XXI: MÓNACO

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Sábado 28 de Mayo 2022.

Estación de Montecarlo, Mónaco.

Estaba caminando por la estación de tren traía una pequeña maleta a mi lado junto con una pequeña mochila colgando de mi espalda. La estación de tren era bastante grande pero lo entendía ya que era la única manera de llegar a Mónaco.

Le mandé un mensaje a Francois para avisarle que había llegado ya que Diane no iba a poder venir por mi porque se encontraba haciendo las prácticas libres para el gran premio. No tenía planeado venir pero mis partidos habían terminado y aunque tenía una concentración con la selección había pedido el permiso a Luis Enrique quién me lo dió.

"Ahh, el amor es una magia una simple fantasía", si le dió tiempo de cantar.

-¿Pablo Gavira?- pregunto un señor que venía conduciendo un Ferrari roma color gris oscuro.

Si, había aprendido los distintos tipos de Ferrari que existian.

Asentí, mientras el señor abría las puertas de atrás y seguidamente quitarme la maleta para subirla. Me quedé procesando un momento para después subirme de lado de copiloto.

-Disculpe el tráfico, pero como sabrá la clasificación sigue en curso y para eso se necesitan las avenidas principales de la ciudad, todo Mónaco está ahí- respondió mientras arrancaba hacia donde suponía me iba a quedar.

-El señor Francois, me dijo que lo llevará al circuito pero cuando salí por usted la qualy dos estaba a la mitad así que dudo que llegue a tiempo para ver algo-

Asentí, quería ver a Diane pero no quería verme muy intenso ya que ella salió de España apenas el Martes y lo hizo porque tenía que hacerlo.

-Sin embargo la señorita Roux me pidió que le entregará las llaves para su departamento. Ella aún debe quedarse un rato en el circuito para discutir las estrategias-

CÓMO QUE ME IBA A QUEDAR EN SU DEPARTAMENTO.

El extendió un juego de llaves junto a una tarjeta, las llaves tenían colgadas un llavero del Barcelona.

Sonreí sintiendo una calidez recorrerme el pecho.

Julián como se llamaba el chófer fue rodeando las diversas calles de Mónaco tenía razón eran muy pocos los autos que circulaban en la cuidad. A simplemente vista Mónaco era lo que me imaginaba un lugar para millonarios, se veía el puerto donde había diversos yates y los autos eran de marcas de lujo no éramos el único Ferrari que estaba circulando por sus calles.

Entramos a un grupo de departamentos, eran blancos y muy minimalistas a simple vista no parecían tener nada en especial y era por lejos de los pocos edificios que no se veían tan presuntosos, aparcamos en el sitio que tenía un 29 marcado todos los que vivían aquí saben de quién era el Ferrari estacionado.

-Joven Gavira, llegamos- abrí la puerta del Ferrari, nos acercamos al ascensor para que Julián me dijera cuál era su apartamento.

Su departamento estaba en el piso diez y su número era el siete.

-Ya le comenté al señor Francois que se encuentra en su apartamento-

Julián se quedó en el ascensor, salí jalando mi maleta por el pasillo mientras maniobraba con las llaves para poder entrar. Me recibió un pequeño pasillo de paredes color blancas a un costado estaba un perchero con una sudadera y gorras de Ferrari, en la parte de abajo un zapatero, me quite los tenis por respeto a su hogar.

Avance, había una pequeña sala con dos sillones, televisión y un piano por sorprendente que fuera.

¿Cómo habían logrado meter un piano al edificio?

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