Capítulo dieciocho - Serena

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Me bajé del coche frente a mi nuevo local, Bob me había traído, me había comentado algo así como que Max iría en otro coche puesto que le había dado la orden de traerme a mi para aca. Era un hermoso día soleado, había pocas nubes lo cual me encantaba ya que dejaba ver lo hermoso del cielo azul. Observé los alrededores de donde instalaría todo lo de la florería, la verdad es qué la calle estaba muy bien ubicada y había de todo tipo de locales lo cual era punto a favor ya que habría bastante clientela, lo cual me agradaba.

Saqué las llaves de mi bolso las cuales Max me había proporcionado e introduje una de ellas al cerrojo de la puerta, al entrar pude observar que como era obvio todo estaba vacío lo cual iba a ser trabajo para mí dejar este lugar como quiero, ya tenía más o menos en claro cómo es que quiero que quede la decoración ya que tiene que ser adecuada para lo que será. La verdad estoy bastante emocionada por lo que se viene y todos los proyectos que tenga futuro para este negocio, gracias a Max había logrado conseguir el local pero lo que vendría después todo iba a ser por mi propio pie. Durante varios minutos caminé alrededor del local para familiarizarme con el tamaño y las medidas, también me estaba mentalizando y me surgieron varias ideas las cuales concretaría con el paso de los días.

Mi celular sólo el cual saqué de mi pantalón y la pantalla se iluminaba con la llamada de Max, atendí.

—Hola.

—Hola.

—¿Pasa algo? —pregunte, ya que es rarisimo que Max me haya llamado.

—¿Qué te parece el lugar?

En mi cara se me hizo una sonrisa, ya que me gustaba la idea de qué Max me preguntara sobre el tema.

—Me encanta, gracias de nuevo, es lo bastante grande, justo lo que necesitaba.

—Lo sé.

—¿Y cómo lo sabías, señor sabelotodo?

—Un mago nunca revela sus secretos.

Puse los ojos en blanco y solté una pequeña carcajada a la cual él también se unió me quede callado no segundos solamente su respiración.

—Bien, ¿hay algo más que me quieras decir?

—Vale, ya te cuelgo entonces.

Abrí los ojos con sorpresa por su respuesta.

—¿Qué? ¿por qué?

—Tu pregunta la sentí como que ya quieres cortar la llamada.

—No, solo preguntaba, a ti ni siquiera te gusta hablar por teléfono.

—Contigo sí.

—Mm, ya veo.

Reí de nuevo, y las mejillas se me ruborizan como siempre suelen hacerlo.

—Deberíamos tener una llamada caliente.

—¡Max, qué dices!

—Que deberíamos...

—No era literal, se lo que dijiste. Me refiero a que por qué dijiste eso de la nada.

—Se me ocurrió, te escuchas caliente a través del teléfono.

—¿Solo por teléfono? Mm.

—¿Quieres que también te diga que te escuchas caliente cuando...

—¡Max!

—Vale, no digo nada más, aunque ahora que lo pienso, me pone cuando dices mi nombre.

—Voy a colgar.

—Nos vemos esta noche, Mar.

—Me pone que me digas Mar.

Apenas pude  terminar la frase porque solté una gran carcajada lo cual hizo suspirar a Max ya que había dicho lo mismo que él hace unos segundos.

—Basta de juegos, de verdad nos vemos esta noche.

Lo que era obvio es que nos veríamos en la noche pero por el túnel que lo dijo no sé a qué se refería totalmente.

...

Todo el resto del día estuve entretenida en llamar a lugares para la decoración del local, todo lo que sería pintura muebles y distribuidoras de flores ya que tenía que ser una distribuidora fuera de la ciudad, además de qué tenía que empezar a contratar gente o por lo menos alguien que me ayudara en lo que me establecía completamente.

Bob llegó por mí, mire la hora en mi reloj era a las 5:30 de la tarde, el sol estaba por ponerse, cerré el lugar y me dirigí hacia el auto.

—Señorita Torre.

—Hola, Bob, a casa por favor.

Todo el camino hacia casa estuve viendo mi celular en algunas aplicaciones para inspirarme y obtener ideas para mi florería, quería que fuera única y que todo el mundo al entrar quedará con una buena vista del lugar. Estaba bastante emocionada para darme cuenta de qué ya habíamos llegado a casa y el viaje de regreso se me había hecho muy rápido.

Mientras esperaba que anocheciera completamente y que Max llegará a casa, ayudé a Jordanna a preparar la cena, estábamos haciendo lasaña y ensalada. Puse dos platos en la mesa y dos copas de vino, quería tener una linda cena con mi esposo.

La puerta se cerró, dejando ver a Max entrar, guapísimo como siempre.

—Llegaste.

Me acerqué y me atreví a darle un beso en los labios, dándole un buen recibimiento.

—Si así me vas a recibir siempre, saldré 50 veces por día, que quede claro.

—Que gracioso, la cena está lista.

—Muero de hambre.

Nos acomodamos en la mesa para cenar, la verdad es que la comida se veía deliciosa, y más acompañada por el delicioso vino tinto que teníamos en las copas.

—Está buenísimo.

Sonreí al escuchar el cumplido, como  toda mujer orgullosa.

—Yo la hice.

—¿En serio?

—Con ayuda de Jo.

—Pues está delicioso, besos a la chef.

Me quedo viendo fulminando con la mirada.

—Obvio a ti, muñequita

—Vale.

—Te quedan bien los celos.

Me dice mientras da un bocado más a su cena, y después un trago a su copa de vino.

—No son celos.

—¿Entonces?

—Nada, era una pequeña broma.

—Mjm.

Terminamos de cenar, y comencé a recoger la mesa, tome los platos y los puse en el fregadero, igual que las copas.

—¿Por qué no dejas que Jordanna lo haga?

—También quiero ser esposa, y ama de casa.

Dije mientras me ponía de espaldas hacia él ya que comencé a lavar la loza, siento sus grandes pasos detrás de mí y rodea mi cintura con sus brazos.

—Desde que te escuche por el teléfono, no se por que me ha puesto bastante, no esperaba la hora de llegar a casa y...

Mis músculos y cuerpo se tensaron completamente al escuchar su voz ronca contra mi cuello.

—¿Y qué?

—Follarte de todas las maneras posibles.

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Epaaaale, no se pueden perder el próximo capítulo que va a estar candente askhfjdlh, espero les esté gustando.
Muchas gracias por seguir la historia, y por leer🖤

Dear, Lord. -El hombre de mis sueños +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora