Capítulo 15: La Carta

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El bullicio de la cafetería parecía desvanecerse a mi alrededor mientras Sara y yo compartíamos risas y charlas con nuestros amigos. El sonido de las conversaciones se mezclaba con el aroma del café recién hecho y el suave murmullo de la música de fondo, creando una atmósfera cálida y acogedora.

En un momento de pausa en la conversación, Sara rodeó mis hombros con un brazo y me abrazó con ternura. Sentí una oleada de calor recorrer mi cuerpo mientras la abrazaba de vuelta, disfrutando de la cercanía y la intimidad de nuestro gesto.

Después de un rato, nuestros amigos se despidieron y nos quedamos solos en la cafetería. Sara sugirió irnos juntos, pero decidió hacer una parada en el baño antes de salir. Mientras esperaba su regreso, mis ojos se posaron en algo en el suelo, algo que parecía estar fuera de lugar entre las mesas y las sillas.

Me agaché y recogí el objeto, vi que era una carta, y que en el papel decía, 'para Alex'. Aunque el papel estaba arrugado, reconocí la familiaridad de la caligrafía en el sobre. Con manos temblorosas, abrí la carta y dejé que mis ojos recorrieran las palabras escritas con amor y arrepentimiento.

Cada línea resonaba en lo más profundo de mi ser, sacudiendo mi corazón con una mezcla de emociones abrumadoras. Sentí un nudo en la garganta mientras las lágrimas amenazaban con empañar mi visión. Las palabras de Mia me golpearon como una ola, llevándome de vuelta a un tiempo y un lugar que había tratado de dejar atrás.

El amor y el arrepentimiento saltaban de cada palabra, dejando al descubierto la verdad cruda de los sentimientos de Mia. Me sentí abrumado por una mezcla de nostalgia y aceptación mientras absorbía cada línea, cada declaración de amor y dolor.

Mientras leía, las lágrimas amenazaban con empañar mis ojos. La sinceridad de las palabras de Mia me dejó sin aliento, recordándome todo lo que habíamos compartido y todo lo que habíamos perdido. 

A veces, las palabras más simples pueden expresar los sentimientos más profundos.

Era como si el pasado se hubiera materializado frente a mí, exigiendo ser enfrentado una vez más.

Miré a mi alrededor, buscando a Mia entre la multitud, pero ella parecía no estar. Un escalofrío recorrió mi espalda mientras me daba cuenta de que estuvo en este lugar. ¿Dónde estaría ahora? ¿Qué estaría pensando?

Antes de que pudiera procesar completamente lo que acababa de leer, Sara regresó del baño y notó la carta en mis manos. Su mirada inquisitiva me hizo sentir como si estuviera siendo examinado bajo un microscopio, y su pregunta me tomó por sorpresa.

— ¿Qué es eso que tienes ahí? —preguntó, sus ojos fijos en el sobre arrugado.

Me quedé sin aliento por un momento, sintiendo el peso de la verdad en mis manos. — Es una carta —respondí, mi voz apenas un susurro.

Sara frunció el ceño, claramente confundida por mi reacción. — ¿Carta?, ¿De quién es? —preguntó, su tono lleno de curiosidad.

Tragué saliva, luchando por encontrar las palabras adecuadas. No podía contarle toda la verdad a Sara, no podía dejar que viera el caos emocional en el que me encontraba.

— No es... Nada importante —dije vagamente, intentando guardar la carta en mi bolsillo. Pero Sara, en un gesto juguetón, rápidamente la tomó de mis manos.

— ¿Nada importante?... A ver. — Su expresión cambió cuando leyó el remitente y el destinatario:

"De: Mía

Para: Alex"

Cruzamos miradas, y su gesto se volvió serio mientras el peso del momento caía sobre nosotros.

Aquello que Nunca FuimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora