Terminaron de desayunar y aunque Lumine se ofreció a limpiar, enseguida Aether se negó y se adelantó, juntando las cosas de la mesa y lavando lo utilizado. Por mientras, la gemela fue a la sala a buscar una película para ver en la TV.
Xiao se quedó con Aether, ayudándolo.
—Deja que yo lo hago —insistió Aether, tomando un plato vacío que sostenía el híbrido.
—Quiero ayudarte.
—Tú necesitas descansar —con terquedad, arrugó los labios y se giró al lavabo.
Xiao no objetó nada y se acercó por detrás para abrazarlo mientras lo miraba fregar.
—Lo que necesito es estar contigo —habló con un tono suave, recargando su mentón en su hombro y prestando atención al movimiento delicado de sus manos.
—Xiao, mi hermana podría entrar en cualquier momento —murmuró sonrojado.
—¿Y eso qué?
El rubio lo miró y sonrió tenue.
—Antes no eras tan meloso. ¿A qué se debe tanta atención?
—Es que me di cuenta que de verdad me importas —dejó un efímero beso en su hombro—, y que cometí un error al dejarte solo, así que trato de estar contigo el mayor tiempo posible.
Aether sintió sus mejillas arder y volvió su vista al frente. Lo tomó por sorpresa con esas palabras que no supo qué decir.
—¿Puedo besarte?
—No, está mi hermana en el otro cuarto y podría vernos.
—¿Y eso qué tiene?
—Que me da vergüenza.
—Solo es uno pequeño.
Aether suspira resignado y levanta su dedo, presionando la punta en su propio mejilla en ligeros golpecitos.
Era mejor que nada así que, el híbrido aprovechó y presionó sus labios con suavidad en su mejilla, una y otra vez, hasta acercarse a su comisura labial.
—Xiao, estás abusando.
—Solo uno —Aether no dijo nada—, por favor —ese tono de voz y esa cara eran su debilidad. El científico suspiró resignado y al tener su consentimiento, el de mechones cerceta besó su comisura labial, acercándose más a su objetivo.
El rubio ladeó su rostro alineando sus labios con los de él, sintiendo la ligera presión que el pelinegro hizo en ellos.
La mano del híbrido subió hasta el ligero rubor en su mejilla y acarició con ternura el calor en sus pómulos.
—Aether —escucharon su voz entrando por esa puerta. Los dos se separaron enseguida y Aether se dio la vuelta continuando con lo que estaba haciendo—, solo quería preguntarles si iban a ver la película conmigo —ella contuvo una ligera risa por lo que obviamente pasó y vio.
—Sí, ahora vamos —respondió nervioso, cerrando la llave del lavabo y quitándose los mojados guantes amarillos para dejarlos en la encimera.
La chica no dice nada y con una sonrisa, sale de ahí.
El rubio se voltea al híbrido.
—Si llegó a ver algo será por tu culpa —lo señala, con el ceño fruncido.
Xiao no le hizo caso y corrió su dedo robándole un beso rápido.
Enojado, Aether lo apartó y le dio un golpe en el hombro.
—Ya basta —sonrojado, salió de ahí frunciendo el ceño, queriendo sentirse enojado pero no podía estarlo cuando se trata de él.
Xiao encurvó sus labios en una pequeña sonrisa al verlo enojado; le encantaba verlo así, le parece lindo.