CAPITULO 35: Cadena

9 1 1
                                    

El sol ilumina mis ojos, ¿qué demonios pasó? Mi cuerpo se siente tan agotado, debió ser ese estúpido tipo, usó algún tipo de droga para distraerme, escuchó unas pisadas bajando las escaleras, al voltear puedo notar la presencia de Gretel, su rostro se ve preocupado, corre hacia mí mientras me pongo de pie y le doy una leve sonrisa.

Gretel:
— ¿Qué te sucedió? Estás herido, también hueles mucho a tabaco y alcohol. —en su rostro se nota el disgusto, supondré que los aromas ahora los siente más fuerte.

Ciro:
— Estoy bien, solo fue un incidente del oficio, —sujetó ambas manos, ella logra soltarse de una y siento como una de mis mejillas arde. —supondré que no es fácil convencerte y lo siento.

Gretel:
— ¡Eres un imbecil, como se te ocurre ponerte en riesgo aún sabiendo que me lo prometiste! —la rabia en su rostro, sus ojos llorosos, ella es tan linda cuando me muestra sus sentimientos.

Ciro:
— Está bien cariño, no debí mentirte de esa manera, —colocó una de mis rodillas en el suelo.— si golpearme te hará sentir mejor no te detendré, no quisiera verte llorar. —sujeto un mechón de su cabello.

Gretel:
— ¡¡Idiota!! —se aleja de mí y me empuja un poco, se va corriendo a la otra habitación.

Agacho la cabeza mientras recuesto mi cuerpo en el suelo dando media vuelta dejando mi vista al techo. Ahora Gretel no se encuentra cómoda conmigo, quizá debería enviarla a otro lado, sabiendo donde se queda, con quienes y así no preocupándome de mis trabajos, me duele mentirle pero es necesario para mí, no puedo dejar pasar todo este inconveniente, una de mis mucamas me mira en el suelo.

Mucama:
— Amo Ciro, debería ir a su habitación, su baño también está listo. —se agacha para quedar a mi altura.

Ciro:
— Está bien, iré pronto, por favor cuida de Gretel, está en la otra habitación.

Mucama:
— Lo que el amo Ciro pida lo cumpliré. —se pone de pie y con leve prisa se va contenta.

Ahora que lo recuerdo esa mucama es Morgan, se la asigne a Gretel ya que es una chica muy inquieta, llena de energía y también así podrá disfrutar de ver a alguien joven como ella, ya que toda la servidumbre que mi padre dejó son solo conocidos para mí y para Gretel son todos desconocidos. Morgan suele ser una espina para mí pero ha sido una de las mejores en las prácticas de seguridad, solo de pensar dejarla sola con Gretel me pone un poco de nervios, para eso está Yoha, mi mucama personal.

Mucama Yoha:
— Joven Ciro, póngase de pie, está estorbando y un hombre como usted no debería de estar aquí en el suelo.

Ciro:
— ¿Es porque acabas de limpiar? Ya voy, no puedo creer que en mi propia casa me hagan esto. —con el cuerpo agotado me pongo de pie.

Mucama Yoha:
— El amo Gregory sería peor que yo y sí, no tiene mucho que he limpiado aquí. —sacude el saco del suelo y me lo lanza.

Ciro:
— Debería despedirte. —la mujer se coloca la mano en la cintura y su mirada me eriza la piel.

Mucama Yoha:
— ¿Acaso buscas amenazarme? Yo que te he criado como mi hijo, está bien, me iré, no pienso cumplirte tus caprichos, tu padre estaría molesto.

Ciro:
—Yoha es solo una broma,  jamás podría hacerte eso mi padre te aprecio como una hermana, esta es tu casa. Ahora debo irme, aún tengo que seguir buscando a alguien.

Ella solo asiente con su cabeza, me toma una mano y da una pequeña palmada, le doy una leve sonrisa y me voy a la habitación.

Mi móvil comienza a sonar, es una de las alarmas para mi trabajo, miro a Morgan bajando los escalones y con una expresión de decepción pero con un poco de ánimo.

Mucama Morgan:
— ¡Amo Ciro, la joven Gretel está decorando la habitación, solo la pude distraer con eso un poco! —suelto un leve suspiro.

Ciro:
— Te lo agradezco, iré a verla un momento antes de ir a trabajar, sigue cuidando de ella por favor.

Ella con una gran sonrisa se va, subo los escalones llegando a la habitación que Gretel quiso dejar para nuestro heredero, abro un poco la puerta y soy recibido con el golpe de una almohada, la tomo y la sostengo llegando hasta ella, me siento en un pequeño banco, Gretel mira la cuna tan detallada que se mandó hacer.

Gretel:
— Ciro, podrías por favor tener una vida normal conmigo, no sé qué clase de problemas tengan, pero quiero vivir tranquilamente. Tengo el miedo constante de que te pase algo.

Ciro:
— Es mi trabajo, no lo dejaré por nada, incluso si tenemos más hijos deberán heredarlo, no importa como llamen a lo que ha creado mi padre, no se puede romper la cadena tan fuerte que ha creado y levantado por sí solo.

Gretel:
— Entonces debería dejarte, irme para siempre y no estorbar, no planeo dejar que lleves a nuestro hijo por ese camino. —se coloca enfrente mío.

Ciro:
— Sabes que no puedes irte y mucho menos escapar, te amo tanto como para decirte una mentira, claro aparte de la que ya te dije el día de hoy, pero siempre he sido sincero contigo Gretel, no quiero que nos ocasionemos problemas... —me acerco para abrazarla y siento algo cerca de mi abdomen.

Gretel:
— He tratado de entenderte, he sido demasiado paciente, no te puse límites pero también ya es tiempo de que tú lo entiendas, no pienso dejar que hagas lo que te plazca con mi hijo. —me hace retroceder hasta quedar sentado de nuevo en la silla.— No importará cuántas veces me encuentres, siempre y cuando tú me ames aprovecharé ese amor para seguir huyendo.

Clava el cuchillo entre mis piernas y se va de la habitación, mi cuerpo siente una corriente pasando por todo mi ser, no puedo evitar sentirme tan feliz, amo tanto a esta mujer, no puedo desear más, quito el cuchillo y me pongo de pie. No puedo evitar sentir cierta molestia entre mis piernas, me siento tan excitado, no puedo dejar de imaginarme su rostro con tanta ira.

Ciro:
— ¡Te amo tanto Gretel!

Besos Sin Aliento. (+18)©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora