro a Travis y él tiene la cara de incomodidad más evidente del planeta.

— Entiendo que tal vez sea incómodo para ti porque debes pensar que me molesta que estén juntos —explica —. Pero no me molesta en lo absoluto, entonces espero que a ti no te moleste mi relación.

Ni siquiera me molesto en negar lo primero, ya que lo segundo que dice es lo que más confundida me tiene.

— ¿Por qué me molestaría tu relación? —pregunto confundida.