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El albino estaba acostado en su cama leyendo un libro, tenía al cachorro dormido a su lado, cierra el libro para dar un gran suspiro y dejarlo en su mesa de noche, mira al cachorro y empieza a acariciarlo.

—Eres tan lindo —ríe de manera dulce, la puerta se abre de repente mostrando al azabache, el cachorro empieza a ladrar, el azabache se acerca y tira la bolsa a la cama, el albino la abre observando los libros—. Gracias.

—Que aburrido. No quiero que salgas más, de ahora en adelante yo te traeré cosas.

—¿Por qué? —dice molesto—. ¿Por qué no puedo salir?

—Que aburrido.

El azabache le da la espalda y sale del departamento cerrando la puerta con fuerza, el albino chasquea la lengua molesto y bota los libros de la cama, se vuelve a acostar viendo como el perro se acomoda a su lado, de repente, la conversación que tuvo con Sonia aparece en su mente.

「¿Es tu pareja?」

—Ya quisiera.. —acaricia al perro algo triste—. No somos nada..

El albino baja las mangas de su chaleco y observa las vendas, con cuidado empieza a sacarlas hasta ver las cicatrices, suspira triste y empieza a acariciar las.

—Si no te importo... ¿Por qué te molestaste en curarme?..

Las lágrimas querían salir, él se ha hecho demasiado daño, ya no sabe que pensar del azabache, ¿Es bueno o malo?, Tal vez solamente esta jugando con él, tal vez siente interés por él, ¿Interés? Por favor, ¿Quien lo haría?, Nagito suelta una pequeña risa acompañada de lágrimas, acaricia al perro tratando de encontrar calma, realmente se sentía vacío, roto, olvidado, es como si fuera invisible para todos, un simple juguete para la sociedad.

—Madre.. te extraño..

El llanto empieza, acaricia con más nervios al cachorro, quien seguía durmiendo, sus heridas empezaban a arderle, como si se las hubiera hecho recién, su estómago empieza a sonar y sentía un enorme nudo en su garganta.

—No.. no.. no quiero más..

Se hace bolita cubriendo todo su rostro, cierra los ojos con fuerza, el cachorro se despierta y empieza a raspar la cabeza del albino chillando un poco, de repente empieza a ladrar, el albino alza la mirada viendo al azabache, quien cierra la puerta.

—Kamukura.. —se limpia el rostro, el azabache se acerca y se sienta a su lado.

—Que aburrido. ¿Por qué lloras?

—Nada, por nada —se limpia la nariz, el azabache mira sus brazos.

—¿Por qué te sacaste las vendas? —el albino se cubre los brazos.

—Quería cambiarlas, empezaban a oler ma-

—Mientes —el albino desvía la mirada—. Volviste a insultarte y a recordar tu pasado —el albino muerde su labio tratando de aguantar las lágrimas—. Que aburrido. Haz la pregunta.

—¿Que.. Qué quieres de mí?

No Puedo Soltarte  [Omegaverse-2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora