No Puedo Soltarte [Omegaverse-2021]

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El albino lo mira confundido, el azabache se sienta frente al albino para suspirar.

—Deja que el silencio te lo diga todo.

Ambos se mantienen el silencio, el azabache lleva ambas manos al vientre del albino, este cierra sus ojos concentrándose.

Su latido..

Y uno más..

Abre los ojos alarmado, el azabache lo mira sacando sus manos del vientre del albino.

—Komaeda..

—N-No.. N-No puedo, n-no estoy listo.. —empieza a respirar con algo de rapidez—. N-No creo poder aguantarlo, no estoy estable pa-.. —recibe un beso.

—Tranquilo, pequeño, yo te ayudaré con todo y cuídate de los dos, deseo a ese cachorro.

—¿E-En serio? —dice con una sonrisa.

—Si, quiero que me des una enorme manada.

El albino tiene un enorme sonrojo, el azabache vuelve a besar al albino para acostar al albino y empezar a acariciar el vientre.

—Más te vale que me des una niña —el albino hace desaparecer su sonrisa.

—K-Kamukura... —desvía la mirada—. ¿T-Tu.. T-Tu no quieres a Emily? —el azabache no responde.

El albino le da la espalda para abrazarse a si mismo, el azabache se levanta y sale de la habitación, entra a la de la chica para destapar la, tomarla y llevarla a su habitación, el albino lo mira algo confundido, acuesta a la chica en medio para sacarse sus zapatos y acostarse.

—Buenas noches.

—B-Buenas.. noches..

𖣘

Hagane se acuesta en su cama, se encontraba agotada y de mal humor, escucha como tocan su puerta y mira.

—¿Se puede? —dice Hagane Rin.

—Si, pasa —se acomoda sentándose, la rubia se sienta a su lado—. No quiere verme, ¿Verdad?

—No lo veo muy enojado y tampoco veo que sea tu culpa, tú solo tratas de enamorarlo, hacerlo sentir bien.

—Pero no lo logro...

—Lo vas a lograr, ¿Quieres que planee una forma de que estén ustedes dos solos? Su celo vendrá dentro de poco.

—Esta bien —sonríe un poco.

—Ehh, ahí te gustó ah —le golpea la espalda.

—Silencio, jaja, por cierto ¿Que tal con Luka?

—Aún no se sabe que es, pero es posible que sea alfa, yo la verdad creo que quedaré Beta para siempre.

—Suerte.

—Te dejo descansar, veré qué puedo hacer —se levanta para irse—. Bye

—Bye —la rubia cierra la puerta.

Se echa en la cama nuevamente, se quita las mangas y sus anillos para tirarlos al suelo, da un gran suspiro y cierra sus ojos esperando a dormirse.