Han pasado dos semanas. Me encuentro en mi florería que está ya casi terminada, solo faltan algunos detalles, y queda lista, estoy tan feliz, todo ha ido bien los últimos días, tanto en casa como laboralmente, y eso me entusiasma, demasiado diría yo.Tengo mi celular en la oreja deteniéndolo con mi hombro, ya que tengo las manos ocupadas, tecleando en mi ordenador portátil que se encuentra sobre el mostrador que he montado para el lugar.
—Si, mjm...Vale, entonces la entrega queda para las 4 de la tarde —escucho a la señorita que se encuentra al otro lado de la línea, supongo que la asistente de la distribuidora de flores de la ciudad de Kentucky —si claro, no hay problema, yo estaré aquí. Gracias.
Colgué la llamada y dejé el móvil junto a la computadora, para seguir respondiendo correos, y otras cosas que tenía pendientes. Eran la 1 de la tarde.
Escucho que se abre la puerta y se oye la campana que había puesto para ese uso, oír cuando alguien abre la puerta. Era Amalia, una de las empleadas que había contratado para la florería, es muy guapa, de pelo corto hasta los hombros estilo honguito color castaño, lleva gafas y es algo tímida pero habladora cuando quiere, una mezcla extraña.
—Hola Serena, buenas tardes.
Me saluda cordialmente alzando su mano derecha, era oficialmente su primer día de labor, lo cual me tenía nerviosa pero entusiasmada, tenía buenas referencias, puesto que ya ha trabajado en atención al cliente, en una tienda de ropa y en una lavandería. Decidí contratarla por las sucursales en las que había laborado y por que días antes la había topado cuando casi chocamos en la esquina de la calle, ella venía distraída, después me comentó en la entrevista que ese día la habían despedido de su antiguo trabajo, y su madre necesitaba medicamentos por comprar.
Después de un rato de charlar sobre cosas no referentes al trabajo, puesto que aún no estaba abierta la florería, pedimos dos cafés, que le invite, hablamos sobre nuestra vida, algunos de nuestros gustos, etc.
—Más tarde vendrán a entregarnos todas o la mayoría de las flores para por fin poder abrir el lugar.
—¡Qué chulo! De verdad me entusiasma mucho trabajar aquí.
—A mi igual, es un sueño cumplido para mi. No solo quería estar en casa haciendo labores de ama de casa.
—Eso debe ser aburrido, yo vivo con mi madre y la ayudó pero de igual manera no me gusta estar encerrada. Además que si tengo que trabajar.
Ambas reímos, creo que seríamos buenas amigas además de jefa y empleada. Después de eso, Amalia comienza a limpiar el lugar, y a sacar unas canastas y floreros que teníamos en el almacen, todo quedaría muy chulo.
Ya que quede todo listo, lo que hare es la inauguración del local con mi familia, mamá, Lina mi mejor amiga, y me imagino que Max invitara a algunas personas, después de eso haremos una cena en casa, para finalizar la celebración de mi nuevo negocio, pero la verdad es que aun ni siquiera se como se llamara la florería, y eso es lo que he estado pensando últimamente.
...
—¿Qué tal "la felicidad al alcance de una flor" para el eslogan? —Le comento a Amalia al mismo tiempo que me doy golpecitos en la cabeza con el lapicero que tengo en la mano. Suspiro, ese me gusta, pero no estoy segura, varias cosas me han dado inseguridad a la hora de pensar en mi local, y quiero que todo sea perfecto.
—Está genial, de verdad.
—No me lo digas solo por quedar bien por favor.
—¿Qué dices? Te lo digo en serio, Serena.
—Vale... —Anoto en mi libreta que tengo frente a mi la frase que acababa de mencionar, al parecer es mi primera opción.
—Está muy chula, no lo dudes —Me mira y me sonríe de una forma amigable y sincera, a lo cual yo respondo de la misma manera.
La campanilla de la puerta suena y entra un joven flacucho, con una gorra que dice "I love Atlanta", suelto una risita y me levanto de mi asiento para caminar hacia el.
—¿Serena Woods?
—La misma.
—Venimos de la distribuidora de Kentucky, como el lugar no tiene nombre hemos tardado unos minutos más en dar con el local.
—Solo fueron 10 minutos, no se preocupen —digo cuando observo mi reloj y vuelvo la vista hacia el chico.
El resto de la tarde, él junto con otros dos hombres se encargaron de descargar el camión en el que venían con todo tipo de flores, tulipanes, rosas de todos colores, girasoles, orquídeas, etc., etc., etc. Amalia me ayudaba a organizar y decirles dónde colocar cada cosa para que quedara todo lo más organizado posible, ya que ya contábamos con estanterías, canastas, floreros y todo tipo de cosas para colocarlas a la vista del público, las de exhibición quedarían en esos lugares y las demás se estaban encargando de ponerlas en la bodega que teníamos al fondo del lugar, el cual quedaría repleto de flores.
Pasaron alrededor de 2 horas, cuando los muchachos se marcharon y Amalia y yo quedamos de nuevo solas, ya iban a ser las 7 de la noche, había sido un día muy productivo y satisfactorio para mi. Cada vez más cerca de la meta.
Después de unos 15 minutos dejamos todo como quedó, ya mañana terminaríamos, nos despedimos y salimos del lugar, Amalia camino hacia la esquina y yo subí al auto donde Bob me esperaba.
...
Cerré la puerta tras de mí, y deje mis cosas en la mesita a lado de la entrada, camine hacia las escaleras pero antes de subir revise mi celular, ninguna llamada o mensaje de Max, debió de estar ocupado.
—El señor Max se encuentra en su habitación.
Una voz detrás de mí me asustó, era Jo dándome ese anuncio muy importante ya que quitó todos mis pensamientos, y yo pensando en él como un pobrecito. Patrañas.
—Gracias Jo, yo igual subire, buenas noches.
Escuché su respuesta y subí las escaleras lentamente, abrí la puerta de mi cuarto y me quite los zapatos para colocarme mis pantuflas, decidí ir a con Max, tranquilamente para ver qué pasaba. Salí de donde me encontraba y me dirigí hacia donde él, toque la puerta y al cabo de unos segundos de no escuchar respuesta, la abrí.
Max está sentado en el sillón individual que tiene en la esquina de su habitación, tiene la cara de pensativo y ¿enojado? También tiene una copa de cristal con lo que parece ser whisky o alguna cosa así, doy dos pasos dentro de la alcoba y abro la boca para tomar aire y hablar.
—No quiero hablar, vete a tu habitación. —Me dice con una voz muy diferente a la habitual, como si estuviera molesto conmigo.
Me quedo quieta, helada al no saber qué decirle, y se me hace un nudo en la garganta no sé por qué, como si supiera lo que está por decirme. —¿No me oíste? Que te vayas.Y yo, me doy la media vuelta, con las palabras en la boca y un hueco en el corazón.
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Nooo Max no seas malo con Serena ella solo quiere estar feliz contigo :(, ¿qué les pareció? Poco a poco iremos descubriendo cositas, y así espero les este encantando tanto como a mi escribirla🖤
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Dear, Lord. -El hombre de mis sueños +18
RomanceÉrase una vez... ...La historia cuenta que Maximiliano es un hombre que no es lo que aparenta, un príncipe encantador del cual Serena se ha enamorado desde que tenía ocho años. Trailer oficial: https://youtu.be/MghDDVFylPc?si=MA6OdH32tJ08yztp Mi tik...