Always||Matías Recalt||

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Narrador Omnisciente

—Hoy era uno de los días más duros de grabación, hoy se grababa el Alud y con ello las grabaciones de varias personas terminaban aquí.

Cati se encontraba abrazada a Blas, quien era uno de los que ya terminaban con esta grabación.

—¿Aún no comenzamos a grabar y ya andas despidiéndote?—le dijo Blas abrazándola también.

—Sos mi favorito Blasito, no te podes ir—rió un poco.

—Cati me voy en dos días—.

—No importa—se escondió en el pecho del chico que le sacaba unas tres cabezas.

Ambos rieron y entraron con los demás al set donde grabarían esa escena.

Sin duda iba a ser un día duro y Bayona advirtió que hasta que esa escena no quedase perfecta, no terminaban.

Emma le hizo un gesto a Catalina cuando ambas se miraron, indicándole que la tenía que maquillar.

Se sentó y empezaron ha hablar, eran las ocho de la mañana así que las maquilladoras tenían bastante tiempo hasta que las grabaciones empezaran.

Mientras que Emma la maquillaba, Cati miraba su guión viendo la escena que les tocaba hoy.

Matías, en este caso Roberto Canessa, tenía que sacarla de debajo de la nieve.

En ese momento, los recuerdos vinieron a la mente de la chica.

Su abuela le contaba siempre la parte del Alud, para ella fue el peor momento de esos 73 días que estuvieron allí.

Le contaba la manera en la que se sentía, el como la desesperación se apoderaba de todos.

—Tomá—Pipe se acercó para darle un café a la pelirroja.

—Gracias—esta le dejó un beso en la mejilla y él se marchó—¿Estás bien, Cati?-.

La ojiverde volvió de su trance y la miró a través del espejo.

—Me acordé de la historia del Alud que me habló mi abuela—suspiró.

—Sé que es algo muy duro, pero lo vas a hacer bien, no te preocupes—ella la animó como pudo y Cati sonrió.

Un mensaje en el móvil de la actriz llamó la atención de ambas, ella miró y vió el mensaje de su hermano.

Habían estado hablando esos días pero nada sobre ese tema, pues el chico notó que eso incomodaba a su hermana.

No quiso preguntarle tampoco, no quería presionarla sabiendo que si su hermana estaba muy estresada, se pondría a llorar.

—¿Aún no te ha preguntado nada?—cuestionó Emma mientras terminaba con ella, retocándole el cabello.