A| I wanna be your end game
Taylor estaba feliz por haber sido elegida dama de honor en la boda de unos amigos pero, la crisis vino cuando vio llegar a la prima del novio con su ex.
Lo que empieza con una farsa para una boda en Brasil, termina en...
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— Taylor Alison Swift —habla el padre —. ¿Acepta usted como esposo a Joe Alwyn?
— Acepto — sonrío.
— Joe Alwyn — mira a mi prometido —. ¿Acepta usted a Taylor Alison Swift como esposa?.
Miro feliz a Joe esperando su respuesta, su cara de felicidad pasa a ser de asco en cuestión de segundos. Joe suelta mis manos y se aleja de mí.
— No —dice bajando las gradas —. Jamás podría casarme con alguien como ella.
Despierto asustada por mis pesadillas y me encuentro sola en la cama de tres plazas, veo a Travis aún durmiendo en el sillón y luego la hora, 7:00 am.
— Taylor, Travis —tocan la puerta —. Soy el tío Robert —canta.
Debe ser una broma.
— Tengo el desayuno para la feliz parejita —dice más fuerte.
No podía ver a Travis durmiendo en el sofá, se supone que somos una feliz pareja que no puede dormir separada.
— Travis —susurro —. Despierta —susurro más fuerte y decido tirarle una cabecera —. Robert está aquí.
Travis se despertó de golpe, sus ojos parpadeando con sorpresa. Con un movimiento ágil, se levantó del sillón y se dirigió hacia la cama, mientras yo me aseguraba de que las sábanas estuvieran desordenadas y mi cabello un poco revuelto para dar más credibilidad a nuestra actuación.
Justo en ese momento, Robert seguía esperando afuera. Con un toque de pánico divertido, me apresuré a abrir la puerta, tratando de parecer adormilada pero encantadora al mismo tiempo.
— Hola, Robert —exclamé con un bostezo exagerado, estirándome como si acabara de despertar de un sueño profundo.
Robert entró en la habitación con una sonrisa burlona.
— Solo quería traerles el desayuno y asegurarme de que estuvieran bien —respondió con un brillo travieso en los ojos —. Pero parece que interrumpí algo —dice viendo el desorden y la sonrisa pícara de Travis —. Lo siento, chicos.
Robert salió de la habitación con una sonrisa socarrona en el rostro, su mirada traviesa.
— Bueno, parece que casi nos pillan durmiendo en camas distintas —bromeo con una risa contenida —. ¿Estás bien? —digo al ver su cara de incomodidad.