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—¿Querés helado a cinco grados?—

Y si, ¿qué pasa con eso?—respondí.

—Yo también quiero—me apoyó Juani y me rodeó con su brazo.

—Son unos locos—dijo Agustín.

Estábamos en el centro de Madrid, la puerta del sol que por lo que buscamos, era un sitio muy famoso de acá.

Nos habíamos dividido por grupos ya que si íbamos todos juntos pareceríamos una patera.

Yo iba hablando con Blas, que me contaba sobre su mejor amiga y lo mucho que la echaba de menos.

Yo echaba de menos a mi hermano, llevaba dos días ocupado sin poder hablarme y ya me empezaba a preocupar.

Miraba cada dos por tres mi teléfono para ver si me escribía, pero eso no pasaba.

Matías había notado que estaba preocupada y me preguntaba varias veces si estaba bien.

Seguían discutiendo por lo del helado, algunos querían y otros no.

—Bue, ¿hace me estoy re congelando y vosotros andan con antojos de helado?—siguió Agustín a lo que todos que queríamos, lo miramos mal.

—Aprovecha que luego no vamos a poder—al decir eso, todos soltaron un bufido recordando lo que Bayona nos dijo.

Los convencimos y caminamos hasta una heladería con ayuda de los teléfonos.

Me asomé para ver de que habían mientras los otros empezaban a pedir.

Un toque en el brazo me hizo girarme para encontrar a una chica rubia algunos años menor que yo.

—¿Eres Catalina Canessa?—me preguntó algo tímida a lo que le sonreí y asentí—¿Nos podemos echar un foto?—.

—¡Claro!—ella rió—Blas, ¿nos sacas una foto?—se acercó a nosotras sonriente y agarró el teléfono.

Ella me abrazó e hice lo mismo, una vez Blas nos sacó la foto, se giró hacía mi.

Me extendió su mano donde había una pulsera—Toma, siempre la llevó encima por si alguna vez te veo—No pude evitar sentir ternura cuando dijo eso así que esta vez, yo la abracé.

—¡Gracias!—me separé—¿como te llamás?—.

—Lucía, Lucía Garrido—.

—¡Cati!—me giré—¿de qué querés el helado?—me preguntó Mati qué estaba con Enzo.

—Fresa—seguí hablando un poco con Lucía hasta que se tuvo que ir.

Me giré hacia los chicos para ir a por mi helado, lo agarré y miré la pulserita con una sonrisa.

Era rosa con un corazón del mismo color solo que unos tonos más claros.

—Te re encantó la pulsera—Rocco la miró.

—Si, es muy linda—.

—Que lindo que te pidan fotos—dijo Juani.

—Pues prepárense porque La Sociedad De La Nieve va a ser un éxito—confirmó Pipe haciéndonos reír.

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—Hoy se empezaba la dieta, ya llevábamos unas cuántas horas con ella.

Era de noche, mañana nos iríamos en bus a Granada donde empezaríamos a grabar en tres sets distintos.

Yo ya tenía todo preparado así que nada más cenar, me acostaría para dormir.

Estaba saliendo de mi habitación para bajar al comedor a cenar, no sabía lo que nos esperaba.

—Ey Cati—escuché la voz de Matías—¿vas a bajar a cenar?—.

—Si, ¿por?—.

—Dale, bajó con vos si no te molesta—.

—Claro—entramos al ascensor y bajamos.

Al salir solo habían unas pocas personas, Enzo con una cámara echando fotos para su vlog, Juani con Blas intentando hacer un baile de tik tok, Rocco con kuku hablando y Agustín Lain con su teléfono.

—¿Y los demás?—preguntó Mati.

—Aún no bajaron, queda media hora —asentímos y ambos nos sentamos en el sofá.

Miré una vez más con la esperanza de ver un mensaje de Lautaro, no fue así.

Suspiré y miré hacia la ventana que daba a las vistas de Madrid, agarré mi teléfono y le marqué.

Tras varios tonos, mi hermano contestó.

—¡Lautaro Cannesa!—grité a lo que Mati, que estaba a mi lado, se asustó para luego mirarme—¡Llevas tres días sin hablarme gato de mierda!—.

—Dale Catalina no grites—.

—¿Se puede saber qué andabas haciendo para no hablarme?—escuché cómo bufó.

—Cosas privadas, no te metas burra—.

Me quedé pensante ante eso, no lo iba a obligar, pero me gustaría saber que le pasaba.

—Bien, mañana hablamos—le respondí y colgué el teléfono, lo apagué y lo puse en la mesa.

Ni siquiera miré a Matías, que sabía que me estaba mirando.

—Nena, ¿Estás bien?—.

Me encogí de hombros y empecé a jugar con mis manos, así fue durante varios minutos, él mirándome y yo intentando evitarlo.

—Es mi hermano—hablé finalmente—llevaba sin hablarme tres días y no se por qué, anda medio raro igual—.

—Seguro que no es contigo—suspiré—Cati, no te preocupes—me agarró la mano, pase mi vista a él.

Matías lograba que me calmase; podía ser yo misma con él porque sé que no que juzgaría por ello.

—¿Saben que hay para cenar?—llegó Pipe alarmado.

—Contá—dijo Matías.

—¡Una simple ensalada!—todos al escuchar eso bufaron.

Empezaron a quejarse pero no nos quedaba de otra.






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—¿Vistéis ayer el directo de Juani?, lo amo🥹🥹 que preciosos son todos.

Ayer me volví a ver lsdln y volví a llorar😔.

Bueno díganme que tal os parece la historia, otra cosa es muchísimas gracias por el apoyo que le estáis dando a este fic♡♡ no pensé que lo iban a leer tantas personas pero ya veo que sí, os amo.

Espero que os guste es capítulo y perdón por tardar tanto, no sé por qué razón Wattpad me borraba el capítulo y lo tenía que volver a escribir todo de nuevo.

Always||Matías Recalt||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora