CAPITULO 17: Canción de Amor

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Desconocido POV

Después de seguir todos tus pasos, tus rastros, no puedo creer que al fin haya llegado a ti, mi adorado Marshall, aquella vez que me hiciste libre, hacerme reconocer quién soy desde los pies hasta la cabeza, mi amor se que podrá volar y llegar hacia ti.

Camino entre el pequeño callejón mientras escucho pisadas detrás mio, con una falda tan corta, con escote quien no podría llegar hasta aquí, lamo mis labios de una forma traviesa antes de darme la vuelta y mirar a aquellas personas, tres hombres, les gustará jugar conmigo.

Hombre 1:
— No es hora de que las niñas lindas salgan por aquí. —oh Marshall, me has traído aquí.

Hombre 2:
— Vamos, no queremos asustar a nuestra invitada.

Hombre 3:
— Lindura, ven con nosotros, este es nuestro barrio después de todo, no pasará nada.

El tercer hombre me toma del hombro, su mirada se encuentra con la mía y sin pensarlo le doy una sonrisa tétrica, se impresiona, antes que pueda dar un paso atrás logro atravesar su cuello con mi cuchillo, su sangre cae y él también, deslizo el cuchillo rompiendo su piel, los otros dos se miran furiosos pero temerosos.

Desconocido:
— ¿No jugarán conmigo?

Hombre 2:
— ¡Maldita! —se va encima de mi, me hago a un lado y clavo el cuchillo en su espalda.— ¡AHH!

El otro se queda con miedo mirando, le sonrió, me acerco, caminando lo rodeo y él solo que queda quieto, así que este es el aroma de alguien que teme por perder la vida, no hay problema, los vas a alcanzar pronto.

Con una navaja corto sus piernas, este grita desesperado, comienzo a reírme y corto más de su piel, golpeó su rostro, el segundo hombre trata de ponerse de pie, apuñaló severamente la espalda del primer hombre para salir de aquí, la luna es hermosa hoy, es tan brillante, quisiera tocarla.

Saliendo de los callejones busco otros lugares donde haya pocas personas pero se me ha acabado la suerte, me estaba divirtiendo tanto, pero entonces será mañana, con una sonrisa en el rostro me voy a la zona arbolada, hay una pequeña cueva que me encanta.

Dentro de ella la luna refleja el agua tan clara y limpia, me quitó las prendas de ropa, me meto al agua, está algo fría, lavo con delicadeza mi cuerpo y me refresco, me acerco a un sitio donde pueda sentarme, la luna se lleva toda mi atención, se ve tan brillante, me encanta, pero no más que mi amado, quiero que nos encontremos de nuevo, deseo verlo, tengo que darle mi amor.

Escucho como crujen unas ramas, salgo de las aguas claras tomando la ropa y colocándola, suelto un leve suspiro, debo darme prisa, no quiero que mi amado siga esperando por mi, debo tenerlo para mí, él merece todo de mi.

Salgo de la cueva encontrándome con un joven cerca de esta ubicación, una sonrisa se hace presente sin querer.

Mi piel se eriza, algo no anda bien, ¿qué es está sensación que me invade?, debo saber quién es ese tipo, la única persona que puede hacerme sentir algo solo es mi amado. Me escabulló entre los árboles y arbustos, este chico, tiene la misma estatura, también su cabello, pero su aroma es totalmente diferente.

Chico:
— ¿Cuándo dejaras de ocultarte?

Desconocido:
— ¿Quién eres?

Chico:
— Soy Marshall.

Desconocido:
— ¡Mentiroso!, cómo te atreves a pronunciar su dulce nombre con tu boca sucia.

Toneley:
— Me llamo Toneley Marshall, estúpida.

Desconocido:
— Debería acabar con tu existencia, así solo habría un solo Marshall, el nombre de mi amado debe ser respetado.

Toneley:
— Vamos, ¿eres una loca que lo sigue?

Desconocido:
— Será mejor que cierres la boca si no quieres acabar con cicatrices.

Toneley:
— Aparte de mi todavía hay alguien más con el nombre de tu amado. —basuras vivientes.

Desconocido:
— No te irás así de fácil.

Toneley:
— ¿Quién decidió que me quedaría?

En un abrir de ojos su puño se encontraba cerca de mi rostro, le doy la mejilla y me golpea, me reincorporo, escupo sangre, me ha lastimado, mi amado jamás verá mis imperfecciones, debo permanecer perfecta para él.

Me voy encontrar de él, saco la navaja apunto de apuñalarlo y este me sostiene el brazo, en un solo movimiento hace que mi hueso deje de estar en su lugar, logro que me suelte y reacomodo mi brazo.

Desconocido:
— Que truco tan viejo, contra mí no podrás usar nada de eso.

Toneley:
— A mi hermano le encantaría un juguete como tú, flexible.

Desconocido:
— Primero muerta antes que volver a ser una muñeca.

Toneley:
— Soy muy grosero, ¿cómo te llamas?

Desconocido:
— Debe ser una burla, después de querer lastimarme ahora eres educado, que tontería, pero no soy como tú. Me llamo Laika.

Toneley:
— Que curioso.

Laika:
— Ahora si no tienes nada más mejor vete, me puse de mal humor.

Toneley:
— Tu amado no está muy lejos de aquí, vive en un departamento justo de diez calles de aquí, lo demás adivinalo tu.

Aquel chico se va, así que mi amado siempre estuvo tan cerca, yo solo trataba de buscar sus últimas pistas, pero si es así de fácil no me lo esperaba, a veces me complicó yo sola las cosas. Busco mi pequeña mochila entre unos arbustos, la tomo y rápido voy hacia donde me dijo.

Al llegar miro que tiene varios pisos, ¿por qué viviría en un lugar donde podría ser atrapado fácil?, después se lo preguntaré en persona, entro en la recepción y me acerco a la persona que está atendiendo.

Laika:
— Disculpe, ¿se encuentra Marshall?

Empleada:
— Si, no tiene mucho que llego, le avisaré.

Laika:
— ¡No, es una sorpresa, me puede decir el número por favor!

Empleada:
— Jejeje, estos chicos de ahora, claro que sí, es en el quinto piso, es la habitación 510.

Laika:
— ¡Gracias!

Tomo el elevador, al fin, nuestros caminos que han sido separados se habrán de unir para siempre, mi amado, mi adorado Marshall, mi corazón solo te busca a ti, tengo que verte. Llegó hasta el quinto piso y busco la habitación de Marshall tocó la puerta y alguien responde dentro.

Un poco nerviosa miro con emoción a quien abre la puerta, es él, su aroma, su rostro, todo de él. Me lanzó a sus brazos, lo rodeo totalmente, quiero todo de él, su aroma tan asfixiante me encanta.

Tonelay:
— ¿Quién eres?

Laika:
— Soy Laika, me salvaste, vine porque te amo.

Tonelay:
— Deberías irte, no debes estar aquí.

Laika:
— No tengo a dónde ir.

Tonelay:
— Escucha, no soy alguien en quien puedas confiar.

Laika:
— No te preocupes, yo solo quiero que me ames, todo lo demás no me importa, Marshall, tu eres cielo, mar y tierra para mí.

Ahora que te encontré no soy capaz de dejarte ir, te deseo, te anhelo, quiero tomar todo de ti, mi amado.

Besos Sin Aliento. (+18)©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora