CAPITULO 25: ¿Dolor?

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Mantengo mi mirada en la ventana, ya está la puesta de sol, pensé que aún me quedaría más diversión pero no fue así, está vez mi víctima no fue lo suficientemente rápida, me levanto mientras miro el cadáver del suelo, suelto un leve suspiro mientras saco una chaqueta de mi mochila, me quitó la camiseta, la guardo, el teléfono de la casa suena una vez más, este tipo si que sabe tener buena comunicación, lástima que su familia tuvo que salir y él se quedó con su amante, sí que hay sorpresas que nos esperan.

Salgo de aquella casa, ahora debo buscar algo que comer, me alejo lo más posible buscando con la mirada donde comer algo, mis ojos se encuentran con aquella persona, cruzo la calle rápido y me meto siguiéndola, ella hace su pedido y yo me hago a un lado para que pase a sentarse.

Dominik:
— Quiero un moka y esa dona de chocolate que tiene ahí. —la empleada me hace tomar asiento. —Estare con la chica que pidió antes que yo. —asiente con una sonrisa.

Con una leve sonrisa me siento enfrente de ella y está queda en shock, su rostro se ve pálido, recargo mis codos en la mesa mientras con mis manos tomo mi rostro.

Dominik:
— El mundo es tan pequeño para nosotros.

Gretel:
— P-por favor, déjame en paz. —su voz es temblorosa y sus ojos se ven llorosos.

Dominik:
Lo siento, pero me gusta acabar con todas las personas que seleccionó, ayer, sí no hubiera sido por ti, Ciro estaría ahora mismo bajo tierra.

Gretel:
— Por favor déjanos en paz, no te e echo nada.

Dominik:
— Exacto, a mí no me has echo nada, pero creo que estás relacionada con todo mi pasado.

Gretel:
— No lo entiendo. —nuestras órdenes llegan a la mesa.

Dominik:
— Veo que Ciro solo te cuenta muy poco de lo que pasa cada que se deshace de una persona. —tomo la dona dándole un mordisco grande.

Mi piel se eriza, hago que Gretel baje la cabeza de un tirón, se escucha como empieza alguien a disparar, la miro y hago señal de que guardé silencio y se meta bajo la mesa, asesino a la empleada que nos atendía, no puedes quitarme a lo que le pongo la vista, sacando mi navaja me acerco rápido, este se ve nervioso, llegó hasta él, dispara cerca de mi oreja y corto parte de su brazo, con la otra mano golpeó fuertemente su barbilla, me hago un poco hacia atrás tomando impulso logrando darle una fuerte patada que hace que termine tumbado frente al mostrador. La gente temerosa está en shock, puedo aprovechar.

Dominik:
— Dulces sueños. —corto su garganta y salgo de inmediato de la cafetería. — Ni siquiera me dejaron disfrutar de mi almuerzo.

Después de alejarme unas cuadras alguien me mira directamente, casualidades del destino, es Tony, hace tiempo que no lo veía de cerca, su rostro se ve poco impactado.

Tonelay:
— ¿Cómo te llamas? —se acerca.

Dominik:
— ¿No estás feliz de verme?, Soy Dominik, el recuerdo de tu amada hermana.

Tonelay:
— No puede ser. —sujeta mi brazo, pero evito ser agarrado.

Dominik:
No vuelvas a tratar de tocarme, tu cuerpo contaminado me repudia, —hago un gesto de asco.— tengo cosas más importantes por hacer.

Tonelay:
— ¿Acaso eres tú el que ha provocado todas esas muertes? —levanta una ceja.

Dominik:
— Debo distraerme con algo, adiós.

Sin responder más tomo un nuevo camino, no puedo dejar de pensar en Gretel, pensé que Tony entendería este amor profundo por mi madre, incluso yo mismo podría romper a pedazos todas las cosas, y partes, que él puede amar de esa mujer, me aseguraré de que la próxima vez no quede nada de ella.

Me adentro en uno de los callejones de los riquillos, suelto un suspiro al entrar entre unos arbustos ya conocidos por mi, enfrente mío se deja deleitar la gran figura de Ciro, ¿cómo podría encontrar a una rata escurridiza como yo?, suelto una pequeña risita mientras cubro mi boca.

Ciro:
— Será la última risa que puedas hacer escuchar. —doy un paso de inmediato a un costado y lo rodeo quedando detrás de su espalda.

Dominik:
—No te conviene tenerme de enemigo Ciro, sabes que tienes algo que amar y también algo de lo que deseas deshacerte. Tonelay. —por un momento como si solo eso le importará me mira como un ser inferior por encima de su hombro.

Ciro:
— No planeo confiar en ti. —se gira completamente, quedando frente a frente.

Dominik:
— ¿Por qué Gregory tiene una foto de mi madre?

Ciro:
— No pienso hablar sobre eso, ahora dime dónde encontrar a ese miserable de Tonelay.

Dominik:
— ¿Qué pasa?, solo los tienes de adorno entonces, —se me escapa una risita, pero su rostro se mantiene serio— ¿no puedes hacer un simple trabajo solo?

Ciro:
— Sí no me sirves para algo, tendría que hacerte desaparecer. Además ya has causado terribles bajas, no puedo concentrarme en ese infeliz por seguir a un perro hambriento.

Dominik:
— Me agradas Ciro, pero solo busco llenar este vacío, solo con sangre.

Saco una pequeña navaja, Ciro niega con la cabeza, podra ser más alto que yo, tengo ventaja en agilidad, tomo otra cuchilla de mi zapato, tratando de llegar a su espalda él no se inmuta, en un abrir y cerrar de ojos su rostro queda enfrente del mío, mi piel se eriza totalmente, retrocedo al sentir que es el último movimiento que mis piernas me permiten.

Él se acerca extendiendo su brazo para tomar mi rostro, se escuchan unos pasos detrás de él, una figura conocida se queda expuesta ante nosotros, es ella de nuevo, quién diría que podría ser de utilidad, Ciro se distrae por un momento, lanzo la cuchilla hacia ella, Ciro se percata y se abalanza, se encaja en su costado.

Gretel:
— ¡Ciro! —corre hacía él—.

Ciro:
— ¡No vengas, aléjate, vuelve al auto!

Dominik:
— Tienes una tremenda falla. —logro llegar a su espalda.

Gretel:
— Tú de nuevo.

Dominik:
— El destino planea que tome tu miserable vida.

Una mano sujeta de repente mi cuello rodeándolo y apretándolo con una fuerza inmensa, capaz de sostenerme sin lograr tocar el suelo, suelto la navaja tratando de librarme de su agarre, mi piel nuevamente se eriza, siento un mal presentimiento, mis latidos se aceleran, siento como mi vista empieza a ponerse borrosa.

Gretel:
— ¡Ciro, no lo hagas, no es lo correcto!

Ciro:
— ¿Lo correcto?, Gretel, mi dulce amada, mi seductora chica, aquí en este mundo la mayoría de las cosas no son correctas, no pienso dejar que hagan tu vida miserable, aún me debes algo también.

Gretel:
— Lo se, no me libró de ninguna culpa y por eso sigo aquí, así que Ciro, por última vez, no me hagas volver a repetirlo. —me hace caer al suelo agitado.

Dominik:
— cof..cof..cof.. —trato de recobrar el aire.

Estoy entre la espada y la pared, es como una ciudad pero justo enfrente está quién la gobierna, ¿acaso puedes tú controlar a este idiota?, si es así entonces me servirías para muchas cosas, querida Gretel.

Besos Sin Aliento. (+18)©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora