Catalina Canessa, nieta del superviviente Roberto Canessa, se adentra aún más en el mundo del cine y con ello conoce a muchas personas que la iban a salvar de otra forma.
Matias Recalt×Oc Fem
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~~°~~♡•♡~~°~~ Narrador Omnisciente
—Hermosa, así estaba Catalina ante los ojos de Matías.
Y para ella, la única palabra que la describía en ese momento era corta, pues se quedaba corta para describir lo encantador que era Matías y lo enamorada que la tenía.
Ambos se encontraban en Granada, más específicamente en la playa, y es que el chico se acordó de las palabras de ella.
"Qué lindo sería tener una cita en la playa, me encantaría tener una allá algún día".
Se acordó a la perfección y al contárselo al resto, todos coincidieron en que aquello iba a sumar demasiado.
Y ninguno se equivocó.
Se encontraban sentados al lado del otro, disfrutando la presencia de ambos mutuamente.
—Y bueno, ya nos contamos todo—.
—Dale Cati, algo tenés para decirme—.
Ella lo pensó, entrecerró los ojos y lo miró—no, en verdad no—se llevó una fresa a la boca.
Él rió y bajó la cabeza con una sonrisa, mientras ella estaba sentada con las piernas hacia un lado y una mano sobre el suelo, Matías estaba con las dos y las piernas estiradas.
—Sabes...—él la miró atento—siempre dije que nunca volvería a andar con alguien, que no me enamoraría—.
—¿Estás enamorada?—.
—Ya se que significa esa palabra exactamente y si—Cati lo miró sonriendo—Estoy enamorada de vos Matías—.
Matías sonrió inconscientemente—Yo lo estoy desde el primer día que te vi—.
Una sensación se instaló en el pecho de ella.
—¿Entonces me mentiste?—lo miró indignada—me dijiste que te caía mal—.
—Era una excusa linda—rió—No podía decirte todo nada más conocerte, parecería un loco que se yo—.
Cati rió por lo que dijo, él se fijo y su sonrisa se hizo más grande aún.
—¿Qué te parece si entramos al agua?—preguntó él a lo que ella se quedó confundida pensando.
—¿Qué?, Matías hace frío—el Argentino se levantó y la agarró a la fuerza para luego dirigirse al agua—¡Matías Recalt soltáme!—se agarró a la cintura de él para no caerse.
Notó como ya estaban en el agua, y sin poder reaccionar mucho, ya se encontraba empapada.
Matías salió y la agarró por la cintura, ella se aferró a él pues no sabía nadar.
—Sos un pelotudo—ambos rieron y se quedaron abrazados uno frente al otro.
Cati se fijó en él, la luz de la luna reflejaba en la cara del chico y se podía ver a la perfección sus facciones.
