Capítulo 12: Revelaciones

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La noche envolvía la habitación con su manto oscuro mientras Sara y yo nos acomodábamos en el sofá para ver una película en nuestra cita. Aunque habíamos estado charlando animadamente, de repente, un silencio incómodo se apoderó de nosotros, como si ambos estuviéramos a punto de decir algo importante pero no sabíamos por dónde empezar.

Los ojos de Sara brillaban con una curiosidad nerviosa mientras sus dedos jugueteaban con su regazo. Sentí que cada uno de nosotros estaba sopesando nuestras propias palabras, tratando de encontrar la manera correcta de expresar lo que estaba en nuestras mentes.

— Entonces... Alex. —Comenzó Sara, su voz suave pero llena de determinación.

— Me estaba preguntando... ¿Qué es lo que más te gusta en una chica?

Su pregunta me tomó por sorpresa, y me encontré luchando por reunir mis pensamientos en medio de la tensión creciente. Traté de enfocarme en sus ojos, buscando las palabras adecuadas para responder sin revelar demasiado de lo que estaba pasando por mi mente.

— Bueno... —Comencé, sintiendo cómo el calor subía por mis mejillas mientras trataba de formular una respuesta coherente.

— Creo que... me gusta cuando una chica es auténtica, comprensiva y tiene una pasión genuina por las cosas que le importan. —Dije, tratando de transmitir la honestidad de mis sentimientos sin revelar demasiado.

Vi cómo Sara asentía con una sonrisa tímida, su mirada fija en la mía con una mezcla de nerviosismo y curiosidad.

— Y tú, ¿Qué es lo que más te gusta en un chico? —Pregunté, intentando desviar la atención de mí mismo mientras me esforzaba por mantener la compostura.

Ella se mordió el labio inferior, sus ojos buscando los míos con una intensidad cautivadora.

— Bueno, supongo que... me gustan los chicos que son amables, divertidos y que tienen una pasión por la vida. —Respondió, su voz suave pero llena de emoción.

El silencio que siguió fue tenso pero cargado de posibilidad, y me di cuenta de que había llegado el momento de ser sincero con Sara, de abrirme y compartir mis verdaderos sentimientos.

— ¿Alguna vez saliste con alguien más antes de mí? —Preguntó Sara de repente, su voz temblorosa pero firme. Su pregunta me tomó por sorpresa, y sentí cómo la habitación se llenaba de un peso pesado mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas para responder.

El recuerdo de Mía inundó mi mente, trayendo consigo una oleada de emociones que había estado tratando de reprimir. Me sentí inquieto, incómodo, como si estuviera reviviendo viejas heridas que pensé que habían sanado hace mucho tiempo.

Asentí lentamente, buscando sus ojos en la penumbra de la habitación.

— Sí, hubo alguien antes que tú. —Admití, sintiendo cómo la tensión se acumulaba en el aire entre nosotros.

— ¿Quién era ella? —Preguntó Sara, su voz suave pero llena de curiosidad.

Su pregunta desató un torbellino de emociones dentro de mí mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas para describir mi pasado con Mía.

— Su nombre es Mía. —Comencé, eligiendo mis palabras con cuidado mientras repasaba mentalmente los recuerdos que había mantenido enterrados por tanto tiempo.

— Hubo momentos hermosos, pero también hubo dificultades y desafíos que no pudimos superar. —Continué, sintiendo cómo el peso de mis palabras llenaba la habitación con una pesadez palpable.

— Al final, nuestras diferencias nos llevaron por caminos separados.

Sara escuchaba en silencio, su expresión un mosaico de emociones mientras procesaba la información que le acababa de revelar. Sabía que estaba tomando un riesgo al abrirme de esta manera, pero también sabía que Sara merecía la verdad, por difícil que fuera, ya que a pesar de que no la he vuelto a ver, Mía aún sigue siendo importante para mí.

Después de un momento de silencio tenso, Sara tomó mi mano con suavidad, sus dedos entrelazándose con los míos en un gesto de apoyo silencioso.

— Lo que importa es que estemos aquí el uno para el otro. —Dijo con una sonrisa tranquilizadora, disipando mis miedos y dudas con sus palabras reconfortantes.

Me sentí abrumado por un profundo sentido de gratitud hacia Sara en ese momento, sabiendo que había aceptado mi pasado sin juzgarme ni alejarse. Con ella a mi lado, sentí que podía dejar atrás mis cicatrices y mirar hacia el futuro con esperanza y renovada determinación.

Aquello que Nunca FuimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora