Dear, Lord. -El hombre de mis sueños +18

Capítulo dos - Max

Di un trago a mi whisky mientras me acomodaba en mi silla detrás de mi escritorio, suspiré y tomé la invitación a mi boda, Marcela la había mandado para que yo pudiera verla, habían pasado seis días desde que se leyó el testamento de Roberto, y aún no podía creer que dejo dicho casarme con Serena, con mi adorada Serena, pero es que jamás la he visto como una mujer, y me duele la idea el hecho de que me están obligando a casarme con ella. Toda mi vida o bueno más bien desde mis trece años que fue cuando la conocí, fue pasando el tiempo y ambos crecimos, pero siempre supe que Serena estaba enamorada de mi, sus ojos se iluminaban y su sonrisa crecía cada vez que nos mirábamos, siempre buscaba el contacto físico así fuera un simple rocé de manos. A lo largo de nuestra larga amistad, ha intentado besarme dos veces a lo cual no he podido corresponder, nunca pude, siempre la he visto como algo pequeño e indefenso a lo que estoy encargado de cuidar como una piedra preciosa, como un diamante. Quisiera que las cosas fueran diferentes, quisiera que me dieran la oportunidad de opinar a esto, por malo que parezca ahora siento un poco de rencor hacía ella, hacía Serena, aunque para ser sinceros su único pecado ha sido amarme durante tantos años, sé que ella jamás le hubiera pedido a su padre escribir eso en su testamento, lo pude ver en sus ojos azules que se abrieron con sorpresa al pronunciar la frase "Te casarás con mi hija Serena". Serví un poco más de whisky en el vaso y di otro sorbo, terminando el párrafo "La gran boda de Maximiliano Torre y Serena Woods", cabe recalcar que Marcela ya tuvo la plática con nosotros, diciendo como pasaría todo, estuviéramos de acuerdo o no. "La boda será de gran sorpresa para todos, puesto que nunca se formalizó una relación de ustedes dos, pero como la mayoría sabe han crecido juntos, así que no será difícil engañar a la gente diciendo que su amor por fin dio frutos y decidieron casarse" las palabras de Marcela pasaban por mi cabeza todo el día, ¿por qué este tenía que ser nuestro futuro? ¿por qué tenían que llevar nuestra amistad a un matrimonio forzado? Y también ¿cómo haría para disminuir el amor de Serena por mí? en todos estos años nunca pude y ahora que estaremos unidos como marido y mujer, creo que su amor será aún más intenso, cosa que no quiero. No la quiero lastimar. Solo quiero protegerla. No quiero que sepa de lo que soy capaz.

—Señor Maximiliano, la señorita Serena se encuentra esperándolo en la estancia —me dijo uno  de los trabajadores que ayudan en mi casa.

Salió por la puerta de mi oficina personal y acto seguido me puse de pie para encaminarme a ver a Serena, desde ese día no la había visto ¿estará bien? ¿esto le afecta tanto como a mí?

Caminé por el largo pasillo que estaba cubierto de ventanales que dejaban ver el exterior cubierto por el jardín, hasta que llegue a la estancia y la mire de espaldas, llevaba puesto un pantalón color negro y una blusa color blanco, Serena siempre tuvo buen cuerpo, desde el secundario se desarrollo un poco más que sus compañeritas, pero nunca llegando al grado de la exageración, caminé un poco más hacía ella hasta estar unos cinco pasos detrás.

—Serena... —susurró, ¿nervioso? no, lo qué pasa es que no se como tratarla ahora.

—Max —dice girándose y observando, se le iluminaron los ojos color océano que tiene, como siempre lo hacen cuando me ve —¿por qué no me has llamado? ¿o siquiera un mensaje? ¿por qué? —me dice en tono bajo, no me lo dice molesta ni en reclamo, me lo dice triste y confundida.

—Yo...

—Créeme que yo no planeé nada de esto, mi padre fue quien por sí solo lo hizo, jamás hubiera pedido algo así, aunque sabes que te a... —no pudo terminar su frase, porque se le entrecorta la voz y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, pesadas y llenas de dolor.

—Serena, no llores —a decir verdad a mi de igual manera me dieron ganas de llorar al verla así, tan vulnerable y rota, culpándose por todo esto, quería abrazarla pero no podía, no me sentía cómodo como antes —arreglaremos esto ¿vale?