END GAME [TAYVIS]

Eight; interrupciones

Travis rodea mis hombros con sus brazos protectores y me susurra al oído.

— Está demasiado borracho, quédate aquí arriba —su voz es calmada pero firme, tratando de mantener la situación bajo control.

—¿De verdad crees que resolver las cosas a puñetazos es la solución? —dice sarcástico —. No sé qué te pasa, Joe, pero no puedes simplemente entrar aquí y amenazarme porque estás borracho y frustrado —suspira —. Si realmente te importa Taylor, deberías buscar una forma más madura y respetuosa de lidiar con tus sentimientos.

That's my man, falso pero sí.

— Te sigo amando amor —me mira Joe suplicante —. Eiza solo fue una equivocación —confiesa.

— Joe —susurro.

La confesión de Joe me golpea como un puñetazo en el estómago, y siento cómo la tensión en la habitación se eleva con la ira de Travis. Mis manos se aferran al borde de la encimera mientras trato de procesar lo que acabo de escuchar.

Las palabras de Joe resuenan en mi cabeza, creando un torbellino de emociones confusas, pero las palabras se atascan en mi garganta, incapaces de salir.

La tensión en la cocina es palpable cuando Eiza entra, su expresión de confusión y sorpresa reflejada en su rostro. Todos se quedan en silencio, esperando a ver cómo reaccionará ante la situación. Sus ojos recorren la habitación, deteniéndose en Joe y luego en mí, buscando respuestas en nuestras miradas. Sus labios se entreabren como si estuviera a punto de decir algo, pero las palabras parecen no encontrar su camino mientras procesa la escena frente a ella.

— ¿A quien amas Joe? —pregunta confundida.

— A Taylor —confiesa.

La confesión de Joe corta el aire en la cocina, dejando a todos sin aliento por un momento. Las palabras resuenan en el espacio, llenas de sinceridad y pesar.

Eiza, con lágrimas en los ojos, se queda sin palabras ante la revelación. Su mirada se cruza con la mía, buscando alguna señal de confirmación o negación en mi rostro.

Travis tensa sus mandíbulas, su expresión muestra una mezcla de sorpresa y desaprobación.

— Ella es hermosa y la industria musical —mira triste a Joe —. Dime ¿cómo puedo competir yo con eso?.

— No puedes —confiesa Joe.

Travis me mira con preocupación mientras me acerco más a él, sintiendo el peso de la incomodidad y la confusión que ha inundado la atmósfera.