Catalina Canessa, nieta del superviviente Roberto Canessa, se adentra aún más en el mundo del cine y con ello conoce a muchas personas que la iban a salvar de otra forma.
Matias Recalt×Oc Fem
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Narrador Omnisciente
—Todos estaban en el comedor, y podían ver como Matías miraba a Catalina, que le estaba contando algo.
El chico prestaba toda su atención, quedándose con todo lo que ella decía para saber una pequeña parte más de su vida.
La castaña le contaba como un día su hermano le rompió la muñeca en la playa y eso a él, le hacía bastante gracia.
Se fijaba en las muecas que hacía cada vez que mencionaba algo sobre su hermano o en la pequeña sonrisa que le salía cuando dijo como se la devolvió.
Estaba perdido en ella, perdido en sus ojos, perdido en su aura, perdido en su personalidad, perdido en su voz.
Estaba completamente perdido.
Nadie excepto Juani, Blas, Fran, Kuku, Enzo, Rocco y Agus sabían acerca del beso de ambos.
Desde ese día estaban más juntos aún y habían pasado tan solo dos días.
A Matías le aterraba volver a sufrir lo que sufrió con Malena, pero cada vez que veía a la de ojos verdes, podía ver todas las diferencias entre ambas mujeres.
Y a Catalina le daba miedo volver a enamorarse después del otro chico.
Ambos tenían miedo de todo, pero cuando se miraban ese miedo desaparecía por completo.
Eran un caos perfecto.
Ese mismo día empezaban las grabaciones y todos estaban desayunando para tener fuerzas.
Hoy irían al centro de Granada, donde grabarían como se estrella el avión en uno de los tres sets que utilizarán.
—¿Vienen o se van a quedar ahí mirándose?—les preguntó Pipe con gracia.
—Cerrá el ocico—lo sentenció Cati.
Matias rodó los ojos divertido y se levantó seguido de la chica, salieron del hotel y bajaron para luego coger el autobús que los llevaría al set de Granada.
No tardaron más de una hora en llegar, al hacerlo y adentrarse en el gran almacén con todo preparado, empezaron a decir la lista de quienes serían los primeros e ir a que los maquillaran.
Los primeros serían los que sufrían más daños, una de esas personas era Catalina, que le tenían que hacer la gran herida en la cabeza, otra en el labio y una en el cuello.
