Catalina Canessa, nieta del superviviente Roberto Canessa, se adentra aún más en el mundo del cine y con ello conoce a muchas personas que la iban a salvar de otra forma.
Matias Recalt×Oc Fem
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~~°~~♡•♡~~°~~ Narrador Omnisciente
—Bayona había dejado que algunos familiares de los actores vinieran para que a los otros no les cueste tanto y pudieran seguir con fuerzas.
Él sabía lo mucho que extranaban a sus familiares así que hizo una excepción dejando que vinieran.
Por parte de Catalina, venía su hermano ya que sus abuelos estaban ocupados.
Lo que la pareja no sabía es que él venía acompañado.
Bauti quería aprovechar y presentarle su novia a su hermana, pensaba que se iban a llevar bien y que no habría conflictos.
Pero desde luego, estaba muy equivocado.
—¿Y no sabes quien es?—le preguntó el Argentino a la Uruguaya mirando el móvil de ella.
—Ni idea Matu, ya te dije—ella suspiró.
El número desconocido del otro día no dejaba de escribirle, ninguno de los dos optaron por bloquearlo ya que querían saber quien es, pero aquellos mensajes le daban escalofríos a la chica.
Matías se preocupaba por su novia, ella no dejaba de pensar en eso y se agobiaba todo el rato.
Y es que los mensajes le decían que quería volver a verla, que iba a arruinar su relación y que haría lo que fuera para separarlos.
Ambos sabían que no iban a dejar que terceras personas interrumpieran en su relación pero si estaban preocupados por lo que le llegaba a Catalina.
¿Quién era y como había conseguido su número?.
Cati se lo contó a Emma, al igual que Matías se lo contó a los chicos, pero la rubia le decía a su amiga que capaz y era el ex de ella.
La ojiverde dijo que aquello era una idea disparatada y que era imposible ya que ella lo tenía bloqueado desde hace mucho tiempo.
—Nada ni nadie nos va a separar, linda—la abrazó, ella dejó caer su cabeza en el pecho del chico.
Le daba tranquilidad estar con él, se sentía como en casa y ese sentimiento era de los mejores.
El olor de su chico inundaba sus fosas nasales, haciendo que sonriera y él se diera cuenta.
Rió un poco, sabía que a la chica le encantaba eso.
—Mati—lo llamó.
—Decime—respondió él con una voz ronca, sin dejar de abrazarla.
Ella suspiró y lo miró—Te amo—.
Aquellas palabras dejaron al chico sin habla, pues Catalina le había dicho que nunca dijo esas palabras y que si las decía, era porque de verdad las sentía.
