Tormenta

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Un rotundo e incómodo momento se armó en la mesa mientras la familia y la invitada comían. La tormenta se habia largando, el clima se mezcló con el sentimiento reprimido de Applejack. Applebloom había interrumpido el momento empezando a hablar y a contar anecdóticas. Rainbow al estar tan inperactiva y ansiosa buscando desesperadamente olvidar lo antes sucedido, había acudido en darle su suma atención a la familia de Applejack que si bien eran bastante extrovertidos para ser verdad su manera de ser y la calidez que emitían en Rainbow la hizo estar relaja, por un momento...

– Para mí que entre estas dos paso algo. – Le susurra Applebloom a su abuela.

– ¿Que dices? ¿A que te refieres con eso, cielo? – Pregunta la abuela confusa.

– ¿No las ves?. – Sacó analizando muy detalladamente a ambas jóvenes. – No se an dirigido la palabra en toda la cena, Applejack no tocó la comida y Rainbow parece que se quedó sin alma de lo pensativa que está. – Explica breve mientras disimulaba el acosó visual que les hacia a el par de amigas jugando con su pelo.

– ¿No es su novia? – Pregunta la anciana en el mismo tono que la menor.

– No. – Piensa por un momento. – ¿Lo es? – Pregunta ahora en duda masajentado su barbilla. – ¡Sí lo son y no me lo dijo tengo otra razón para enojarme con Applejack!. – Se queja aún en susurró.

– Yo pensé que sí ya que es muy raro que Applejack traiga a alguien, yo pensé que este era un caso especial. – Explica con picardia y sutileza.

– Yo también me impresione. – Dice la niña asintiendo. – ¿Y Big Mac?

– En lo de Sugar Belle. – Agregó segura.

– Aaah, ya... – Asiente confusa.

Luego de que la abuela y Applebloom se quedarán mirando fijamente a ambas amigas decidieron que era mejor hacer un plan para que el par aclare sus indiferencias. Se levantaron y empezaron a sacar las cosas de la mesa.

– ¡Dash!, ¿me ayudas? –  Pregunta la niña con una sutil sonrisa.

– Amm, sí, claro. – Afirma empezando a levantar la mesa seguida de la pequeña.

– ¿Que pasó cariño que no comiste nada? – Le pregunta la abuela a su nieta haciendo que esta se sobresalte por el repentino llamado de atención.

– ¿Que? – Pregunta pérdida.

– Que, ¿por qué no comiste?. – Pregunta con un tono más serio.

– Aah, no, no tengo hambre. – Agrega levantadose de la mesa.

– ¿Y que vas a hacer? ¿Auque sea comiste algo antes? – Continúa preguntando la abuela levanto una ceja.

– Amm, sí comí un poco de tarta. – Dice recordando el momento.

– ¡A no jovencita, usted se queda aquí hasta que termine de comer!. – Exclama la anciana con molestia volviendo a sentar a Applejack en la silla. – ¡Come!.

– No, abuela, no tengo hambre.

– ¡Te lo comes!. – Réplica.

– Que no tengo hambre, de verdad.

La abuela la fulminó con la mirada.

Applejack resoplo y empezó a comer.

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– Rainbow y si te quedas a dormir? – Pregunta Applebloom con una enérgica sonrisa.

– ¿Que? No, no creo que sea correcto, no quiero molestar, gracias de todas formas. – Dice con educación negando con la cabeza.

Los suspiros del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora