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Lentamente, abrió sus ojos, sentía como su cabeza le pesaba e igualmente se levantó. Observo su alrededor, se encontraba acostado en una cama dentro de una vacía habitación, al moverse, se dio cuenta que su tobillo izquierdo estaba amarrado a esta, lo que hizo que se asustara.

—Que aburrido.

Aquellas palabras causaron que todo su débil cuerpo de erizara, miro con temor al imponente alfa, quien estaba a poca distancia.

—¿Quién eres? —su voz salió temblorosa.

El azabache no pronunció nada, se acercó a la cadena para abrirla, liberando el delgado tobillo. El albino se levantó rápidamente de la cama alejándose del contrario, mirar esos ojos rojos causaba que todo su cuerpo de estremeciera, sus piernas temblaban y su respiración era pesada.

—¿Dónde estoy?

—Abajo.

El albino siente como su corazón palpita con fuerza al observar que el contrario se acercaba, retrocede hasta llegar a una puerta y salir corriendo de la habitación. Reconoce el camino, llega a las escaleras y las sube apresuradamente, sin saber dónde ir, corre hasta la salida del colegio, ahí, se detiene, su respiración era agitada y horas de sudor recorrían su cara, acompañadas de la lluvia.

Mientras tanto, el azabache se acercó a la cama, cerró sus ojos al aspirar el exquisito aroma a vainilla, observa la cama cuestionandose que tan delicioso debe de oler aquel vainilla con su aroma a chocolate amargo.

—Que aburrido.

Menciona para caminar saliendo de la habitación e ir detrás de aquel muchacho de los ojos grises. Sin embargo, es detenido por la rubia, quien lo agarra del brazo y se lo lleva para cumplir con uno de sus planes.
Komaeda llega a su apartamento, gracias a su suerte, tenía sus llaves en uno de los bolsillos delanteros de su pantalón, sus manos temblaban, por lo que le complicó meter la llave para abrir la puerta. Al ingresar, cayó al piso agotado, trataba de controlar su respiración, pero algo más sucedía en el, un calor inexplicable recorrió todo su cuerpo y sentía como su entrepierna comenzaba a generar líquido. El olor a vainilla se hacía mucho más intenso, al igual que el dolor en su entrada, abrazo sus piernas, cerró sus ojos con fuerza, hasta q la imagen de aquel alfa se le hizo presente en la mente, su zona empezó a dolerle más y a dilatarse, el albino se movía inquietamente mientras estimulaba su miembro con sus manos, no era capaz de controlarlo hasta que, alguien toco su puerta.

—¿Q.. Quién es?

No hubo respuesta alguna, sin embargo, el aroma a chocolate amargo traspaso la puerta, haciendo que el omega se desespere, jadeaba al sentir su miembro totalmente erecto, su lado animal pedía a gritos al alfa que se encontraba detrás de la puerta. Sin previo aviso, la puerta se abre, el albino miro aterrado al azabache, quien se acercó cerrando la puerta.

—Que aburrido —escuchar la simple voz hizo q su entrada comenzara a arder, mordió su labio evitando que los gemidos salieran.

—V..¡Vete! —grito entre jadeos—. Quiero que te vayas.

—Mentira —se inca ante el omega, aspirando el aroma a vainilla.

—¡No te acerques! Mh...

—Voy a follarte.

No Puedo Soltarte  [Omegaverse-2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora