Casi no había nadie en ese edificio donde usualmente todos los días está repleto de personas caminando de un lado a otro con millones de cosas en la cabeza. Era extraño la falta de palabrerío de la gente.
Algunos comenzaban a irse temprano y otros continuaban con sus tareas hasta terminar. Es día festivo, un día donde se celebra uno de los eventos más esperados del año en todo Liyue. La mayoría pasa el día con su familia divirtiéndose en los pequeños puestos de juegos de mesas y comprando o decorando sus propias linternas en familia, mientras otros la pasan con sus parejas, esperando el momento de la medianoche para lanzar juntos sus linterna al cielo estrellado.
A Aether mucho no le hacía ilusión, ya que como otras veces, la pasaría solo, o eso hubiese sido antes.
Se siente mal por permitir que Xiao se pierda uno de los eventos más emocionantes del año. Por primera vez, Aether no la quería pasar solo, y ansiaba lanzar junto a él una linterna al oscurezco cielo estrellado, iluminado con la luz fosforescente de cientos de linternas danzando al compás del viento.
Ya había anochecido y faltaba una hora para que la medianoche ilumine el cielo de teyvat. Aether fue al cuarto de Xiao, no quería dejarlo solo en un evento tan importante como este.
Como de costumbre, Xiao está sentado en su cama, con su espalda reposada en la esponjosa pared detrás suyo y la mirada perdida quien sabe en dónde. Aether por primera vez, deseaba tanto hacer feliz a ese chico para que no vuelva a ver más esa expresión vacía en sus ojos.
Se le rompe el corazón cada vez que ve a Xiao deprimirse.
El híbrido escuchó el sonido metálico de la puerta y giró su cabeza sobre esa pared para divisar al rubio entrando con las manos en los bolsillos de su larga bata blanca.
Aether le sonrió.
—¿Qué haces aquí? —parece desconcertado. Por un momento creyó que Aether pasaría este día tan importante con alguien cercano además de él.
—¿No puedo venir a pasar este día contigo? —su sola presencia iluminó la solitaria habitación.
—Creí que estarías ocupado.
—Para ti, nunca —dio unos pasos hasta acercarse a él y sentarse a su lado. Apoyó su mejilla en el hombro del chico y se aferró a su brazo suavemente, queriendo sentirlo por un momento.
Xiao no puede evitar mirarlo y bajar la mirada a la mano del rubio dentro del bolsillo de su bata, divisando esos pequeños movimientos de sus dedos debajo de la tela, jugando con algún objeto pequeño que el azabache no logró adivinar qué era.
Dejó de prestarle atención y no dijo nada, mas se sumergió en el silencio de la habitación.
—¿Pasa algo? —Xiao pregunta al bajar a mirarlo de nuevo. Se había dado cuenta del comportamiento extrañamente feliz y tranquilo del rubio, sin dejar de sonreír en ningún momento.
Aether lo mira.
—No, ¿Por qué?
—Te noto emocionado.
—Me gusta estar contigo, eso es todo —sonríe en grande y vuelve su vista a dónde antes, con la mirada al frente y frotando su mejilla cariñosamente contra el hombro del híbrido.
Hay un tema que Aether quería sacar pero no sabía cómo dar la iniciativa. Estaba nervioso, y probablemente cometiendo un error del que tendrá varios problemas luego pero, está dispuesto asumir el riesgo por ver al fin una sonrisa en el rostro Impasible de ese chico.
—Xiao —mencionó tenue, mordiendo ansiosamente su labio inferior.
El mencionado lo vuelve a mirar directamente al rostro y nota el comportamiento nervioso este. Siente que hay algo que lo atormenta y que no está hablando de aquello.