Capítulo 10: Nuevo Amor

13 3 0
                                    

El sol se ocultaba detrás de los árboles del parque Centenario, tiñendo el cielo de tonos cálidos mientras caminaba con Sara. Cada paso que daba parecía resonar con el latido acelerado de mi corazón. Desde que nos conocimos, cada día con Sara era como una aventura emocionante y desconocida, y hoy, sentía que estábamos a punto de dar un paso importante.

Mientras caminábamos juntos, el silencio entre nosotros se llenaba de la música suave de los pájaros y el murmullo del viento entre las hojas. Sin embargo, mi mente estaba llena de pensamientos y palabras no dichas, como si estuviera luchando contra una batalla interna.

Sara notó mi quietud y me miró con esa mirada comprensiva y gentil que tanto apreciaba.

— ¿Estás bien, Alex? — Preguntó con una nota de preocupación en su voz, colocando una mano reconfortante sobre mi brazo.

Traté de sonreírle, quería que todo pareciera normal, pero la verdad era que estaba nervioso.

— Sí, estoy bien. Solo pensando un poco. — Respondí, aunque sabía que mis palabras no sonaban tan convincentes como hubiera deseado.

Mientras continuábamos caminando, sentía que el momento se acercaba. Quería decirle a Sara lo mucho que significaba para mí, quería expresarle lo especial que era para mí. Pero cada vez que intentaba formular las palabras adecuadas, me encontraba atascado en una mezcla de emociones y miedos.

Finalmente, llegamos a un banco solitario junto al estanque, y decidimos detenernos un momento para descansar. Sentados uno al lado del otro, me encontré mirando fijamente el agua, tratando de reunir el coraje para decir lo que estaba pensando.

— Sara. — Comencé, buscando sus ojos con los míos.

— Quiero que sepas que estos últimos días han sido increíbles para mí. Me has mostrado un lado de la vida que nunca había conocido, y estoy agradecido por eso.

Sara sonrió, y sentí un calor reconfortante invadir mi pecho.

— También lo han sido para mí, Alex. Estoy feliz de haberte conocido. — Respondió con sinceridad, sus ojos brillando con afecto.

Era el momento perfecto para decirle que quería algo más que una amistad. Pero cuando abrí la boca para pronunciar las palabras, una ola de miedo y duda me invadió. ¿Y si no estaba lista? ¿Y si arruinaba lo que teníamos?

<< Lo siento, Sara >>. Pensé para mí mismo, desviando la mirada hacia el agua. << No puedo hacerlo >>.

Sara notó mi cambio de actitud y me miró con preocupación.

— ¿Estás seguro de que estás bien, Alex? — Preguntó, apretando suavemente mi mano en busca de consuelo.

Asentí con un suspiro, sintiendo el peso de mi indecisión en mis hombros.

— Sí, estoy bien. Solo disfrutando de este momento contigo. — Respondí, aunque sabía que había dejado algo importante sin decir.

A medida que caminábamos de regreso a casa, la pregunta seguía resonando en mi mente. Pero por ahora, decidí guardar mis palabras para otro momento. Sabía que no estaba listo para dar ese paso, al menos no todavía.

Aquello que Nunca FuimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora