No Puedo Soltarte [Omegaverse-2021]

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Maratón 2/5

El azabache caminaba por un oscuro y solitario pasillo, seguía en su cabeza dando vueltas el regalo del menor, deja de caminar al escuchar que desde atrás lo llamaban, cierra los ojos al reconocer aquella irritable voz, se da la vuelva y observa a la de cachos corriendo hacia él enojada, se detiene cuando a quedado de frente con el azabache y empieza a gritonearle.

—¿Dónde mierda estabas? ¡Te estuve buscando todo el día! —lo agarra del brazo bruscamente para empezar a caminar con él, este hace que lo suelte de un tirón.

—Que aburrido —se da la vuelta—. Tengo mis propios asuntos —escucha salir una pequeña risa.

—¿Es él no? —da nuevamente una pequeña risa—. No me digas que ya cayó en tus brazos —ríe—. Dios, que imbecil es —el azabache gruñe y se da la vuelta.

—Silencio. —la voz sale intimidante, la de cachos rueda los ojos.

—No exageres —da una sonrisa y vuelve a tomar el brazo del azabache—. Ven, debemos terminar, si lo hacemos hoy, el viernes ejecutariamos el plan de una buena vez.

—Que aburrido —hace que lo suelte para empezar a caminar alejándose de la rubia, quien le empieza a gritar nuevamente.

—¡Hey, ven aquí ahora! —el azabache la ignora y sigue caminando—. ¡Ahg, que desesperante eres!

Después de un buen rato caminando el azabache entra a la habitación en dónde él tuvo su primer contacto con el omega, se sienta en la cama mientras seguía dando vueltas en su cabeza el regalo, se levanta para acercarse a un mueble y sacar una computadora, vuelve a sentarse en la cama para prender el computador y empezar a investigar, empieza a hacer memoria de las colecciones del albino y encuentra una que otra faltante hasta que llega a la de ella, suspira para cerrar la computadora e acostarse en la cama recordando el contacto.

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Era de mañana, el azabache estaba escondido entro los arbustos observando la entrada a la academia esperando al albino, después de un buen rato lo ve entrar, se levanta para subir la reja y salir de la academia, camina dirigiéndose al departamento del albino, llega a este y al no tener llaves patea la puerta una vez con la fuerza suficiente para abrirla, entra al departamento y empieza a revisar las cosas del albino, suspira para levantarse y salir teniendo en mente algunos obsequios, cierra la puerta para irse en busca de aquellos regalos.

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El albino llega a su departamento emocionado, saca las llaves de su mochila para abrir la puerta pero no lo hace, debido a que está ya estaba abierta, más bien, rota, entra algo asustado y abre los ojos al ver su departamento totalmente desordenado, tira su mochila para revisar sus cosas, se confunde al observar que no le faltaba nada, escucha como alguien entra, mira sobre su hombro viendo al azabache, quien cierra la puerta.

—Que aburrido. La arreglaré.

—¿F-Fuiste tu? —se levanta viendo cómo el azabache se acerca.

—Que aburrido.

El albino baja su cabeza cuando el azabache se a puesto frente a él, este le levanta el rostro con su mano izquierda para darle un profundo beso, el albino entrelaza sus brazos en el cuello del mayor cerrando sus ojos y sintiendo como abrazan su cintura. Se separan debido a que al albino le faltaba aire.

—Te ayudaré a ordenar.

—Gracias —da una gran sonrisa, sus mejillas tenían un carmín.

—Que aburrido.

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El azabache estaba en el escondite, nuevamente tuvo contacto sexual con el albino, quien dormía en su departamento, el azabache se levanta de la cama para nuevamente sacar la computadora y empezar a investigar, solo que esta vez, su intensión, es encontrar un número, suspira aburrido debido a que aún no ha encontrado nada, cierra el computador para dejarlo a su lado y observar el techo de la cama.

—Que aburrido.

Después de un rato vuelve a abrir el computador algo apresurado, se toma un tiempo y se sienta al encontrar finalmente el número, toma un celular que se encontraba en la mesa de noche y llama a aquel número.