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~~°~~♡•♡~~°~~Narra Matías

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Narra Matías

—La ví sentarse junto a Fran en el suelo, cansada y quejándose por el camino que acababa de cruzar.

No se acercaba a mi por lo que dije antes, se que lo hizo de broma pero igual podía llegar a ser orgullosa.

Sé que ella no se me iba a acercar por lo que luego lo haría yo, quiero estar a su lado.

—Nos tocó juntos—Agus y Kuku se acercaron a mi con la tarjetita de la habitación.

—Ay no, ahora tengo que soportarlos—me llevé una mano a la cara.

—Callate que sabemos que no podés vivir sin nosotros gato—Kuku me golpeó en la espalda.

—¡Nos tocó juntos!—escuchamos tres voces, me giré para ver de quienes eran.

Cati, Juani y Fran estaban abrazados mientras saltaban y no dejaban de decir "nos tocó juntos".

Bayona los miraba riéndose al igual que todos los demás.

Me fijé en ella, en lo feliz que se veía junto a ese par, en su sonrisa que podía cambiar mi día entero con tan solo verla.

Me fijé en la persona que me está ayudando a sanar, poco a poco pero lo hace.

—¿Ya la andás mirando?—me dijo Enzo, que se puso a mi lado mientras con su cámara le tiraba una foto a las montañas nevadas.

—Es imposible no mirarla, Enzo—sonreí aún sin apartar mis ojos de ella.

—Si, desprende alegría con tan solo verla—rió—igual está medio loca—ambos reímos por eso, y es que él tenía razón, a veces le daban unos arranques que ninguno lográbamos entender.

Nosotros dos éramos los únicos que quedaban afuera, disfrutábamos de las grandes vistas.

—¿Se enojó con vos?—me encogí de hombros.

—No se...igual creo que lo hizo de broma pero ni idea—suspiré.

—Bueno yo creo que si le llevas algo te perdonará—me miró y luego se fue.

Empecé a mirar a mi alrededor, no había mucho por la zona, a parte de árboles y piedras.

Andé por la zona, intentando buscar algo distinto para ver, pero nada.

Llegué a la parte de atrás del hotel, se podían ver más montañas, había césped y varias flores de todos los colores.

Vi una flor de color rosa, recordé que ese era su color favorito, la agarré para verla mejor.

Seguro que le gustará.

Sé que Catalina no es una chica materialista, me lo dijo ella misma y confié en eso.

Empezaba a refrescar más que antes así que me la llevé y fui hasta la entrada del hotel, entré a mi habitación y encontré solo a Agus.

—¿Para quien es eso?—me miró—Ah ya se, pera tu julieta—sonrió pícaro.

—Callate, quiero que me perdone por lo de antes—.

—Sé que tu no tuviste esa idea—agarró su teléfono pero seguía hablándome—¿Quién la tuvo?, ¿Enzo?—.

—¿Por qué nos conoces tan bien boludo?—agarré mi teléfono—das miedo a veces—él rió.

—Andá a llevarle eso nene—señaló—Blas bajó a la sala junto con Juani y Fran así que debe estar sola—le hice un gesto de agradecimiento, él me lo devolvió pero con uno de que luego le contase.

Llegué a su puerta y toqué, escuché un golpe.

—¡Juani que se te ha vuelto a olvidar!—abrió la puerta enfadada y yo solo pude sonreír con inocencia, me escondí la flor detrás—¿Qué haces aca?—me miró confundida.

—¿No puedo venir a verte?—le sonreí burlón, ella rodó los ojos y me dejó pasar—¿Qué haces?—.

—Colocar todo, los otros dos dejaron las cosas revueltas—se llevó una mano a la frente, se veía preciosa.

—Bueno te traí algo para que me perdones por lo de antes—.

—No hace falta que traigas nada, Mati—me reprochó con la mirada.

—Bueno también esto me recordó a vos—le enseñé la flor.

Ella se quedó mirándola, no la agarraba y eso me asustó un poco.

—Es preciosa, Mati—dejó un beso en mi mejilla y luego me abrazó.

Se lo correspondí, puse mi cara en su cuello y pude percibir lo bien que olía.

—No quería que te enojaras conmigo Cati, no quiero estar así—se separó un poco pero sin llegar a soltarse y me miró.

—No estoy enojada con vos, Recalt—pude ver como ella me miraba, lo hacía como si yo fuera lo mejor del mundo.

Luego me perdí en aquellos ojos verdes que tanto me encantaban, que siempre era lo primero que percibía de ella.

Le acaricié la mejilla con mis dedos, ella bajó sus manos a mis brazos y yo con una mano la agarraba de la cintura.

Me fijé en sus labios, carnosos y rosados, no me lo pensé dos veces y me acerqué lo suficiente como para juntarlos.

Tardó unos segundos en corresponderlo, era un beso dulce que ambos deseábamos.

Nos separamos y juntamos nuestras frentes, con la mejor sonrisa del mundo.

—Me gustó más las flor—dijo ella de broma.

—Dale Catalina no seas forra—.

Ambos reímos y ella me volvió a besar, ninguno de los dos sabía que esa iba a ser nuestra nueva adicción.

Una de la que ya no podíamos escapar.










♡♡
—AAAAAAA POR FIN SE BESARON🦋✨️🦋✨️🦋✨️🦋✨️🦋✨️🦋.

Perdonarme por tardar tanto, no las quería hacer esperar.

¿Las hago llorar o las dejo así bien de estabilidad emocional?

Decidme si os ha gustado y dalre apoyo♡♡—.

Always||Matías Recalt||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora